PROVINCIALES
8 de diciembre de 2022
El campo presiona por la extensión de la emergencia con un informe
Asociaciones del sector productivo clasificaron de "compleja" la situación por tres años de sequía. Hay preocupación por la pérdida de 65 mil hectáreas sembradas de arroz y la reducción de calidad de los cítricos. También mencionan la proliferación de plagas en todos los cultivos.
Ante la noticia de una pronta reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria de la Provincia, la Coordinadora de Entiendes Productivas de Corrientes (CEP) publicó ayer un informe en el que se menciona algunas de las consecuencias de la sequía en cinco sectores, pilares de la producción local. Un documento que en síntesis busca exponer los motivos para que el Gobierno provincial se defina a favor de la extensión del estado de emergencia.
El primer sector que mencionan es el citrícola debido a la pérdida de gran cantidad de hectáreas en explotación comercial. "Se da una situación límite en la estructura de las plantas, dada la poca absorción de humedad por raíces, con mucho deterioro y mala nutrición", menciona el documento.
Estiman una pérdida de frutas de entre el 50 y 80%, y ya se observa un daño por sol que bajó mucho la calidad, sumado a la falta de tamaño por déficit de humedad. Otro de los datos que suma es que durante el año no hubo precio de referencia para comercializar la producción.
El sector yerbatero afirma que desde la primavera se observó que las plantas en producción, afectadas por la sequía, se venían recuperando lentamente, con una débil y baja brotación. Los replantes que se hicieron en los años 2020-2021 sufrieron las mismas consecuencias debido a la escasez hídrica, y se pronostica que tardaran cuatro años para una recuperación total.
"Preocupa la presencia del taladro grande de la yerba mate, también llamado tigre, kiritó, plaga cada vez más frecuente y en cantidades sorprendentes", finaliza el informe para este sector.
Por su parte, las forestaciones vienen expresando diferentes síntomas que permiten ver la gravedad de la situación, reflejado en algunos casos en pérdidas de hasta el 7% del patrimonio forestal, variando desde una afectación en la tasa de crecimiento de las plantaciones hasta la mortandad. "Asimismo, el estrés de las plantas producto del déficit hídrico hizo que se produzca un aumento en el ataque de plagas", detalla el informe.
El sector arrocero estima una reducción en el área de siembra para la campaña 22/23 que se estima de, aproximadamente, 65.000 mil hectáreas, una caída del 35% respecto al ciclo anterior. "En la siembra se dio una particularidad, sucedió que más allá de haberla realizado en época correcta, la falta de precipitaciones y temperatura en septiembre y octubre retrasaron los nacimientos por 30 días o más, concentrando la emergencia y su correspondiente demanda de riego con las siguientes camadas", acotaron.
Por último, el sector ganadero asegura que las condiciones climáticas no propiciaron el crecimiento de los pastizales, por lo que falta volumen y calidad. "Las aguadas naturales se están secando, los ríos interiores reducidos en su caudal y las napas subterráneas cada vez más profundas, lo que dificulta y encarece la extracción de agua", sostiene sobre el recurso hídrico.
Además, mencionan que habrá menos celo en los rodeos y así menos terneros, no se lograrán los objetivos de peso en los engordes y recrías. "Peor aún, hay riesgo de mortandad de animales", finalizan.
Firmantes
Las entidades que firmaron el documento son la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes (ASRC); la Federación de Cooperativas de Corrientes Limitada (FEDECOOP); la Asociación de Citricultores de Corrientes; la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz (ACPA); la Asociación forestal Argentina (AFOA); Sociedad Rural Argentina (SRA) distrito 8; y la Asociación de Plantadores del Nordeste (APNEA).
Polémica por las arroceras: "No podemos multar en plena producción"
Las arroceras acordaron hace una semana una administración más cuidada de las aguas del río Corriente a la altura de Paso López, en cercanías a Perugorría, luego de que se difundieran videos del cauce casi seco. Desde el ICAA aseguran que los productores se ajustaron a lo pactado. Y advirtieron que de haber incumplimientos habrá multas.
El administrador General del Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (ICAA), Mario Salvia, dio detalles de los acuerdos logrados entre las arroceras para cuidad el recurso fluvial. "Se acordó bajar el ritmo de riego, es decir que los que tenían dos bombas iban a utilizar solo una y los que tienen solo una bomba debían disminuir las revoluciones para que el agua llegue hasta el último productor. Este va ser el principal testeador de todo el sistema que está funcionando", explicó en comunicación con época.
Desde el organismo provincial confían en que a medida que se recupere el caudal y se registre un exceso, se prenderán las bombas aguas arriba para que se pueda captar más agua. "A más excedente se va habilitar nuevas bombas o más revoluciones", acotó.
Controles
Salvia sostuvo que, según las primeras comunicaciones con las siete arroceras, todo se está cumpliendo de acuerdo a lo pactado. De todas formas, enviarán un técnico para comprobar el estado del río en determinados puntos. "El volumen de agua permitido para la extracción se asigna según la intención de siembra, en base a ella podemos controlar y multar incumplimientos cuando termine la campaña. No podemos multar en plena producción, nos interesa que se trabajen", aclaró.
Por último, el ICAA prevé que la situación del río Corriente será más complicada en los próximos meses por la sequía. "Por eso debemos regular y que las perdidas sean parejas para todos los productores", concluyó.
Fuente: www.diarioepoca.com