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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

6 de octubre de 2013

Corrientes, todo un país

El influyente ministro de Planificación de la Nación, Julio de Vido bajó un mensaje claro a los interlocutores correntinos. Las puertas estarán abiertas para los que después del 27 vengan son resultados acordes a las expectativas que el Gobierno nacional tiene en Corrientes. El PJ ayer pasó revista a la tropa, con la idea de no bajar la guardia en las elecciones nacionales que se darán en dos semanas más. ECO apunta a capitalizar el efecto residual que le dio el triunfo el pasado 15-S; en tanto que Nito Artaza, corriendo de atrás, puede ser la sorpresa.
Por CONFUCIO

En dos semanas más se habrá cumplido con todas las elecciones previstas para este 2013 en medio de la fatiga que en la gente produce la seguidilla de actos electorales en los que -en esta oportunidad- no hubo segunda vuelta, lo cual, de producirse, hubiera llevado a cuatro la cantidad de elecciones en Corrientes.
Esta circunstancia, sumada a la subsistencia de un régimen electoral vetusto por la multiplicidad de boletas en los cuartos oscuros llevó a que desde distintos sectores se alce la voz reclamando urgentes cambios en la legislación de modo de que ya en 2015 Corrientes se anote como una de las provincias que ha logrado salir de sistemas que, como el actual, es absolutamente arcaico e impropio para los tiempos que transcurren.
Fue la diputada, Sonia López, desde el Partido Comunista quien volvió a poner en el tapete esta cuestión. A ello se sumó la electa senadora, Graciela Rodríguez, que desde el oficialismo gobernante dijo lo suyo; en tanto que en Comisión de la Cámara de Diputados hay sendos proyectos. Uno, de autoría de Carlos Rubín; y otro, de Carlos Raúl Farizano.
Quizás sea éste el momento de armonizar iniciativas, en búsqueda de un texto que responda a la necesidad de transparentar el proceso electoral con mecanismos modernos, acordes a la experiencia que se transita ya en otras localidades, tanto del país como del extranjero.

EL 27 DE OCTUBRE, UNA ELECCIÓN QUE EN CORRIENTES SÓLO TIENE EL INTERROGANTE DE QUIÉN SE LLEVARÁ LA TERCERA BANCA EN DISPUTA Y CUÁLES SON LOS PORCENTAJES QUE
CADA UNO DE LOS TRES FRENTES OBTENDRÁ


En este 2013 sólo tres son las bancas de Diputados nacionales que se renuevan. Si se repitiera el resultado de las Primarias, el frente gobernante estaría llevando dos, correspondiendo la restante al FpV, sin que el sector de Artaza tercie en esta disputa.
Desde el Gobierno, algunas voces que no fueron las del mandatario provincial aludieron a la posibilidad, por cierta remota, de que ECO logre los tres escaños puestos en disputa. Ocurrió sí en otras oportunidades, aunque no parece ser el escenario de esta elección en la que quizás lo más probable sea que el sector de Nito, en su crecimiento previsible, llegue a disputar la tercera banca por el sistema D’hont. Otro será el tiempo del análisis y la decisión respecto a lo que hará el capo cómico si una circunstancia de esta naturaleza llegara a ocurrir. Podría decirse que ello no se lo ha planteado -hasta ahora- Nito, que prefiere esperar para no desgastarse en un análisis que quizás pueda, o no, terminar dándose.
Lo cierto es que Artaza se tomó unos días para meditar sobre qué hacer en estas elecciones del 27. No parece haber sido una decisión fácil, con opiniones incluso contrapuestas en su tropa, aunque finalmente primó la necesidad de dar batalla de quedar, al término de estas tres elecciones, con un posicionamiento en términos electorales que le dejan resto para los tiempos que se vienen, en los que Artaza no quisiera estar ausente.
Lo real es que las elecciones son distintas. Los escenarios nada tienen que ver uno con otro. Quizás el error del capo cómico fue entrar a terciar tardíamente en una disputa provincial cuando ya las tendencias polarizadores estaban dadas, pesando además lo que se relaciona con la falta de estructura para competir en medio de dos colosales polos de poder como el que encarnaban el Gobierno de la Provincia versus el Gobierno de la Nación.
El domingo 27, en los cuartos oscuros habrá sólo tres boletas; una de ellas, la de Artaza. En la medida en que la misma no falte, las posibilidades de Nito crecen notoriamente como opción válida para miles de correntinos a los que la idea de polarizar no los entusiasma.

CAMAU ESPERA

Un buen resultado en Corrientes el 27-O -para el Gobierno nacional- contribuirá a sostener la cotización del ex candidato a Gobernador del FpV, cuyos laderos insinúan la posibilidad de una convocatoria de la Presidenta para formar parte del Gabinete nacional a partir de la previsible recomposición que sobrevendrá luego de las elecciones, para enfrentar el último tramo de gestión, quizás el más difícil por la incertidumbre que genera el proceso sucesorio y una realidad económica no del todo fácil en la que sobresale el interrogante respecto al tipo de cambio, la inflación y el peso de lo que implica la indefinición en torno a los llamados fondos buitres, por un lado; y la sostenida presión que desde España ejercen los ex dueños de Repsol, cuya expropiación es una asignatura pendiente del Gobierno nacional.
Ricardo también espera. Imagina que los resultados del 27 en todo el país generarán un clima distinto y un escenario distinto en el cual la debilidad del Gobierno nacional colocará a Corrientes en una mejor situación de negociación frente a reclamos pendientes entre los cuales logró destrabar uno de ellos vinculado con fondos para la construcción de obras viales.
Tal como lo anticipamos semanas atrás, el Poder Ejecutivo esperará hasta después de las elecciones pare resolver el envió del pliego del candidato que el Gobierno propondrá al Senado para cubrir la vacante dejada por la salida del ministro, Carlos Rubín.
En el Gobierno hay expectativa por la posibilidad de otras dos nuevas vacantes que en un tiempo razonable puedan producirse en la Corte provincial. Sin medias tintas, el Gobernador se mostró entusiasmado con la posibilidad de que los jueces que tengan jubilación otorgada dejen sus puestos. Aspira a recomponer la cúspide tribunalicia después de haberla sostenido a raja tabla en medio de los vientos huracanados que sólo comenzaron a menguar a partir de la renuncia del ex Presidente del Superior, quien debió irse sin pena ni gloria por la puerta de atrás, en circunstancias aún poco claras.
Respecto a los nombres que están en el bolillero con posibilidades de ser elegidos para su elevación al Senado, todas las fuentes coinciden en que el mandatario provincial aún no tiene posición tomada. Cuatro parecen ser las opciones, y parece claro también que Colombi quiere tratar de disminuir el riesgo del error en una decisión de esta naturaleza.

CAMBIOS EN EL ELENCO

No sólo el Gobierno nacional analiza cambios en el Gabinete. También los mismos estarán a la orden del día en Corrientes, aunque aquí se relacionan con el inicio de una nueva etapa. Podría haber enroques, incorporaciones y hasta designaciones que respondan a la posibilidad de que aumenten el número de ministerios.
Los socios esperan que desde el Poder Ejecutivo haya señales. El Partido Popular aguarda que su líder, el actual Vicegobernador encuentre un lugar de privilegio en el nuevo orden. También el Partido Liberal cree haber hecho méritos, a la luz de los resultados, para entronizar algunos exponentes celestes en el Gobierno, con lo cual queda en claro que no sólo miran el Gabinete, sino además posiciones expectables entre las que está el IPS, donde podría recalar el actual diputado Simón después del 10 de diciembre, siempre y cuando Estela Regidor sea promovida a otra función de mayor responsabilidad, acorde con una gestión bien ponderada, aunque con el desgaste natural que produce el ejercicio de un cargo bajo tantas presiones.
El PaNu prefiere guardar silencio. Es consciente de que los resultados mostrados no lo habilitan para mayores pretensiones. En esferas del Gobierno es moneda corriente el reproche que se hace a la magra cosecha electoral de los naranjas, no faltando quienes van aun más lejos hablando de cortes de boleta, algo siempre de difícil comprobación.
Con Proyecto Corrientes la situación es distinta. Han trabajado y han aportado una importante cantidad de votos bien medidos a través de una colectora que llegó a pelear voto a voto el último Diputado provincial. El Vicegobernador llega al cargo con resto suficiente como para hacer bailar su trompo a la hora del análisis.

EL GOBIERNO PONE LA MIRA EN  LOS CRÉDITOS

Pasadas las elecciones, el Poder Ejecutivo ha puesto la mira en la posibilidad de reactivar los créditos oportunamente no tratados en la Legislatura provincial. Apuesta a que antes del cambio de composición pueda obtener aval para avanzar, al menos en el Senado, donde el Gobierno tiene muy en claro que a partir del 10 de diciembre se alejará definitivamente de toda posibilidad de lograr mayorías calificadas.
En este aspecto, el justicialismo pareciera tener en claro que la ingeniería de la reconstrucción del poder con vistas a nuevos desafíos electorales pasa por orden desde el partido, sus bloques en la Legislatura provincial, en armonía con el accionar de un foro que como el de Intendentes congregará una treintena de jefes territoriales con capacidad de fuego. La articulación del poder partidario, con la participación de los actores institucionales permite alentar un proceso de revalorización de la herramienta partidaria que quizás sea una de las asignaturas pendientes de cara a la necesidad de corregir errores advertidos en este último proceso electoral.
Lo importante parece ser, en este aspecto, que la derrota ha sido asumida con responsabilidad en la que, más allá de la autocrítica, no se ha perdido el rumbo ni el Norte en la necesidad de protagonizar progresivos cambios que apunten a la necesidad de darle al partido como tal un rol más protagónico.
Cuando los encuestadores coinciden unánimemente en que los resultados electorales del domingo 27 sólo confirmarán, en algunos casos más acentuadamente, los guarismos registrados en los comicios del 11 de agosto, las especulaciones en los medios políticos empiezan a girar, acaso en forma muy prematura, sobre el escenario de 2015.
En los diferentes análisis existe un común denominador: la coincidencia en que la ausencia del apellido Kirchner en la futura competencia presidencial hace que las próximas elecciones se parezcan más a la contienda de 2003, en la que Néstor Kirchner ganó la Primera Magistratura tras salir segundo en la primera vuelta, ante la defección de Carlos Menem, que a los comicios posteriores de 2007 y 2011, cuando Cristina Kirchner arrasó contra rivales electoralmente poco significativos.
En este laberinto de especulaciones está siempre presente la existencia de uno o dos candidatos presidenciales peronistas y de otro postulante surgido de una alianza integrada por el radicalismo, el socialismo, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, el GEN de Margarita Stolbizer y, probablemente, Proyecto Sur, liderado por Fernando Solanas. 
Las dos grandes incógnitas por develar serían entonces la definición de la candidatura presidencial dentro del peronismo y lo que pueda ocurrir con la postulación de Mauricio Macri, más allá de la voluntad personal del Jefe de Gobierno porteño.
Con estos elementos sobre la mesa, los encuestadores juegan con un escenario en el que compiten Daniel Scioli como el más probable candidato oficialista, Sergio Massa (por fuera de la estructura partidaria), Hermes Binner como candidato de la coalición de centro izquierda, y Macri.
En ese ejercicio de simulación, todas las mediciones indican también que ninguno de los postulantes estaría ni cerca de ganar en la primera vuelta. Scioli y Massa disputarían el primer lugar, Binner sería el tercero y Macri el cuarto, aunque con un caudal de votos no desdeñable. 
Con esos parámetros, las mismas mediciones consignan que, en el caso de una eventual segunda vuelta entre Scioli y Massa, el actual Intendente de Tigre tendría mayores posibilidades de triunfo, por el deslizamiento a su favor de la mayor parte del voto de los distintos candidatos opositores. 
Este simulacro entusiasma naturalmente al massismo y lo incentiva a no presentarse en la interna del Partido Justicialista. Esa misma suposición acerca de la estrategia de Massa alimenta, a su vez, las expectativas del gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, quien planearía postularse como el principal, y tal vez único rival de Scioli en esa contienda interna. 
En este contexto, los estrategas del massismo consideran que podrían acaparar un segmento significativo del voto a Macri, obligando al jefe del PRO a desistir de su postulación y aceptar un acuerdo político que le garantizaría el mantenimiento del Gobierno porteño, la elección de Miguel Del Sel como Gobernador de Santa Fe (con la colaboración en este caso de Carlos Reutemann) y un espacio de poder en la futura administración nacional.

EL JUEGO ESTÁ ABIERTO

A pesar de la aparente solidez de estos datos, que favorecería en principio las posibilidades de Massa, la suerte no está echada. Más allá de su éxito electoral y de las expectativas que genera, en términos estructurales el Intendente de Tigres es el candidato más frágil. 
Detrás de Scioli estaría la estructura del Partido Justicialista, que si por algún motivo el Gobernador bonaerense no fuera de la partida encontraría un sustituto para disputar la Presidencia. 
Detrás de Binner también existe una coalición interpartidaria que también podría encontrarle fácilmente un reemplazante; por ejemplo, el mendocino Julio Cobos. 
Detrás de Massa, en cambio, no existe todavía ninguna construcción política que sea capaz de proporcionar un candidato de reemplazo para la hipótesis, improbable pero no imposible, de la aparición de cualquier imponderable que lo deje fuera de carrera.
Hay dos antecedentes históricos que conviene tener en cuenta y que ratifican aquello de que no todo lo que reluce es oro. En 1987, Antonio Cafiero ganó la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires y quedó instalado como el «candidato natural» del peronismo para la competencia de 1989, pero en julio de 1988 perdió esa postulación a manos de Carlos Menem.
Diez años más tarde, en 1997, Graciela Fernández Meijide ganó la elección legislativa en territorio bonaerense y también fue visualizada como la «candidata natural» de la Alianza para disputar en 1999 la sucesión de Carlos Menem, pero en noviembre de 1998 fue derrotada en una «interna abierta» por Fernando De la Rúa.
Estas prevenciones hacen que la anunciada estampida hacia el massismo dentro del peronismo tenga que pasar primero por el tamiz de la tradicional cautela y el acendrado realismo de los jefes territoriales, que no acostumbran a comprar espejitos de colores. 
En el terreno de los gobernadores y de algunos de los intendentes importantes del Conurbano bonaerense, Massa todavía es una promesa, acaso una amenaza, pero no necesariamente una certeza. Scioli, aún en la adversidad electoral, tiene todavía la ventaja de lo conocido y previsible.

EL FACTOR CRISTINA

«Los muertos que vos matáis gozan de buena salud». El máximo e imperdonable error de análisis que podría cometerse sería subestimar la capacidad de reacción de Cristina Kirchner. La historia muestra la capacidad de recuperación exhibida por el kirchnerismo en circunstancias políticas tan adversas como el conflicto con el sector agropecuario en 2008 y la derrota electoral en 2009. 
Cristina Kirchner sigue ejerciendo el poder y, en un escenario de fragmentación, conserva el piso electoral más elevado a escala nacional. Tiene entonces siempre abierta la posibilidad de recuperar la iniciativa política. Conserva, además, una inconmensurable «capacidad de daño». Desde ya que no puede hacer lo que ella quiera, pero es bastante difícil hacer lo que ella no quiere.
La reunión del Consejo Nacional del Partido Justicialista indicó que, pese al obvio crecimiento de la figura de Scioli como posible presidenciable, el núcleo duro kirchnerista aún controla las riendas del aparato. Scioli está habilitado para competir, pero no es el candidato elegido del oficialismo y todavía correrá mucha agua debajo de los puentes. 
Por las dudas, el gobernador entrerriano, Sergio Uribarri prepara un prelanzamiento político. Paradójicamente, la reanudación del conflicto con Uruguay por el tema de la ex Botnia ayudará en las próximas semanas a promover la irradiación de la imagen de Uribarri a escala nacional.
Todo indica que Cristina Kirchner tratará nuevamente de convertir la necesidad en virtud. Las inminentes complicaciones que se aguardan en el frente.
 
¿Y POR LOS GREMIOS QUÉ?

Para los principales actores sindicales, el tramo que resta para las elecciones se va volviendo de a poco en una espera demasiado larga, que tensa relaciones, motoriza conflictos y alarga definiciones ya tomadas hace rato, en una suerte de padecimiento que afecta por igual a los gremios de todos los colores políticos, tanto oficialistas como opositores.
Hugo Moyano es el ejemplo que mejor sintetiza esa situación. En la práctica, el camionero puso fin a su alianza con Francisco de Narváez la misma noche de las Primarias y ahora aguarda agazapado el cuarto domingo de octubre para pegar el salto hacia el campamento massista. 
La espera, sin embargo, no ha sido inocua para el moyanismo: a excepción de Omar Plaini, número dos de la lista de De Narváez, pero con escasas chances de renovar su banca en Diputados, la totalidad de los referentes que el camionero coló en esa nómina decidieron renunciar a la postulación con todo tipo de excusas. 
Molesto por el episodio, De Narváez llamó al jefe sindical para reclamarle explicaciones, pero Moyano ni siquiera atendió el llamado. Hubo en ese masivo éxodo un gesto claro de rebelión de la propia tropa moyanista, una señal evidente de que sus gremios aliados no están dispuestos a pagar el costo de los errores de la estrategia política del líder cegetista.
No fue el único problema interno para el camionero. La semana pasada sus principales espadas en la CGT pegaron el faltazo a la marcha que encabezó el gremio de Camioneros a la Superintendencia de Salud para exigir el reparto de los fondos adeudados a las obras sociales, un reclamo que involucra al conjunto de la dirigencia sindical. 
El desplante se repitió esta semana: ninguno de sus socios sindicales aceptó bancar una embestida más profunda (un paro nacional) del camionero contra el Gobierno en medio de la campaña. Masticó bronca el jefe gremial, pero debió guardar silencio, convencido de que no es el mejor momento para seguir perdiendo aliados.
En la otra CGT, la que sigue encolumnada con la administración kirchnerista bajo el mando del metalúrgico de Antonio Caló, el descreme es permanente entre las segundas y terceras líneas de los principales gremios. 
El camino inaugurado por los referentes del influyente grupo de los «gordos» que se alinearon con el proyecto político de Sergio Massa comenzó a ser recorrido en los últimos días por el líder de la Fraternidad, Omar Maturano, quien le abrió la puerta al intendente de Tigre a la posibilidad de construir su propio frente de gremios del transporte, al que pretende sumar también a la UTA y a parte de los sindicatos aeronáuticos, cada vez más enemistados con la gestión de Mariano Recalde al frente de Aerolíneas.
El taxista, Omar Viviani tiene la difícil tarea de tratar de contener la sangría, mientras la responsabilidad de Caló se concentra en obtener concesiones para tranquilizar el convulsionado escenario puertas adentro de la central, por lo menos hasta fines de octubre. En ese objetivo, Caló logró anotarse un poroto a principios de la semana, cuando transcendió la conflictiva salida del secretario laboral de la Corte Suprema de Justicia, Rolando Gialdino, principal ideólogo de los últimos fallos judiciales que pusieron en jaque el modelo de monopolio sindical que ostentan los gremios de la CGT.
El despido del funcionario se concretó apenas días después de la reunión reservada que el metalúrgico mantuvo con el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, con quien lo une una vieja relación, producto de los años en que el actual juez se desempeñó como asesor letrado de la UOM de Rafaela. 
A ese encuentro Caló llevó el profundo malestar cegetista por las recientes sentencias del tribunal en favor de la libertad sindical promocionada por la CTA y se retiró con la promesa concreta de Lorenzetti de que no tenía de qué preocuparse. Acto seguido, el titular de la Corte le pidió la renuncia a Gialdino y en la CGT celebraron como un logro propio la decisión.
Los últimos movimientos de Caló también avanzan en otros planos. Uno de ellos se vincula con la impaciencia sindical por las dificultades financieras que atraviesan sus obras sociales. José Luis Lingeri encabeza la ardua gestión de negociar con los sectores de La Cámpora que tienen el control de los fondos de la salud para destrabar parte de esos recursos.
Otra cuestión se relaciona con los planteos alentados por los «gordos» y por varios referentes del moyanismo en el sentido de avanzar en un proceso de reunificación de la central obrera. A pesar que importantes dirigentes de su CGT auspician con bastante interés esa alternativa, Caló se ocupó en los últimos días de enviar señales hacia la propia interna deslizando su absoluto rechazo a una negociación en esa línea. 
La estrategia es clara, el metalúrgico necesita atravesar los próximos meses sin nuevas fugas en su central, de manera de plantarse -frente a una casi segura derrota K en octubre- como un aliado más que necesario para el Gobierno en su afán de garantizar la paz social a cambio, por supuesto, de jugosas concesiones para el sector.

Fuente:www.diarioellibertador.com.ar


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