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EL TIEMPO EN LA CRUZ

6 de abril de 2014

Nostalgias carnales

POLÍTICOS ARGENTINOS INVADEN ESTADOS UNIDOS:
Iniciada la carrera electoral, los candidatos pasean sus ideas ante funcionarios y banqueros. Quiénes organizan los tours y cómo se pagan las giras promocionales al corazón del imperio.

Los destinos y los tiempos elegidos por los políticos no son casualidad. Por el contrario, tienen una alta connotación y más en tiempos de previa electoral. Y en la Argentina ya arrancó la larga previa electoral.
 
Estados Unidos nunca suele ser un destino fortuito, un país de paso o sólo un lugar para ir de shopping. Un político que pasa por allí dice mucho, y ese fue el caso de varios de ellos, quienes desfilaron con un claro y único objetivo: mostrarse como los mejores candidatos de cara al 2015.
El vínculo quedó en evidencia allá por el 2006, cuando los famosos “WikiLeaks” salieron a la luz. Estados Unidos quiere seguir mostrándose como amo y señor del mundo entero, sobre todo en América latina, rol que cumplió de forma explícita durante las dictaduras en la década del ’70 y que reforzó en los ’90 en épocas de “relaciones carnales”. Por eso se entiende que muchos sigan eligiendo a Estados Unidos como destino principal para hacer lobby. El caso más reciente y llamativo fue el de Sergio Massa, que se mostró radiante y feliz. Eligió un día emblemático para aterrizar y dirigirse al Departamento de Estado: el 24 de marzo, día de la memoria en conmemoración del inicio del golpe cívico militar. Allí estaba el ex intendente de Tigre, acompañado por Eduardo Amadeo –ex embajador en ese país durante la presidencia de Eduardo Duhalde–, Martín Redrado –su principal asesor económico–, el ex lilito Adrián Pérez, quien vivió un año en ese país, y Santiago Cantón –ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos–.

Massa fue invitado por el Inter-American Dialogue, una ONG que tiene entre sus miembros al ex embajador José Octavio Bordón, al decano de la Universidad Católica y ex ministro de Economía de la dictadura José María Dagnino Pastore, y al ex presidente del Banco Central y lobbista del JP Morgan, Alfonso Prat Gay. Bajo semejante auspicio, Massa se reunió con el congresista republicano y miembro del Tea Party Matt Salmon; con el presidente del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, Claudio Grossman; con la secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Hemisféricos, Roberta Jacobson; el secretario general de la OEA José Manuel Insulza y con el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, uno de los impulsores de las políticas de mano dura. Pasó por el Atlantic Council, el CSIS, el Council of the Americas y el banco de inversión Morgan Stanley. Massa se encargó de dejar contentos a todos: denostó al gobierno de Venezuela y dejó en claro que quiere “recuperar la confianza” para las inversiones extranjeras. Nada distinto a lo que, poco antes, dijo ante ellos otro precompetidor presidencial, Mauricio Macri, quien se mostró como “el candidato del cambio”. Invitado por el presidente del American Jewish Committee (AJC), el jefe de gobierno junto a su elegante esposa, Juliana Awada; su asesor en asuntos internacionales Fulvio Pompeo; el secretario de Gobierno Marcos Peña y su referente económico Carlos Melconian, cenaron con Bill y Hillary Clinton. “Lo que hay que hacer está claro. Basta mirar a Chile, Brasil, Uruguay, Perú y Colombia, y por ahí es donde vamos a ir”, declaró tras salir del banco de inversión JP Morgan, donde compartió un almuerzo con economistas argentinos.

Consultado por Veintitrés, el sociólogo y director del PLED, Atilio Borón, consideró que el hecho de que políticos viajen a Estados Unidos “revela la supervivencia de una penosa mentalidad colonial, de un pensamiento colonizado acerca de que tienen que peregrinar al centro del imperio para buscar la bendición, y esto ya de por sí habla elocuentemente de la baja calidad de la dirigencia que tiene que apelar a esos recursos para poder postularse como candidatos en su país”. El experto en asuntos latinoamericanos agregó que “es un espectáculo triste que habla de una dirigencia política que tiene muy pocos pilares intelectuales y que busca ese apoyo en el exterior”.

Oscar Laborde, presidente del Centro de Estudios del Sur y coordinador del Foro de San Pablo, explicó a esta revista que “solía ser una costumbre durante muchos años que el primer viaje obligado del presidente electo de un país latinoamericano fuera a Estados Unidos. Era casi un rito, una pleitesía que se le hacía al imperio. Cuando en 2011 estuve con Lula, nos comentaba que existía entre los presidentes una competencia sobre cuántos minutos había durado el café con el mandatario de Estados Unidos”. Y agregó: “Néstor Kirchner cambió esa modalidad tratándolo a Bush como a un par y cuando en 2005 le dijo no al ALCA. El gesto de todos los que van allá es de decir ‘si nosotros llegamos al poder esta cosa va a cambiar, vamos a volver a las relaciones carnales’”.

Massa y Macri no fueron los únicos. Elisa Carrió casualmente –o no– decidió pasar sus vacaciones en Nueva York, y se presentó en la Universidad de Columbia para dar una charla en su Escuela de Negocios junto a la diputada Mariana Zuvic –esposa del poderoso empresario radical santacruceño Eduardo Costa–, y al legislador porteño Maximiliano Ferraro. El debate entre ella y otros dirigentes políticos de otros países fue auspiciado por los bancos Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y el JP Morgan.

“Creo en la Alianza del Pacífico. No creo en los regímenes de seudoizquierda que esconden nuevas oligarquías corruptas. Creo que los populismos son tiranías soterradas”, dijo la diputada de UNEN, para regocijo del foro.

También dijeron presente el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; la senadora nacional del Pro Gabriela Michetti, y la diputada nacional del GEN Margarita Stolbizer. Invitados por el Council of the Americas (Consejo de las Américas), la organización que promueve el libre comercio, la democracia y los mercados abiertos en todo el continente, los argentinos disertaron entre un público preocupado por las continuidades o cambios de las políticas económicas actuales.

El gobernador salteño ya hizo públicas sus intenciones de ser candidato a presidente, mientras que la senadora aspira a ocupar el cargo que dejará vacante Mauricio Macri. Luego de ese paso por Nueva York, se fueron rumbo a Boston, a la Universidad de Harvard, para participar de un encuentro de la Red de Acción Política (RAP) junto a otros dirigentes como los ex diputados por el Pro Federico Pinedo y Paula Bertol. El RAP es una “fundación plural y apartidaria que tiene como misión hacer un aporte hacia la formación y el fortalecimiento de la dirigencia política en la Argentina a partir de un auténtico espíritu republicano, una vocación de fortalecer el marco institucional y un conjunto de valores, principios y conductas compartidas”. Del consejo asesor de la ONG participan Marcos Aguinis, Santiago Kovadloff, Juan José Llach y Natalio Botana, entre otros.

En visita oficial como gobernador, Daniel Scioli también pisó suelo estadounidense con el objetivo de buscar inversiones para la provincia y se mostró como el sucesor de CFK. También expuso en el Consejo de las Américas. “Con mi experiencia como hombre de Estado y las responsabilidades institucionales que se me han confiado en estos años, busqué cada día más Argentina en el mundo y más mundo en la Argentina promoviendo previsibilidad y confianza”, expresó en el encuentro.

Está claro: Estados Unidos quiere reunirse con políticos argentinos y los políticos argentinos hacen fila para ir a mostrarse como candidatos. En el medio, un gobierno que supo decirle no al FMI y al ALCA, que brega por la unidad latinoamericana a través del Mercosur y la Unasur, y parte de un pueblo que no quiere volver a repetir la historia.
  Fuente:veintitres.infonews.com

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