PROVINCIALES
26 de diciembre de 2022
La Justicia correntina también ha desobedecido a la Corte
El amague de desacato del presidente Alberto Fernández a una orden de la Corte Suprema de Justicia de la Nación disparó una crisis institucional de impredecibles consecuencias, y no es para menos, se trata del jefe de Estado que se niega a cumplir con una disposición taxativa del máximo tribunal del país. Sin embargo, más allá de las implicancias que tiene tal actitud y los intereses (políticos) que lo mueven, lo cierto es que el profesor Fernández está apenas arrimándose en último lugar a una fila de desobedientes que también le dieron vuelta la cara a los "supremos". Personajes e instituciones de toda laya se animaron a desconocer un fallo de la Corte Suprema sin que les temblara las rodillas, y lo que es peor, sin consecuencia alguna.
En esa fila de desobedientes está la Justicia de Corrientes. El Superior Tribunal de Justicia, los jueces que la integran y también el fiscal general, que fue el propiciante del mayor desplante institucional que se dio en el Taragüí, y que ha llegado incluso hasta estos días. Es decir, la desobediencia continúa porque aquello que la Corte ordenó subsanar no se cumplió. Los otros dos poderes del Estado provincial, el Legislativo y el Ejecutivo por omisión están enchamigados en la prosecución del desacato.
Corrientes, que tiene memoria "ad hoc", como alguna vez dijo un pensador local, no recuerda este episodio que es, ciertamente, gravísimo. El descarriado no es un funcionario o un organismo de relativa trascendencia, no, la desobediencia es del propio Poder Judicial correntino.
El punto de conflicto es la división el Ministerio Público. En la reforma constitucional de 2007, en el artículo 182, se estableció la división del Ministerio Público en fiscalía general, Defensoría General y Asesoría General. Cada uno de ellos debe ser designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, de igual forma que los jueces.
En 2008 el fiscal general, César Sotelo, titular del Ministerio Público, planteó la inconstitucionalidad de ese artículo y el Superior Tribunal de Justicia falló a su favor. Eduardo Farizano, Carlos Rubín, Guillermo Semhan y Juan Carlos Codello firmaron el 31 de mayo de 2008 la resolución que evitó la división del Ministerio Público. Comenzó así un largo litigio que llegó hasta la Corte, por vía del entonces fiscal del Estado, Fernando Carbajal, actual diputado nacional por Fomosa. Se resolvió en 2012, hace una década.
El 27 de noviembre de 2012 la Corte Suprema de Justicia ordenó, con un severo llamado de atención, reanudar el proceso para designar el defensor general y el asesor general, que había sido suspendido en la Cámara de Senadores. Es decir, convalidó la división del Ministerio Público. En el fallo la Corte Suprema dijo que el Superior Tribunal de Corrientes se arrogó la representación del pueblo correntino para modificar la Constitución.
Pese al tiempo transcurrido, el fallo nunca se cumplió. El Ministerio Público sigue conducido monolíticamente por una sola persona y la Justicia correntina acompaña ese desacato. Así las cosas, en la fila de los descocados, Alberto F. también está llegando tarde.s (L.A.S)
Fuente: www.nortecorrientes.com