NACIONALES
18 de abril de 2025
Tras su fallo, Ramos Padilla pidió que el Congreso y el Poder Judicial repudien los nombramientos de jueces por decreto

"Se pierde la división de poderes". El magistrado federal dijo que lo sucedido con García-Mansilla y Lijo marca un grave antecedente porque "un juez del máximo tribunal, cuyas decisiones no tienen revisión, es designado como un empleado del Poder Ejecutivo". Advirtió que elllo podría abrir las puertas a cubrir los 300 cargos que están vacantes en la Justicia por pesonas nombradas en comisión.
El juez federal Alejo Ramos Padilla consideró que tanto el Congreso como el Poder Judicial deberían “repudiar” explícitamente el nombramiento por decreto de jueces de la Corte Suprema para evitar que un gobierno vuelva a intentar una designación de esas características. “Si aceptamos que existen dos procedimientos (para nombrar jueces), se pierde la división de poderes” consagrada en la Constitución, advirtió.
La recomendación del magistrado fue hecha luego de haber emitido un fallo en el que calificó de “inconstitucional e inconvencional” la designación de Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo como miembros del máximo tribunal, vía decreto 137/2025 del presidente Javier Milei.
En esa sentencia, Ramos Padilla sostuvo que poner jueces por decreto "es violatorio de la forma republicana de gobierno, de la división de poderes, de la independencia del Poder Judicial y de la garantía del juez imparcial"."Se pierde la división de poderes"
A horas de haber hecho público su fallo, el magistrado no sólo defendió su postura sino que, además, señaló que lo que reforzaría la línea de esa sentencia es un “repudio” por parte de “todos los poderes del Estado, por las instituciones y los medios de prensa”.
“Si no se repudian o se tachan desde las instituciones estas prácticas”, el “30 por ciento de las vacantes del Poder Judicial podrían ser nombradas en comisión”, advirtió el magistrado durante una entrevista por Radio Con Vos.
A lo que Ramos Padilla se refirió fue a los 300 cargos que aún quedan vacantes en el Poder Judicial y que, de mantenerse vigente el decreto presidencial que nombró a García Mansilla y Lijo, podría utilizarse para cubrir todos esos lugares.
“Si un juez del máximo tribunal, cuyas decisiones no tienen revisión, es designado como un empleado del Poder Ejecutivo, se pierde la división de poderes absolutamente. Y si ese antecedente no es repudiado”, de alguna manera quedaría ratificada la “gravedad institucional que implicó nombrar a dos jueces de la Corte sin acuerdo del Senado”, insistió.
Por otra parte, el juez federal consideró que las designaciones por decreto echarían por tierra “todos los esfuerzos de los convencionales de la reforma constitucional de 1994”, que plantearon modificaciones para evitar una Corte con mayoría automática, como la del menemismo en la década del ’90.
“Ellos hicieron un esfuerzo para que no volviera a ocurrir ese presidencialismo casi autoritario que viola los principios más básicos de la República”, opinó.
“Lijo podría asumir”
Ramos Padilla consideró que el repudio generalizado a los nombramientos por decreto le pondría freno a otra arremetida de ese tipo, ya que si bien el Senado rechazó los pliegos de García Mansilla y de Lijo, no derogó la vigencia del decreto 137 que los designó.
“El Senado le dijo que ‘no’ al procedimiento” de nombrar jueces por decreto, pero “el decreto no fue derogado ni repudiado”, alertó.
Por este motivo, explicó que a pesar de que García Mansilla renunció al cargo, Ariel Lijo “podría asumir” si lo quisiera, porque aunque no asumió, tampoco dimitió formalmente.
La respuesta a sus detractores
Durante la entrevista periodística, Ramos Padilla también salió al cruce de sus detractores que lo tildan de “juez K”. Afirmó que esa denominación “es un enorme reduccionismo” con el que buscan “descalificar” y “estigmatizar” su trabajo “sin abordar el verdadero argumento que hay detrás de cada sentencia”.
En este sentido, pidió que se conozca su historia: “Arranqué en la UCR, tuve militancia universitaria, fue consejero directivo” y años después “fui muy cercano de (exdirigente de Ctera y referente del socialismo) Alfredo Bravo y de Chicha Mariani”, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. “Esa es mi formación”, enfatizó.
Además, consideró que quienes lo critican tal vez lo hagan “porque algunas de las decisiones que tomé les molestó”, pero aclaró que ninguna de esas descalificaciones lo afectan en el día a día.“Sí me afecta que le paguen los viajes a jueces o que vayan a congresos. Sí me afectan que las personas que hacen esas calificaciones no digan ‘jueces C’, por Clarín, por ejemplo”, agregó en referencia a quienes fueron parte del escandaloso encuentro de jueces, fiscales, operadores y directivos de medios en Lago Escondido, en 2022.
Frente a la opinión de sus detractores, Ramos Padilla rechazó “la idea de que un juez no debe tener convicciones”. Según él, “un juez debe tener enormes convicciones con el sistema democrático y de Justicia”, y tratar de garantizar en los procesos que tiene a su cargo la igualdad de condiciones.
“Por lo general, lo que se tiene que hacer es poner en las mismas condiciones al más vulnerable con el que tiene el poder. Y eso a veces implica irritar a algunos que tienen excesivo poder en la Argentina”, concluyó. Fuente: www.pagina12.com.ar