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EL TIEMPO EN LA CRUZ

16 de octubre de 2015

Secuestro en el Luna Gorda: imputados no declararon en una emotiva audiencia

Los padres de la menor de 2 años que estuvo en cautiverio contaron las horas de angustia que vivieron el pasado 4 de junio de 2014. La defensa de uno de los acusados intentó frenar el juicio pero fracasó. El debate se reanuda el 20 de octubre con el testimonio de 7 personas.

NORBERTO GAMARRA
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Fabricio Solari (34) y Liz Martínez (23) comenzaron a ser juzgados por el secuestro de Juanita, nieta del empresario correntino Jorge Goitia, ocurrido el 4 de junio del año pasado. La audiencia tuvo momentos de suma emotividad con las declaraciones de los padres de la menor y al conocerse detalles del trato que recibió la niña de dos años en las horas que estuvo en cautiverio. Estuvo cinco horas en manos de sus captores y luego la abandonaron a su suerte en el barrio San Gerónimo, frente a una escuela.
El juicio que se lleva a delante en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (Tocf) de Corrientes, empezó con la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la causa y la acusación en contra de los imputados.
Ambos están procesados por el delito de  privación ilegítima de la libertad.
Se dio lectura por secretaría a cada una de las pruebas que surgieron en la investigación, entre las que se destacan la pesquisa que se realizó en el cruce de llamadas entre los acusados.
Antes de que iniciara formalmente el debate, el abogado  Yamandú Barrios, que representa a Fabricio Solari, planteó la nulidad del proceso por violación del principio de congruencia. 
“El 6 de noviembre declara mi defendido y es indagado por el fiscal, quien no le mostró todas las cartas para agravar su situación procesal. El fiscal se excedió en la acusación y vulneró el principio de congruencia”, precisó Barrios.
“Al momento de la acusación el fiscal introduce el status de  Solari como organizador. Se trata de una nulidad absoluta del proceso por una cuestión de buena fe y es insanable”.
En representación del Ministerio Público, el fiscal federal Carlos Schaefer se opuso al planteo de la defensa por considerar extemporánea la cuestión. En tanto resaltó que eso ya fue resuelto en el proceso de requerimiento de elevación a juicio. “Es preciso, claro y reúne la condición exigida por el código”.
Por su parte, el abogado querellante Jorge Buompadre coincidió con el Ministerio Público. En tanto acotó que hay una diferencia sustantiva entre el requerimiento y el procesamiento, y que la gravedad y mayor o menor participación del imputado se resolverá al momento de dictarse la sentencia.
En su defecto, el Tribunal decidió resolver la cuestión cuando finalice el debate.
Culminada la incidencia, llamaron a declarar a Fabricio Solari y Liz Martínez. Ambos se abstuvieron. Solari no descartó comparecer durante el proceso. Sin embargo Martínez se animó a decir que era inocente.
Las declaraciones de los acusados realizadas en la etapa de instrucción fueron leídas por Secretaría. 
Martínez reconoció que tenía  una relación amorosa con Solari. Contó que tuvieron un encuentro sexual en un departamento cerca de la costanera. Pasado un tiempo, él la llamó para que retirara del jardín Luna Gorda a su sobrina y le daría $100.
Ella aceptó y el 4 de junio  Solari la pasó a buscar por su casa. La dejó a unas cuadras del establecimiento y le dijo que se tomara un remis. Ella abordó un Fiat Uno blanco que se estacionó frente al Jardín ubicado por Pellegrini  655. Se presentó como “María”, la niñera, y las empleadas le entregaron a Juanita sin pedirle ninguna identificación. Subió otra vez al auto y se marchó. En la intersección de calles Plácido Martínez y Jujuy le entregó la criatura a Solari. Juanita se había dormido en el trayecto.
Después se conoció la declaración de Fabricio Solari, en donde se desligó del caso y manifestó que Martínez había cometido el secuestro y lo había amenazado con contarle acerca de su infidelidad a su esposa si no la ayudaba.
En el comienzo de la ronda de testimonios la primera en comparecer fue Antonella Del Balso, madre de la víctima.
Recordó que el 4 de junio a las 11.20, cuando estaba llegando al jardín para buscar a su hija, recibió un llamado a su celular. “La tengo secuestrada a Juanita. Juntá 6 millones de pesos y te llamo a la noche”, eso fue lo que me dijo la voz de un hombre.
“Yo venía con mi hijo y mi suegra en su auto. Mi suegra trató de tranquilizarme al considerar que se trataba de un secuestro virtual, pero decidí bajarme y hacer el recorrido a pie”.
“Llegué al jardín y me encontré en la entrada con Alejandra Moncada. Le pregunté si Juanita estaba allí y me dijo que sí. Sin embargo una de las empleadas me aclaró que se la había llevado la niñera por un pedido del padre. Lo llamé a Nicolás (Goitia) y me dijo que no había hecho el llamado. Busqué a mi hija en el salón y no estaba y nos dijeron que las cámaras de seguridad eran sólo de monitoreo, no grababan”.
“Con la Policía fuimos a mi casa y realizamos simulacros con el mediador para tratar con los secuestradores para cuando volvieran a comunicarse”.
“A las 14.30 recibí un mensaje de texto que decía ‘cortá con la yuta o es boleta. Dejá de buscarla, tu hija está bien. Estamos en Paraguay, prepará los 6 millones para la noche’”. 
“Eso se debió a que los medios nacionales ya hablaban del tema. Fueron horas de angustia inexplicables”, relató entre sollozos.
“A las 16.30 nos avisan que habían encontrado una nena que podría ser Juanita. Una vez confirmado me la entregaron en jefatura policial”.
“Le habían cambiado la vestimenta. Estaba afligida. Esto nos cambió la vida. Ahora ella es temerosa, tiene miedo en mi ausencia y no se quiere acercar a los hombres”.
“Mi hijo tuvo que ir un año al psicólogo. Sufrió mucho. Nos vio llorar en las horas de angustia y sin tener a su hermanita. Mi padre sufrió un ACV y quedó hemipléjico”, se quebró emocionalmente.
Luego declaró Nicolás Goitia, que coincidió con lo relatado por su esposa. 

Fuente:www.ellitoral.com.ar



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