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EL TIEMPO EN LA CRUZ

2 de febrero de 2014

Con el dólar a 8 pesos, la industria y el agro recuperaron la competitividad

El dato surge de entrevistas con economistas de diversas orientaciones, para quienes las más beneficiadas serán las economías regionales. No obstante, advierten por las consecuencias en el salario y los insumos importados.

La devaluación del peso operada en la tercera semana de enero, junto con la posterior estabilización del valor del dólar en torno de los 8 pesos, abrió un nuevo escenario económico en el que una de las aristas más debatidas es si el aparato productivo recuperará competitividad. Tiempo Argentino habló con seis reconocidos economistas sobre este tema.

  DESESTABILIZACIÓN. Para Héctor Valle, presidente de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) y director de YPF, "el actual tipo de cambio mejora totalmente la competitividad tanto para las economías regionales como para la producción cerealera y aceitera". Para el economista, el problema es  "la actitud de los sectores sojeros concentrados que no parece estar vinculada a la competitividad cambiaria sino a una visión política contraria al gobierno. El gobierno debería intervenir el mercado de alguna manera". Valle observó que "una devaluación de esta magnitud obviamente tiene impacto en precios internos. Por eso no se puede dejar que el esfuerzo que está haciendo toda la sociedad en su conjunto termine siendo licuado en las movidas especuladoras de unos pocos. Hay que tomar acciones complementarias". Respecto de los precios internos, Valle advirtió que "hay que tener cuidado con dar por hecho el traslado de la devaluación, ya que en gran medida los formadores de precios se habían adelantado a ella" y explicó que "hay imperfecciones en los mercados, con una relación directa entre el tipo de cambio y la especulación. La forma de romper ese manejo perverso es con una fuerte intervención del Estado, no queda otra. Hay que pensar en eso muy seriamente". Para Valle, la intervención preventiva del Estado también debería darse ante el efecto de la devaluación en las importaciones ya que si la expectativa es que esta se acentúe podrían adelantarse importaciones. "El gobierno tiene que establecer normas y las empresas deberían buscar más financiamiento externo", aseguró. En la misma orientación se expresó Abraham Gak, del Plan Fénix, quien tras observar que "no hay ninguna duda de que la devaluación del peso llevando el tipo de cambio a los 8 pesos genera un nuevo escenario positivo de mayor competitividad para los sectores productivos", señaló que "el problema ahora es de tono político y tiene que ver con la clara ofensiva desestabilizadora que apunta a atacar por la vía de los precios internos, de forma de licuar los efectos positivos de la devaluación. El objetivo final es llegar a 2015 con una situación social conflictiva que permita imponer un candidato presidencial que lleve adelante las políticas que estos sectores concentrados reclaman". Al igual que Valle, Gak opinó que  "para enfrentar estas tentativas desestabilizantes, habría que pensar en derivar a manos del Estado el comercio exterior y recrear una Junta Nacional de Granos, que se encargaría de garantizar la rentabilidad de cada sector pero impediría las maniobras especulativas a las que hoy estamos asistiendo". Con una mirada a más largo plazo, Gak indicó que "lo fundamental es la planificación del crecimiento productivo del país a 20 o 30 años, para lo cual se requiere de la coordinación de todos los estamentos del gobierno, cosa que actualmente no se ve. Cada ministerio tiene su propio plan de cara al año 2020, pero aparecen aislados unos de otros". Según Gak, "la planificación del desarrollo industrial con objetivos concretos no sólo nos permitiría impulsar el desarrollo científico y tecnológico sino que además evitaría que se busque competir vía salarios bajos, porque no hay margen para ganarle a China en ese terreno y, además, es la vía que han elegido Estados Unidos y Europa con las consecuencias que estamos viendo. Asimismo, permitiría superar estadios industriales como los actuales del sector automotriz o el electrónico, en los que no ha habido planes con plazos concretos de sustitución creciente de importaciones".   LAS EXPECTATIVAS. La devaluación se produjo en un escenario marcado por una economía marcada por desequilibrios que generaban expectativas encontradas. Agustín D’Atellis, economista de La Gran Makro, indicó que con la devaluación "tenemos claramente un impacto positivo sobre la competitividad, pero todavía es difícil analizar cuál va a ser el impacto exacto sobre la actividad, ya que la clave va a ser ver cuál es el traslado a precios", lo que dependerá no del componente importado sino de "un factor fundamental en la realidad argentina que tiene que ver con las expectativas". Ello explicaría por qué sectores como el automotriz o los laboratorios hayan remarcado sus precios "bastante por encima de la devaluación". En ese sentido, D'Attellis aprobó las medidas del gobierno, como acuerdos con productores industriales y de alimentos, para retrotraer los precios a los que existían antes de la devaluación. El escenario se completa con la caída de reservas, en las que la reapertura de la compra de divisas para ahorro tiene poco peso, por lo que "la sangría va a seguir, los pagos en dólares para energía o bienes de capital se van a seguir necesitando independientemente del tipo de cambio", de lo que podría alimentarse la expectativa de mayores devaluaciones "y el escenario entre en un círculo vicioso". D'Attellis ubicó en los meses de marzo y abril "la clave, cuando se liquide lo más fuerte de las exportaciones. Mientras tanto hay que tratar de aguantar la situación con respecto a las expectativas o buscar una nueva fuente de financiamiento externo para calmarlas". En definitiva, D'Attellis señaló que el nuevo nivel de competitividad alcanzado para los sectores productivos estará condicionado por "sus expectativas porque si creen que el gobierno no podrá mantener el tipo de cambio actual van a especular con lo que pase más adelante y no van a querer liquidar divisas hasta entonces. Si el Banco Central pierde muchas reservas van a interpretar que el valor no es el real y jugarán con un valor futuro más alto. Si ven debilidad van a querer aprovecharla para golpear porque están envalentonados". Para Ramiro Castiñeira, de Econométrica, las expectativas están asociadas al conocimiento de la situación macroeconómica: "Para que la devaluación genere un beneficio en términos de mayor competitividad, debería ir acompañada de medidas fiscales concretas. Porque con una emisión monetaria de 3,5 puntos del Producto Bruto Interno y una devaluación que va a incrementar el gasto en unos 140 mil millones de pesos, lo que va a suceder es que van a existir más pesos en la economía pero menos dólares en poder del Banco Central. El mercado sabe esto, se anticipa y reclama una mayor devaluación". No obstante, Castiñeira reconoce que la devaluación generará un mayor superávit de la balanza comercial por caída de importaciones. "Las exportaciones no se van a incrementar porque nadie va a querer comprometerse a tomar prefinanciaciones a seis meses cuando la emisión y los precios internos mantienen una dinámica que regenera el atraso cambiario. Sí puede haber una sustitución de importaciones y, por esa vía, una mejora en la balanza comercial   CONTRAPUNTO. Intentos desestabilizadores, expectativas. Pero, ¿hay mayor competitividad económica tras la devaluación? Para Fabián Amico, economista del Cefid-Ar, la respuesta es no. "El nuevo valor del tipo de cambio tiene un efecto irrelevante en la industria y en la actividad agraria y sólo puede tener un impacto positivo relativo en algunos segmentos de las economías regionales", aseguró al señalar que los efectos en la industria "son irrelevantes" ya que mejorarán la productividad vía la reducción del salario real, en un mundo que tiene a China con salarios "irrisorios" que impiden un incremento de la participación en el comercio internacional. Por su parte, la actividad agropecuaria "no precisa de un tipo de cambio más alto para mejorar su competitividad por sus ventajas naturales y los precios a los que produce, que están a la par de los internacionales o son más bajos". De ahí que "si el beneficio es sólo sobre las economías regionales, conviene aplicar políticas activas desde el Estado que vayan a la promoción específica de ese segmento y no modificar el tipo de cambio que puede descalabrar toda la economía", señaló. Amico subrayó que "en términos macroeconómicos, la devaluación es más nociva que positiva. Es irrelevante para la cuenta corriente y en cambio fortalece la corrida contra el peso y otorga fuerte negatividad a la balanza de pagos". Eso explicaría por qué "el sostenimiento del tipo de cambio a un valor en torno de los 8 pesos está provocando una sangría imposible de sostener para el Banco Central pero también para cualquier banco central del mundo. La clave para revertir las expectativas de mayor devaluación es fortalecer las reservas", indicó. En cambio, para el economista Arnaldo Bocco, director del Banco Central entre 2004 y 2010, "el atributo más importante de la devaluación es el salto de competitividad que generó en todo el país", especialmente en las economías regionales "porque le devolvieron al exportador un nivel de competitividad que había perdido con el tipo de cambio anterior". Respecto de la agricultura pampeana, Bocco dijo que obtiene "una mejora de la rentabilidad notable" no obstante lo cual, al "confundir rentabilidad con proceso político" frenan "la liquidación de divisas y buscan generar una fuerza que empuje al gobierno a una mayor devaluación". En la industria, la devaluación mejora la situación de los exportadores, especialmente los que tienen fuerte componente local. Bocco indicó que los que tienen insumos dolarizados "ya convalidaron un precio más alto al tomar el tipo de cambio paralelo" y señaló precisó que el traslado a precios de la devaluación va a ser limitado. "Si los traslados son muy amplios la economía entraría en recesión. Es un juego de empresarios y sindicalistas; si los últimos se desbordan, pierden fuentes de trabajo. Si lo hacen los primeros; pierden clientela. Si quieren trasladar a precios y generan inflación para acomodar todo en 24 horas, va a haber una caída en el consumo local. Es importante cómo la autoridad económica interviene a través de la Secretaría de Comercio". La competitividad lograda con la devaluación tiene serios condicionantes. El gobierno deberá actuar para superarlos.  «     Críticas de cavallo y pignanelli El ex ministro de Economía de la Convertibilidad, Domingo Cavallo, insistió ayer con que al gobierno le saldrá "el tiro por la culata" con la flexibilización del control cambiario y advirtió que si continúa la actual politica habrá "una explosión inflacionaria".  "La única forma para evitar la pérdida de reservas sería limitar las ventas de dólares en el oficial a las importaciones y derivar las demás operaciones a un mercado turístico y financiero que funcione libremente", evaluó Cavallo en una entrevista publicada por el diario brasileño O'Globo.  Por su parte, el ex presidente del Banco Central Aldo Pignanelli disparó que "una devaluación en medio del desorden, con fuerte déficit fiscal, emisión monetaria que se utiliza para cubrir el déficit sin respaldo, sin acceso al crédito externo, y sin inversiones, no soluciona el problema sino que lo agrava".  En declaraciones a radio El Mundo, Pignanelli aseguró además que "el otro problema que hay es que este equipo económico no es creíble, y a partir de ahora aunque haga las cosas bien, nadie le va a creer".     "No hay dudas de que la devaluación del peso genera un nuevo escenario de mayor competitividad para la economía." Abraham Gak Plan Fénix   "Se produce un salto en la competitividad en todo el país, con mayores beneficios para las economías regionales." Arnaldo Bocco Ex director BCRA   “El impacto sobre la competitividad es positivo, pero dependerá de la magnitud que tome el traslado a precios de la devaluación." Agustín D'Attellis La Gran Makro   "Era mejor aplicar políticas específicas de promoción de economías regionales y no provocar un descalabro de la economía." Fabián Amico Cefid-Ar   "El único beneficio será el de una mejora en la balanza comercial por una caída de las importaciones por incremento de sustituciones." Ramiro Castiñeira Econométrica   "Mejora totalmente la competitividad, tanto de las economías regionales como de la producción cerealera y aceitera."  Héctor Valle FIDE   Fuente:tiempo.infonews.com

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