OPINIÓN
7 de diciembre de 2013
Córdoba y que vuelva el 2001
Por Carlos Barragan:
"El 2001 es una pesadilla para muchos, pero para los Traidores Notables es un sueño. Un anhelo con el que sueñan todas las noches después de traicionar a alguien o algo. Un nuevo 2001 con muertos, saqueos, violencia, caos y el éxtasis: una presidenta huyendo en un helicóptero. La Casa Rosada está ahí, tan deseada como una novia virgen a quien humillar en la sangrienta noche de bodas. Y es que al traidor nada le da asco, porque convive con el asco que le da saber quien es."
Esta noche: Traidores Notables en TN. Traidores Notables juegan a que vuelva el 2001. Ya probado que el gobernador de Córdoba es un pirómano social que esperó a que su provincia se incendiara dos veces (una por el fuego, otra por la violencia) y que sólo después del fuego pidió ayuda al gobierno nacional, y que antes mintió un grito de auxilio desesperado, nos queda mirar los escombros que dejó su faena y aprender.
El disfrute de los traidores frente a los periodistas cómplices. El incendio de Córdoba, la violencia de los excluídos y marginales, y la violencia fascista de algunos votantes de De La Sota. Ahora los colegas del gobernador están en la televisión y se excitan, se sonríen entre sí: “a Capitanich se le está acabando el tiempo” se relamen los traidores, “a Capitanich se le está acabando el crédito”. Los Traidores Notables expelen la operación obvia de que el último incendio de Córdoba es responsabilidad del jefe del Gabinete Nacional, así le dan amparo al verdadero autor de esta obra maestra del dinosaurismo cordobés, el que lleva en sus genes la más impiadosa derecha peronista. Córdoba es una ciudad donde hay marchas para que la policía deje de encarcelar a jóvenes con gorrita de visera larga. De hecho se llaman “Marchas de la Gorra” y ya van siete marchas, pero nada. Y es que las leyes cordobesas permiten que cualquier sub-comisario decida quién va y quién no va a la cárcel. Al centro de la ciudad sólo llegan chicos sin visera, el que tiene visera o es “portador de cara” es encarcelado de inmediato, golpeado, y a veces asesinado por la policía que ayer se acuarteló para exigir mejores salarios. A veces desaparece alguien, como Facundo Rivera Alegre el año pasado, al parecer también por la policía provincial. Y no es el único.
Este apartheit de De La Sota funcionó como el percutor de los saqueos, los que no tienen cosas y no tienen permitido llegar al centro de la ciudad, cuando pueden, van hasta el centro y se llevan cosas. Ellos junto a las banditas de moto-soldaditos organizados. Son quizá esos mismos que fuman/venden el paco que maneja el aparato narco y policial –y parece que también político- de Córdoba, esa provincia donde varios funcionarios cayeron por su familiaridad con el narcotráfico. Esos narcos que hacen de funcionarios públicos, y que mantienen bajo amenaza de muerte a los periodistas que los denuncian. Amenaza de muerte. Vuelvo a escribirlo para diferenciarlo del “bulling” por el cual lloriquea un conocido periodista histérico.
Traidores Notables en la televisión y en el Congreso, irresponsables, equipo de demolición conformado por impotentes políticos, por mediocres consuetudinarios que se sonríen entre sí –los estoy viendo con asombro- ante la posibilidad gozosa de hacerle la primera muesca al nuevo jefe de gabinete. Sin importarles la violencia, la destrucción, el terror y la muerte cordobesas. No hay hasta este momento mayores noticias en los diarios sobre los dos muchachos de veinte años que volvían de su trabajo y pasaron por un barrio de gentes decentes, La Nueva Córdoba, que cuando los vieron venir los capturaron y los lincharon. Uno de los muchachos –el que no pudo escapar- fue al hospital, roto, salvado apenas de la muerte por dos policías que habían quedado sueltos por ahí. Hoy ese muchacho está preso, acusado de intento de robo. Del robo de vaya a saber uno qué cosa. Quizá por robar con su presencia eso que los peligrosos burgueses llaman “seguridad”. El delito de provocar susto se paga con linchamiento y cárcel en la nueva Córdoba del viajero De La Sota. Difícil pensar que nada sabía el gobernador de la que se venía armando con su policía infectada por narcos y además con malos sueldos (porque tal vez el sueldo no hacía falta). Esas cosas se saben desde mucho antes, desde mucho antes de emprender un viaje a Panamá.
Unos se llevan cervezas, otros fernet, otros botellas de vino, el plasma, el equipo de música. No roban polenta ni arroz como quisieran las almas sensibles. Se llevan lo que muchos usamos para hacer eso que llamamos “vivir bien”. Nada extraordinario para quienes pueden entrar al centro de la ciudad de Córdoba sin que la policía les pegue palazos en la cara y las costillas.
El 2001 es una pesadilla para muchos, pero para los Traidores Notables es un sueño. Un anhelo con el que sueñan todas las noches después de traicionar a alguien o algo. Un nuevo 2001 con muertos, saqueos, violencia, caos y el éxtasis: una presidenta huyendo en un helicóptero. La Casa Rosada está ahí, tan deseada como una novia virgen a quien humillar en la sangrienta noche de bodas. Y es que al traidor nada le da asco, porque convive con el asco que le da saber quien es.
“Federico tiene 20 años, nosotros nos dedicamos a la construcción e incluso mi hijo se dedica a llevar adelante la empresa. Trabaja desde las 8 de la mañana, es un muchacho que trabaja y fue a visitar a otro amigo que trabaja en una panadería para ir a la casa de otros amigos. Tuvieron que cruzar Nueva Córdoba y la serie de cortes que estaban haciendo los vecinos los llevó a Independencia y Peredo, allí comenzaron las agresiones desde los balcones con piedras y macetas, los cercaron con autos y llegados a esa esquina los tiraron y comenzaron a golpearlos salvajemente. Mientras los golpeaban comenzaron a filmarlos con celulares, a tirarles cigarrillos, a escupirlos. (…) “después tomaron la moto, la tiraron a un contenedor de basura y les querían pegar con bloques de cemento. Por suerte aparecieron dos policías de verdad y calmaron la situación. Igualmente los “nuevos sheriff” no querían dejar pasar la ambulancia, no se habían contentado con pegarles”cuenta el padre de Federico Hernández. Y el video está en youtube para quien guste ver a gente decente y trabajadora practicando la justicia contra quienes creen que son sus enemigos. Asesinos o imbéciles, perversos o idiotas. La gente decente necesita tener policía, y cuando no la tiene entonces busca el sádico placer de defenderse linchando a los pibes con moto y visera.
Tan lejos de la ciudad de Buenos Aires está la de Córdoba. Y tan cerca. En eso del asco de Fito Páez, en su gente, en su policía, y en sus ansias de linchamientos. Tan cerca están de nosotros esas gentes que en Córdoba tiraron macetas desde sus departamentos de clase media y lincharon pibes cuando no hubo policía en las calles. Y es que los Traidores Notables no están solos en su cruel mediocridad. Es duro comprobar que representan cabalmente a muchos ciudadanos decentes. Hombres y mujeres argentinos que no quieren dejar pasar la ambulancia.
“No sabemos quiénes lo acusan, vecinos anónimos que seguramente dieron nombres falsos y números falsos, la policía dijo que fue a buscar los testimonios”cuenta el padre del Federico Hernández. El pibe que pasaba con su moto por un barrio de La Docta. Donde gobierna la nostalgia de tiempos peores.
Fuente:www.diarioregistrado.com