Miércoles 5 de Febrero de 2025

Hoy es Miércoles 5 de Febrero de 2025 y son las 05:56 -

27.5°

EL TIEMPO EN LA CRUZ

INTERNACIONALES

28 de enero de 2025

A 89 segundos de que todo se destruya

De carácter simbólico, el Reloj del Juicio Final fue creado para alertar al mundo sobre el apocalipsis. Según el Boletín de Científicos Atómicos, el planeta está a menos de un minuto y medio de la medianoche, lo más próximo de una crisis global en 78 años. La guerra en Ucrania, el conflicto en Medio Oriente, las armas nucleares, la IA y el cambio climático, son algunas de las razones de alarma.

Por Pablo Esteban

El Reloj del Juicio Final, una herramienta simbólica creada para visualizar la chance de que la humanidad desaparezca, se ubica a 89 segundos de la medianoche. En términos metafóricos, es lo más cerca que sus manecillas han estado de señalar el “fin del mundo” en 78 años. Así lo confirmó el Boletín de Científicos Atómicos, la organización que lo gestiona desde su creación, luego de concluida la Segunda Guerra Mundial. Esencialmente, la vida en la Tierra se hallaría a menos de un minuto y medio de su fatal desenlace, gracias a la guerra en Ucrania, el conflicto en Medio Oriente y la carrera de armas nucleares que se encuentra en el punto más álgido. Si bien un tanto alarmista, la representación tiene el objetivo de advertir lo que podría pasar en el futuro si nada cambia y alentar un cambio de rumbo porque “cada segundo cuenta”.

Las agujas avanzaron luego de dos años consecutivos en los que indicaban que faltaban exactamente 90 segundos para medianoche. La diferencia de un segundo, aparentemente menor, “debe tomarse como una indicación de peligro extremo y una advertencia inequívoca de que cada segundo de retraso en revertir el curso aumenta la probabilidad de un desastre global", apuntó la organización. 

Aunque se trata de una representación --un tanto espectacular, quizás-- el Reloj fue creado con el objetivo que los jefes de Estado de todo el mundo puedan tomar cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde. De hecho, no fue casual que esta exhortación a la política fuera lanzada como propuesta inmediatamente luego de la Segunda Guerra Mundial. Y tampoco es casual que a la presentación asistiera Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y, curiosamente, premio Nobel de la Paz. 

Armas, clima e IA

Casi 80 años después de la Segunda Guerra, el conflicto bélico en Ucrania, sostienen desde el Boletín, podría volverse nuclear en cualquier momento. Desde la Campaña de Abolición de Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), portavoces indicaron que el incremento del gasto global en el rubro fue del 34 por ciento en el último lustro. En esta misma línea, destacaron que aunque el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (1968) fue suscrito por la mayoría de los Estados, no incluye a ninguna de las potencias. Así, se espera todavía que lo rubriquen China, EEUU, Rusia, Japón, Francia, Reino Unido, Israel y Corea del Norte.

En el presente, además de la guerra en Ucrania, lo que sucede en Medio Oriente y la carrera armamentista, existen otros fenómenos que también podrían contribuir a la debacle global. Por caso, el calentamiento global que, lejos de revertirse, empeora y, lo que aún significa más, lo hace a medida que las voluntades de los Estados de deshilachan. Sin ir tan lejos, al fracaso de la última cumbre de noviembre pasado en Azerbaiyán (COP n° 29), debe sumarse la novedad reciente de Estados Unidos. La semana pasada confirmó su salida del Acuerdo de París, que desde 2015 compromete a casi 200 naciones a limitar la emisión de los gases de efecto invernadero y, por tanto, el uso de combustibles fósiles.

Con ello, Trump abrió la puerta a que más naciones hicieran lo propio. Incluso, Argentina coquetea con esta posibilidad, ya que el presidente Javier Milei sostiene que, a contramano de toda la evidencia científica difundida, el calentamiento no es más que “otra de las mentiras del socialismo”.

También, desde el Boletín de Científicos Atómicos mencionan a la Inteligencia Artificial, “que ha hecho que el mundo sea más peligroso". Es que como todo avance científico que impacta en la vida de las personas, posee su costado luminoso y su costado oscuro. Hasta el momento, ningún gobierno --salvo escasas excepciones en la Unión Europea-- ha hecho alguna cosa por regular su desarrollo y limitar una competencia que ya enfrenta de manera decidida a China y Estados Unidos. Basta con analizar la explosión que provocó DeepSeek-R1, el chat GPT que lanzó el gigante asiático.

Llamado a la acción

El Reloj del Juicio Final, en este sentido, busca advertir a los líderes mundiales sobre la amenaza latente y la necesidad de una “asociación a escala global”. Asociación que comienza a resquebrajarse gracias al ascenso de Trump, que desconfía de las soluciones multilaterales y promueve el aislacionismo de la súper potencia que preside. Rusia continúa enfrascado en su guerra y China tiene la mirada puesta en afilar los colmillos y no resignar ni un milímetro de desarrollo en alguno de los rubros más pujantes, como la industria espacial, la robótica, el desarrollo nuclear y la IA. 

Aunque alarmista, el reloj permite realizar comparaciones históricasPara tener referencia, en 1947, estuvo a siete minutos de la medianoche, porque se estimaba que luego de la Segunda Guerra, la paz por fin podría reinar. Sin embargo, no fue así y en 1953 marcó dos minutos para medianoche. Fue en el marco de la Guerra Fría, cuando soviéticos y estadounidenses iniciaron sus pruebas con armas termonucleares; desarrollos tecnológicos que seguían el rosario de penas que provocaron Hiroshima y Nagasaki. Recién en 1991, luego de la Caída del Muro de Berlín, el Reloj se colocó a 17 minutos, la mejor performance de la humanidad para este conjunto de científicos que juzga, en base a algunos criterios puntuales, cuán lejos están los humanos de hacer explotar todo.    Fuente: www.pagina12.com.ar

COMPARTIR:

Comentarios