NACIONALES
6 de febrero de 2024
Con Javier Milei, la gorra está de fiesta: Palito Ortega animó las bodas de oro de un represor con domiciliaria
"El Carnicero" Jorge Olivera purga tres condenas a perpetua por crímenes de lesa humanidad. Fugador serial, cantó La Felicidad con El Rey en un festejo ATR bendecido por su hijo cura amigo de Villarruel.
Por Ailin Bullentini
Jorge Olivera se sabe la letra de La felicidad de memoria y se ve que le gusta mucho, porque, en un video que circula desde hace unos días por redes sociales, se lo ve cantándola a los gritos, deditos índices al ritmo, junto a su autor, el mismísimo Ramón Ortega, el Rey. Palito la sumó en el repertorio con el que agasajó al propio Olivera y a su esposa, Marta Ravasi, por las bodas de oro de matrimonio. El evento -otro síntoma del clima de época que instaló en el país la llegada al poder de Javier Milei- sucedió el fin de semana pasado y contó con numerosos invitados, a pesar de que el esposo homenajeado purga en prisión domiciliaria tres condenas a prisión perpetua por su participación, bastante activa por cierto, en secuestros, torturas, abusos sexuales y homicidios cometidos en San Juan y Mendoza durante la última dictadura cívico militar. Fiscales de ambas provincias solicitaron a la Justicia explicaciones sobre la fiesta.
Los fiscales generales Dante Vega y Francisco Maldonado presentaron un pedido de informes al Tribunal Oral Federal de San Juan sobre el fiestón que se mandó Olivera a pesar de estar bajo régimen de prisión domiciliaria por genocida. “Esta situación genera conmoción social y desnaturaliza el sentido de la pena, particularmente cuando se está frente a una persona múltiplemente condenada a prisión perpetua por gravísimos crímenes calificados como delitos de lesa humanidad ”, advirtieron los fiscales.
Un fiestón
Parece que la idea de celebrar a destajo 50 años de matrimonio fue de los hijos –cinco– de la feliz y perseverante pareja. La fiesta, que, según circuló en medios periodísticos, costó alrededor de 20 mil dólares, contó con una ceremonia dirigida por Javier, el hijo sacerdote del represor múltiplemente condenado, y decenas de invitados que se reunieron en una casona ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires.
Olivera fijó en Vicente López el domicilio donde cumpliría arresto domiciliario, luego de que la Cámara de Casación Penal le otorgara el beneficio por cuestiones de salud en julio pasado. Los fiscales solicitaron a la Justicia que indique si es allí donde sucedió todo. Si fue en otro lugar, los fiscales pidieron la “inmediata revocación” del beneficio.
La fiesta contó con catering de lujo, barra de tragos y DJ especial para los invitados, quienes también disfrutaron del show de Palito, vestido de blanco, y sus hits de siempre. La referente de los grupos de familiares y defensores de represores Cecilia Pando, que asistió junto a su marido, estaba exultante con el cantante. Se sacó una foto con él y la subió a las redes.
Pando fue discreta con la publicación en redes: durante el festejo se fotografió con el cantante y exgobernador de Tucumán y con “amigos” bajo el arco de globos dorados y blancos preparado para la ocasión, pero se cuidó de no mencionar el motivo de la fiesta.
A los hijos de OIivera, en cambio, no les importó demasiado que su padre esté preso. “Las Bodas de Oro representan 50 años de casado. Toda una vida, compartiendo los valores de la Familia. Merecían un festejo único ”, posteó Marcelo Olivera Ravasi, médico tocoginecólogo de San Luis, acompañado de un video de la fiesta en el que se ve al genocida y a su esposa cantando con Ortega.
“Antaño los hombres se casaban por Iglesia, tenían los hijos que Dios les mandara y permanecían juntos hasta la muerte. Felices bodas de oro, queridos papá y mamá, 50 años, 5 hijos varones y una vida entregada a Cristo, la Patria y la familia. y ¡gracias por enseñarme a vivir de pie!”, dedicó el sacerdote, quien hace algunas semanas sonó fuerte como agregado diplomático en el Vaticano. Es conocida la cercanía de Javier Olivera Ravasi con Victoria Villarruel: los padres de ambos fueron compañeros en el Colegio Militar cuando eran cadetes, pero la vicepresidenta no fue de la partida en la celebración.
El Carnicero enjabonado
Olivera llegó a la zona de Cuyo en 1975, destinado al regimiento de Infantería de Montaña 22, donde ejerció la jefatura del área de Inteligencia. En el marco del plan sistemático de secuestros, tortura y exterminio desplegado durante por la última dictadura, Olivera pasó a la acción. En los centros clandestinos de la zona lo conocían como “El carnicero”: fue acusado y condenado por secuestros, torturas, abusos sexuales y homicidios.
En su pedido de informes al TOF de San Juan, Vega y Maldonado destacaron que Olivera es “una persona que en dos oportunidades evadió el sistema de administración de justicia, mostrando un desprecio manifiesto por la debida sujeción al proceso”. En los 2000 cayó en manos de la Justicia, pero de Italia, acusado de la desaparición de la ciudadana francoargentina Mari-Anne Erize. Sin embargo, logró zafar presentando un certificado de defunción falso de la joven, secuestrada en San Juan. Volvió a caer preso en 2007, cuando la Justicia argentina quedó habilitada a investigar el genocidio de la última dictadura. Aquella causa culminó en un juicio que en 2013 le valió a Olivera la primera condena a prisión perpetua.
Los achaques de salud siempre le fueron válidos a Olivera para zafar de investigaciones y condenas. Meses después de aquella sentencia en contra, logró ser trasladado al penal de Marcos Paz y, de allí, a consultar a un médico en el Hospital Militar Central. En el viaje hacia el hospital se fugó junto a otro genocida, Gustavo de Marchi. Su fiel esposa, la que cumplió 50 años a su lado, le sirvió de cómplice. Lo volvieron a capturar en 2017, escondido en el baúl de un auto en el barrio donde vive su familia, San Isidro. Desde entonces recibió dos condenas más y siempre insistió en obtener prisión domiciliaria.
En julio pasado, la Casación volvió a otorgarle ese beneficio. Estaba disfrutando de la cárcel vip de Campo de Mayo a la que había sido enviado luego de que la Fiscalía descubriera que había falsificado certificados médicos para salir a caminar por el barrio.
Fuente: www.letrap.com.ar