Por Matías Resano
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Ante semejante advertencia los responsables del establecimiento tuvieron que dar un paso al costado, circunstancia que hizo que los animalitos -hay también una decena de gatos- quedaran a la buena de Dios. Por eso, quienes estaban al frente del lugar piden ayuda para reubicar las mascotas habida cuenta que no tienen respuesta alguna del municipio.

En la madrugada del último domingo, de una camioneta y de un automóvil descendieron un grupo de sujetos armados frente al Refugio de Charly, ubicado en la localidad de la Reja, partido de Moreno, hogar de116 perros y 10 gatos.

Posteriormente, irrumpieron en la vivienda, en la cual se aloja una cuidadora junto a su esposo y sus tres hijos, menores de edad, quienes fueron blanco de amenazas. Al padre de familia le colocaron un cuchillo en su cuello, en tanto que a la madre le dijeron que violarían a uno de sus hijos en caso de no retirarse con las mascotas en el plazo de una semana. Por si fuera poco, hasta les ofrecieron dinero para envenenar a los animales y posteriormente se retiraron efectuando disparos al aire.

En consecuencia, los quince voluntarios que brindan asistencia a los animalitos se vieron en la obligación de acelerar el plan de reubicación de los perros, a través de la adopción o colocándolos en pensiones hasta que sean otorgados a un nuevo dueño.

Al respecto, Florencia explicó a Crónica que "debido a la gran cantidad de animales que abandonaban en la puerta del refugio decidimos reubicarlos de manera paulatina con la idea de terminar todo en diciembre. Sin embargo, con lo sucedido, debemos hacerlo cuánto antes". En principio, cinco mascotas fueron adoptadas, en tanto que otras doce fueron ubicadas en tránsito. Asimismo, el próximo sábado se llevará a cabo una jornada de adopción.

Oscuro interés

Quienes conocen el tema aseguran que todo esto sobreviene por el interés de un vecino que pretende apropiarse de la casa del fundador del refugio, Juan Carlos De Luca, quien falleció en marzo pasado. La bronca de la gente es también con el municipio que poco hace el respecto. "Nunca nos tendieron una mano. No fuimos escuchados y aquí están las consecuencias", dijo una voluntaria.

En su vivienda de La Reja, Juan Carlos, decidió darles lugar a los perros de la calle, argumentando tan notable decisión que "un perro me salvó la vida en la guerra de Malvinas". Fue entonces que convirtió su hogar en un refugio de mascotas, que por estas horas corren peligro ante las amenazas de inescrupulosos sujetos que seguramente a alguien deben responder.