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En medio de un clima aún convulsionado y cuando las voces de los distintos mandatarios del mundo piden calmar las aguas y que no exista represión estatal, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pidió la aprobación sin demoras de la pena de muerte en respuesta al fallido golpe de Estado del pasado viernes.

"El gobierno discutirá con la oposición el restablecimiento de la pena de muerte", afirmó Erdogan ante una multitud de seguidores que exigían con sus cánticos la pena capital.

Frente a ese reclamo popular, similar al que realizaban tras haberse abortado el golpe de Estado asegurando que si lo pedía ellos salían "a matar", el mandatario aseguró: "No podemos ignorar esta demanda", informó la agencia de noticias Europa Press.

El mandatario turco afirmó que abordarán esta cuestión con los partidos de la oposición para intentar lograr una postura de consenso con el fin de impulsar su aprobación en el Parlamento.

"No podemos retrasar esta decisión, ya que en este país quienes intentan un golpe contra el Estado tienen la obligación de pagar el precio", aseguró.

Además, Erdogan emplazó a sus seguidores a mantenerse en las calles para protestar contra el golpe de Estado "hasta el próximo viernes" con el argumento de que "la amenaza contra mí no se eliminó por completo".

Turquía abolió la pena de muerte en 2004 para cumplir con los criterios de acceso planteados por la Unión Europea, aunque no realiza ejecuciones desde 1984.