INTERNACIONALES
24 de agosto de 2016
"La mitad de Amatrice ya no existe"
Así lo señaló el alcalde de esa localidad, en la provincia de Rieti, una de las más afectadas por el sismo que sacudió el centro de Italia. "La gente está bajo los escombros", aseguró, con hondo pesar, el jefe comunal Sergio Pirozzi. Además, confirmó que se produjeron derrumbes graves, por lo que no se descuenta que la cantidad de víctimas pueda ascender en las próximas horas.
El alcalde de la localidad italiana de Amatrice, en la provincia de Rieti, en la región del Lacio, una de las más afectadas por el sismo que sacudió Italia, aseguró, con mucho dolor que "la mitad de la localidad ha dejado de existir", gracias al terremoto de 6.2 en escala de Ritcher que golpeó fuerte el centro de Italia.
"La mitad de la localidad ya no existe, la gente está bajo los escombros", declaró Sergio Pirozzi, a la cadena italiana Sky. Además, confirmó que se han producido derrumbes graves en varios edificios y puentes que complican el acceso a la zona.
En ese sentido, el hombre hizo un llamamiento a las autoridades del país para liberar las calles lo antes posible y resaltó que se está trabajando sin luz: "Tenemos espacio para que vengan helicópteros de socorro, pero la prioridad es liberar las calles".
Por otro lado, Protección Civil confirmó derrumbes en otras tres provincias italianas: Ascoli Piceno, Fermo e Macerata. Concretamente, los mayores daños se han registrado en la localidad de Arquata del Tronto y Pescara del Tronto, en Ascoli Piceno, en Amandola (Fermo), y en Gualdo (Macerata).
El obispo Giovanni DErcole, de la diócesis de Ascoli, afectada por el terremoto describió la situación con mucha crudeza y relató que al llegar a Pescara del Tronto se topó con "un pueblo destruido, gritos y muertos" y ha tenido que bendecir los cuerpos de dos niños muertos bajo los escombros".
"El espectáculo es desolador. Cuando he llegado con las luces del alba he visto un pueblo destruido, gritos, muertos. No sabemos cuántos son. Estamos verdaderamente en una situación desesperada y no somos el único pueblo", lamentó el prelado.