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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

19 de octubre de 2013

Celebremos treinta años de democracia

El diputado nacional y candidato a renovar su banca por el Frente Progresista, Cívico y Social en la provincia de Buenos evoca el camino recorrido desde 1983 y plantea los nuevos desafíos que la clase dirigente debe afrontar. "Para lograr esta consolidación fueron muchos los protagonistas que hicieron su contribución, pero quizá ningún hecho haya sido más trascendente que el juicio y la condena a la junta militar responsable de la última dictadura. Allí la justicia de la democracia juzgó en los tribunales penales ordinarios a los responsables de la muerte y la desaparición, de miles de compatriotas, imponiéndoles un condigno castigo." - Escribe Ricardo Alfonsín (*)

Escribe Ricardo Alfonsín (*)

Los argentinos celebramos, por primera vez en nuestra historia, 30 años ininterrumpidos de democracia. Hemos aventado para siempre los peligros de recurrencia de golpes militares, con su secuela de violencia, injusticia, opresión y miseria. Por eso estamos celebrando. Porque se ha consolidado la mejor forma de gobierno que la humanidad ha sabido diseñar.

Para lograr esta consolidación fueron muchos los protagonistas que hicieron su contribución, pero quizá ningún hecho haya sido más trascendente que el juicio y la condena a la junta militar responsable de la última dictadura. Allí la justicia de la democracia juzgó en los tribunales penales ordinarios a los responsables de la muerte y la desaparición, de miles de compatriotas, imponiéndoles un condigno castigo.

Ese fue un momento clave para el afianzamiento definitivo de las instituciones democráticas. A partir de entonces hubo tropiezos, desilusiones, incertidumbre y dificultades, sin embargo los argentinos nos abrazamos a una convicción: "Nunca más nos gobernará una dictadura".

Es cierto que el camino del fortalecimiento de nuestra democracia no está exento de avances y retrocesos. Tiempos de satisfacción y bienestar en la sociedad se han alternado con otros de crispación y crisis, pero en todo momento han prevalecido el espíritu y las instituciones de la democracia.

Allí reside nuestra fortaleza. De una vez y por siempre los argentinos hemos comprendido que debemos vivir en una sociedad tolerante, justa y plural, con derechos y obligaciones que surjan de nuestra Constitución y con el voto como herramienta para elegir a nuestros gobernantes.

Seguramente falta mucho por hacer, muchas demandas están insatisfechas, pero al mirar hacia atrás podemos ver cuánto hemos avanzado: el divorcio vinculante, el hábeas data, la patria potestad compartida, el derecho a la información, la abolición del servicio militar obligatorio, el subsidio universal por hijo y el matrimonio igualitario son, entre otros, un ejemplo de afirmación y extensión de nuestros derechos que fueron posibles gracias al funcionamiento del sistema democrático.

Sin embargo, al mismo tiempo que celebramos la democracia, debemos prestar particular atención al afianzamiento de nuestra República, pues no es posible tener una democracia plena sin una República vigorosa. Debemos afirmar, junto a nuestra vocación democrática, nuestras convicciones republicanas.

La división de poderes, el pleno funcionamiento de los organismos de control, el respeto al federalismo, la independencia de la justicia y el debate parlamentario forman parte inseparable de la democracia republicana que consagra nuestra Constitución.

El avance del Poder Ejecutivo sobre los otros poderes del Estado, el sometimiento de los estados subnacionales, el avance sobre la justicia, el debilitamiento de los órganos de control y la imposición del número para silenciar el debate parlamentario, constituyen acciones que debilitan la República y consiguientemente dañan la democracia.

Los gobiernos, expresión de la mayoría, son los principales responsables del funcionamiento institucional y deben alejarse de la tentación de manipular las instituciones en su propio beneficio.
Las oposiciones deben ejercer su función de control con espíritu de grandeza y alcance propositivo.

Asumamos el compromiso de fortalecer la democracia y afianzar la República, porque es la única forma de garantizar un país con libertad, igualdad, solidaridad y tolerancia, que aleje definitivamente los peligros del autoritarismo.

La alternancia, la libre competencia electoral con igualdad de recursos y el respeto de las reglas de juego institucionales, son los pilares del funcionamiento democrático.

Gobierno y oposición debemos ser celosos defensores de estos principios que nos permitirán seguir celebrando aniversarios de nuestra democracia, cada día con más derechos, más justicia y más libertad.

(*) Ricardo Alfonsín es diputado nacional pro la Unión Cívica Radical (UCR) y candidato a renovar su banca por el Frente Progresista Cívico y Social en la provincia de Buenos Aires.

  Fuente:www.minutouno.com

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