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EL TIEMPO EN LA CRUZ

20 de abril de 2017

Crece la figura de Carlos Vignolo como hombre fuerte del Gobierno

Busca ocupar el vacío de liderazgo que va dejando Ricardo Colombi, que se enfrenta al inevitable fin de su poder. El "Mono" opera directamente con el macrismo en Buenos Aires. Disputas por el nombre del candidato.

Mientras en el mundo político crece la expectativa frente al postergado anuncio sobre quién será el candidato a Gobernador de la alianza ECO+Cambiemos, la pelea sorda por el liderazgo de la coalición oficialista tras el inevitable fin del mandato de Ricardo Colombi, crece también en el subsuelo del poder político provincial.

Hasta hace unos meses se hablaba de doble comando por el rol protagónico de Carlos Vignolo, muchas veces a expensas de Ricardo Colombi que con el correr de las semanas siente en intensidad el síndrome del pato rengo. Como síntoma de estas disputas subterráneas, en las últimas horas emergió una contradicción en el seno de la cúpula radical: mientras el propio Vignolo admitía públicamente que aún no hay consenso en torno a la candidatura mayor, el gobernador Colombi, en declaraciones radiales, aseguró que el candidato ya está y sólo falta hacer el anuncio (ver página 2). El resultado electoral en la Capital el próximo 4 de junio y el "carpetazo" contra el vicegobernador Gustavo Canteros, entre otros hechos, están en el bolillero como expresiones de un fin de ciclo y el comienzo de otro que aún muestra muchas incertidumbres.    CAFÉ FRÍO   Como se apuntaba, hasta hace unos meses se hablaba de doble comando por el rol protagónico de Carlos Vignolo, muchas veces a expensas de Ricardo Colombi que con el correr de las semanas siente en intensidad el síndrome del pato rengo o del café frío. Ahora Vignolo ya es el hombre fuerte del Gobierno, al punto que tras bambalinas opera ya sin disimulo para conseguir la venia del macrismo en Buenos Aires. Ayer salió con definiciones de altísimo voltaje volviendo a desdibujar a un Colombi limitado al día a día de la gestión. Admitió públicamente que aún no hay consenso en torno a la candidatura mayor, y atribuyó a esta circunstancia la demora que a esta altura incomoda al radicalismo que aún no procesa la estrategia de Colombi respecto a la Capital. ¿Juega a ganar o a entregar la Capital? Es la pregunta del millón. El acuerdo con el Intendente para anticipar las elecciones no termina de cerrar.  De hecho, una eventual y previsible derrota en Capital implicaría una muy fuerte pérdida de credibilidad y liderazgo en un Ricardo que viene con el paso cambiado, sin poder hacer pie en las turbulentas aguas de un radicalismo que ya duda de quien fuera su principal referente. Tampoco es un secreto que no puede domar a Gustavo Canteros, que parece un caballo desbocado, un verdadero elefante en una cristalera puertas adentro de un Gobierno que a esta altura no sabe si es mejor tenerlo adentro o afuera. Por lo pronto, el primer carpetazo fuerte del Gobierno pareció apuntar al número dos del Gobierno, aunque no tuvo la resonancia esperada, prueba quizás de que la pólvora está mojada, y que no es la campaña en su recta final el momento mejor para este tipo de operaciones.
En primera persona
Ahora Vignolo ya es el hombre fuerte del Gobierno, al punto que tras bambalinas opera ya sin disimulo para conseguir la venia del macrismo en Buenos Aires. No descarta, incluso, ser él mismo el candidato para las elecciones a gobernador.

Como síntoma de estas disputas subterráneas, en las últimas horas emergió una contradicción en el seno de la cúpula radical: mientras el propio Vignolo admitía públicamente que aún no hay consenso en torno a la candidatura mayor, el gobernador Colombi, en declaraciones radiales, aseguró que el candidato ya está y sólo falta hacer el anuncio.

De hecho, una eventual y previsible derrota en Capital implicaría una muy fuerte pérdida de credibilidad y liderazgo en un Ricardo que viene con el paso cambiado, sin poder hacer pie en las turbulentas aguas de un radicalismo que ya duda de quien fuera su principal referente. Tampoco es un secreto que no puede domar a Gustavo Canteros, que parece un caballo desbocado, un verdadero elefante en una cristalera puertas adentro de un Gobierno que a esta altura no sabe si es mejor tenerlo adentro o afuera.
  Fuente:www.diarioellibertador.com.ar

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