Dijo que ese sector tenía como objetivo perpetuarse en el poder junto a los grupos económicos y “blanquear” a los torturadores de los centros de detención para presentarlos luego como “héroes nacionales”, malversando una causa tan noble y profunda en el sentimiento de la mayoría del pueblo argentino.
Ciento ochenta años de la usurpación imperialista desde el 3 de enero de 1833 y que se continúa hoy con un vetusto enclave colonialista del siglo XXI.
La Cuestión Malvinas es hoy Política de Estado en función de los nuevos paradigmas de Memoria, Verdad, Justicia, Soberanía y Democracia, ya no es solo una causa nacional, es la Causa de la Patria Grande Latinindoafroamericana.
Malvinas define al concepto de soberanía en su concepción integral y amplia, en lo político, económico, social, educativo, cultural y territorial. Ante la diversidad de miradas es necesario profundizar el debate.
Es inexcusable revisar el pasado para construir un futuro mejor, sin ánimo de revancha ni de venganza, condenar a los militares argentinos responsables de los delitos de lesa humanidad sucedidos en Malvinas, los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas británicas y recuperar la identidad de las 123 tumbas NN (de las 237) en el Cementerio de Darwin.
Es preciso esclarecer que realmente no fueron 649 los caídos en el conflicto bélico, ya que se estaría legitimando a aquellos que ni siquiera estuvieron en nuestras islas, sino que y es más grave aún, desaparecieron a jóvenes (niños) en centros de detención de la dictadura y fueron distinguidos con un grado mayor post mórtem.
Cuando se hace referencia a los caídos en el conflicto bélico se los define como héroes, no todos los fueron. Haber fallecido en Malvinas no borra hechos y actitudes individuales anteriores. Se es héroe o represor, no los dos conceptos al mismo tiempo. En Malvinas estuvieron represores y torturadores de los centros clandestinos de detención, el caso Giachino es el más emblemático, documentaciones y testigos -todos en la Justicia- lo señalan como partícipe activo en la ex ESMA y en la Base Naval de Mar del Plata. El gobernador de las Islas Mario Benjamín Menéndez, el comandante del desembarco el 2 de abril contralmirante Busser (ya fallecido, cumplía prisión domiciliaria), la mayoría de los jefes de las unidades militares en Malvinas como Parada y Mabragaña, Astiz, Pernías, Rolón, Acosta, Cionchi, Binotti, Barreiro, Losito, varios pilotos de los “vuelos de la muerte” y tantos otros, todos involucrados por delitos de lesa humanidad, procesados o condenados.
En estos buenos tiempos de nuevos paradigmas, de una importante participación popular, fundamentalmente de la juventud y de líderes de gobiernos con proyectos comunes de integración regional recobrando los sueños de nuestros patriotas latinoamericanos nos convoca a una participación, con compromiso y convicción, recuperando en el lenguaje los conceptos de patria, pueblo, dignidad, autonomía, independencia.
La Cuestión Malvinas avanza con el apoyo de la mayoría de los gobiernos y los pueblos del mundo, en el MERCOSUR, la UNASUR, la CELAC, la ALBA, los países de África y otros bloques que se habían mantenido al margen de nuestros reclamos, intelectuales, periodistas y organizaciones de Europa y hasta el mismo Estados Unidos que plantea sentarse a dialogar. Mientras el Reino Unido continúa con su actitud beligerante y hasta circense con el “referéndum de los kelpers”, demostrando una vez más su política de desconocer las resoluciones de Naciones Unidas que aconsejan discutir la soberanía de las islas del Atlántico Sur. Lleva adelante la exploración y explotación de nuestros recursos naturales de la cuenca de Malvinas que es una base de la OTAN y que les permite controlar a los países suramericanos y fundamentalmente fijan sus objetivos sobre la Antártida, bajo su vetusta visión colonialista. Ya han quedado solos y más temprano que tarde tendrán que sentarse a dialogar y los argentinos tenemos todos los fundamentos históricos, políticos y geográficos de nuestro lado. Tenemos todos los papeles y ellos no.