Un confuso y violento episodio tuvo lugar en el barrio porteño de Flores, donde una mujer y su hijo fueron heridos de bala en la mañana de ayer, cuando salieron de su casa rumbo al colegio. Con ellos iba otra hija de la mujer, que detalló que sólo sintió un estruendo pero subrayó que no vio quién efectuó el disparo.

Por lo tanto, los investigadores descartaron el móvil de robo y sospechan que las balas fueron producto de un enfrentamiento entre delincuentes, en las inmediaciones de la vivienda de las víctimas.

Alrededor de las 7.30 se retiraron de su casa de Lautaro al 700 rumbo al colegio Eccleston School, situado en la intersección de las avenidas Rivadavia y Carabobo, a unas ocho cuadras de ese lugar. Sin embargo, a los pocos metros, en la vereda de la Escuela de Música Nº 7, María de los Ángeles Castro de Abraldes, de 39 años, sintió un ardor por su espalda, misma sensación que experimentó su hijo de 11 años, en la zona de un glúteo. Intentaron retomar sus pasos en dirección a su domicilio pero, producto de las heridas, se desvanecieron y fueron asistidos a tiempo por los pocos vecinos que fueron testigos del hecho. En consecuencia, las víctimas debieron ser trasladadas en primera instancia al Hospital Piñero y posteriormente al Hospital Italiano. La mujer debió ser operada.

Descartan robo

En tanto, la hija de la mujer, de 9 años, quien también se hallaba en la escena, aseguró ante las autoridades policiales no haber advertido la presencia del agresor, por lo tanto, fue desestimado, por los investigadores, el móvil de robo.

Este testimonio reforzó la hipótesis inicial de "dos balas perdidas", como reflejaron fuentes policiales a "Crónica", que alcanzaron las humanidades del pequeño y de su madre. Al respecto, vecinos de la zona consideraron habituales los enfrentamientos entre bandas vinculadas con la comercialización de drogas, en las cercanías del colegio Nº 7, por su proximidad a la villa de emergencia 1-11-14.

No obstante, las pesquisas aguardaban los resultados de las pericias de las pocas cámaras de seguridad que existen en la cuadra para precisar las causas. A su vez, las autoridades judiciales solicitaron la presencia de testigos que puedan aportar datos clave en la causa.

Por su parte, Pablo, un vecino que reside frente al lugar en el cual se desplomaron madre e hijo, señaló que "la mujer hace cinco años que vive junto a su familia en la cuadra. Nunca vimos ningún incidente o escena violenta con su marido", descartando así un intento de femicidio. Además, el hombre reveló que "no escuchamos frenadas ni arranque de un vehículo", resaltando de esta manera la lejanía del origen del disparo.