OPINIÓN
27 de julio de 2025
A Dios rogando y con Lamelas dando

La economía sigue presentando signos alarmantes para Milei. El Fondo advirtió que la situación de las reservas monetarias es crítica. Una forma de prevenir al Gobierno que está con la soga al cuello, y que quienes regulan el apriete son precisamente ellos. Falta saber aquello de lo que nadie tiene ni la menor idea: si la reacción social y política despertará antes de que las consecuencias sean peores.
Por Eduardo Aliverti
Mientras una gran mayoría de las observaciones periodísticas se centra en lo rotos o quebradizos que son los armados electorales, el panorama de la economía sigue presentando signos alarmantes. Es así que no se encuentran novedades. Hay, sólo, ratificaciones cada vez más acentuadas.
Naturalmente, es comprensible que los espectáculos partidarios se lleven tanta atención. Con rigor, en verdad hace ya rato que no debe hablarse de “partidos”, en su acepción convencional, sino de figuras individuales que representan tendencias, corrientes, espíritus de época. No existen más los debates y documentos orgánicos, ni las plataformas, ni los programas, ni las manifestaciones que expresen a un conjunto. En ese marco, escándalos, trascendidos y chusmeríos de toda naturaleza arrastran una agenda mediática potenciada por la cloaca de las redes.
También es cierto que los protagonistas hacen lo suyo, y cómo, para que la mirada se pose sobre ellos con preeminencia de críticas negativas. Operetas y operaciones a gran escala, desembozadas, no excluyen que tienen de qué agarrarse: se les deja la cancha servida.
En el caso del peronismo, el cierre hacia las urnas de los nombres bonaerenses presentó elementos muy complicados. Es chicana, pero no invento, que unos oportunos cortes de luz permitieron alargar definiciones, hasta arribar a la tregua atada con alambre. Tampoco es imaginería que las desconfianzas internas se ahondaron, sin perjuicio del esfuerzo que -por ahora- se pone en disimularlas. Que Axel Kicillof y Mayra Mendoza se hayan mostrado juntos, por ejemplo, es un gesto escenográfico potente que deberá ratificarse tantas veces como sea necesario.
Lo del libertarismo fue incluso más marcado. Se mataron a cielo abierto entre las transas de La Hermanísima y las milicias digitales, como corresponde a una fuerza improvisada que, casi a la primera de cambio, revela su endeblez constructiva. Haber absorbido al extinto macrismo es producto de un clima no sabemos si pasajero. La fortaleza del antiperonismo, junto con la apatía política popular que se expresa en el creciente abstencionismo, es ayudada por el resentimiento contra el gobierno anterior. Ambos factores continuarían siendo más vigorosos que los síntomas y realidades del bolsillo.
Hay aspectos de ¿diversión?, como el apellido del futuro embajador estadounidense. O el salón cordobés Pajas Blancas en que se desarrolló el Fachos Fest, pagado con la nuestra.
Pornográficos son en profundidad los dichos de Lamelas, quien, de todos modos, no hace más que defender los intereses de su país en una forma que, tan sólo y a tono con la era trumpista, carece de rubor.
En cualquier otro momento, las afirmaciones del apellidado hubieran producido un repudio masivo desde la dirigencia política de, prácticamente, todos los colores. Qué tiempos aquellos. Para algunas cosas, melancolía y nostalgia son paralizantes. Para otras -éstas, sin ir más lejos- debieran ser estímulo de patriotismo básico.
Lamelas, en su apelación a intervenir en los asuntos argentinos para enfrentar a chinos siniestros y recorrer distrito por distrito a fines de evitar corrupciones provincianas, no hizo más que “adelantar” el plan presentado a Jamoncito por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (Amcham). El artículo de Raúl Dellatorre, en Página/12 del viernes, fue el primero que lo diseccionó con precisión.
Recordemos, ante todo, que ese lobby corporativo lo preside Facundo López Minujin, el CEO local del JP Morgan. Es decir: la entidad que comanda cómo se establece el riesgo-país.
Sin ningún subterfugio, le reclaman a Argentina la eliminación de restricciones cambiarias para girar dividendos. Avanzar urgentemente en las reformas laboral e impositiva. Encontrar las garantías institucionales, y acuerdos, para que el actual modelo perdure y evite la generación del “efecto péndulo”, quedando “a salvo” del retorno a políticas regulatorias.
Como de costumbre, no se vayan que viene lo mejor porque AmCham detalla los sectores y cifras de aliento prolongado con que el país hallará su condena al éxito.
Agroindustria. Oil & Gas, con Vaca Muerta como eje central. Transformación digital e innovación. Minería, apoyada en los yacimientos de cobre y litio. La suma da 133 mil millones de dólares. Eso sí: para el 2033. No se afirma que no deba proyectarse a largo plazo. Todo lo contrario. El problema es quiénes son los que proyectan.
También de vuelta, las causalidades permanentes produjeron que Lamelas y AmCham coincidieran en el acuerdo técnico alcanzado con el FMI en su primera revisión del último préstamo concedido. Liberaría otros 2 mil millones de dólares para llegar a septiembre y octubre “estabilizados”, unido a las concesiones que el Gobierno anunció este sábado a favor de la gauchocracia (¿a que sí saben de dónde saldrán los fondos que cubrirán el agujero fiscal forjado por la baja generalizada de retenciones?).
Por las dudas, unas horas antes, el Fondo advirtió en rango oficial que la situación de las reservas monetarias es extremadamente crítica. Vaya. Directa manera de prevenir que estamos con la soga al cuello, y que quienes regulan el apriete son precisamente ellos.
Entre mediados de abril y comienzos de mayo se fugaron 5400 millones de dólares. En interpretación básica, son el 44 por ciento del último préstamo del organismo de control geopolítico al que un cinismo, supremo, pretende como entidad de asistencia financiera.
Siempre muy apartado de las inquietudes cotidianas, otros siguen siendo los números que importan entre quienes “la macro” significa una ajenidad absoluta. Las ventas en supermercados y mayoristas, de acuerdo con los indicadores más recientes, cayeron en junio un 6,4 por ciento cada una. La pérdida del poder adquisitivo y el aumento del desempleo son los factores elementales que explican la cuestión, por si hiciera falta apuntar una perogrullada que, de tan manifiesta, da pudor señalarla.
Como el año pasado fue muy malo, se esperaba que, a esta altura, las estadísticas comenzaran a jugar a favor. No ocurre. La consultora Scentia, una de las más respetadas del mercado, explica otra obviedad. Los patrones de compra se orientan al control del gasto y la elección de lo estrictamente necesario.
Es un acostumbramiento al ajuste, sin chances de mejora a la vista, que no tiene contrapartida en esperanzas opcionales. Las encuestas que encarga el propio Gobierno revelan un descenso en la popularidad de Jamoncito, cuya imagen negativa está en alrededor del 50 por ciento.
La crisis pega. Sus dislates declarativos, que en opiniones en el móvil de Radio Mitre, en la Rural, tuvieron otro pico de guaranguería indescriptible (“A mi hermana le dicen ‘la repostera’ y debe ser porque les puso la crema en el…”), despiertan disgusto y hasta repudio en las franjas más gorilas.
Justamente La Hermanísima, que salió re-empoderada tras el cierre electoral provocando, entre otras, una nueva Operación Fantino, causa rechazo masivo. Su sola imagen lo excita, antes que el hecho de no poder conjugar una oración de corrido. Pero está claro, renovadamente claro, que eso no basta(ría) para un retiro tajante de la confianza en el oficialismo. Sí mudó a resignación inmovilizada.
Las minorías intensas persisten en demostrar su vitalidad. Dispersa, pero vitalidad al fin. Esta semana, mientras los gobernadores de la Región Centro pidieron el fin de las retenciones a “el campo” como ingrediente sustancial, hubo el tercer día consecutivo de trabajadores rurales en reclamo por paritarias justas. Cortaron rutas en Mar del Plata, Santa Fe, Córdoba, Corrientes. En Chaco hay movidas, chiquitas pero persistentes, contra la motosierra de Leandro Zdero. En Neuquén se movilizaron sindicatos y organizaciones sociales, contra el operativo policial en el que detuvieron a una veintena de mapuches acampados frente a la Casa de Gobierno por la entrega de sus personerías jurídicas. Nada de todo eso tiene cobertura nacional, ni entre los medios denominados hegemónicos ni entre muchos, o la mayoría, de los que son “del palo”.
Sin embargo, es veraz que la ausencia conductora de una oposición unida, o siquiera rejuntada, disgrega los efectos de esas reacciones. Es otra ratificación, no una novedad.
En asuntos como éstos, y de los otros, es cuando se observa el revival prácticamente calcado de los mediados del menemato, a lo cual ya se aludió aquí hace siete días.
Falta saber aquello de lo que nadie tiene ni la menor idea: si la reacción despertará antes de que las consecuencias sean peores.
Fuente: www.pagina12.com.ar