Se va el más político de los gobernadores
Sus detractores podrán encasillarlo con distintos matices de críticas, pero no podrán quitarle el hecho histórico de ser el que más tiempo ocupó el sillón de Ferré, que bien podrían llamar las futuras generaciones el sillón de Colombi. Parco, pero con arengas tajantes. De relatos concisos, pero contundentes. Obstinado, pero pragmático. Éstas y otras combinaciones, junto con una contracción al trabajo inigualable le permitieron ser un exponente particular. Si bien en los últimos tiempos comenzó a perder la muñeca, sin lograr la reforma, el triunfo electoral del 8-O lo enfervorizó.