Lunes 17 de Marzo de 2025

Hoy es Lunes 17 de Marzo de 2025 y son las 20:37 -

25.1°

EL TIEMPO EN LA CRUZ

PROVINCIALES

17 de marzo de 2025

Suba de alimentos: las familias suspendieron varias comidas

Germán Romero, consultor, sostiene que es necesa­rio cambiar el método de medición de la inflación. Hoy el 57% de los ar­gentinos no cubre la canasta básica.

Según el informe del Ins­tituto Nacional de Estadísti­ca y Censos (Indec), la infla­ción de febrero fue del 2,4%. Sin embargo, para muchos argentinos la realidad coti­diana parece estar lejos de esta cifra. Aunque el índice oficial muestra una desace­leración en el aumento de los precios, la sensación de los ciudadanos es que la in­flación es mucho más alta, especialmente cuando se considera el impacto de los aumentos en productos de primera necesidad.

Para entender por qué muchos argentinos sienten que la inflación es más alta de lo que marcan los núme­ros oficiales, es necesario escuchar las voces de quie­nes analizan de cerca la si­tuación social y económica del país. 

Germán Romero, del Ins­tituto de Estadísticas y Ten­dencias Sociales y Económi­cas, comentó a NORTE de Corrientes que a pesar de las mejoras macroeconómi­cas y la supuesta baja de la inflación, los sectores más vulnerables no ven mejoras en su calidad de vida. Según Romero, un 57% de los ar­gentinos no puede cubrir la canasta básica alimentaria y más de la mitad de las fa­milias están suspendiendo una comida diaria, princi­palmente la cena.

Además, las familias más afectadas redujeron consi­derablemente el consumo de alimentos básicos como carne, lácteos y frutas. En algunos casos, los hábitos alimenticios se adaptaron a productos de menor costo, como papa que en la última semana también tuvo un au­mento importante-, y el con­sumo de té se duplicó, lo que refleja una preocupación por el poder adquisitivo y una dieta menos equilibrada.

Dentro de los productos que más se han encarecido en el mes de febrero desta­can los alimentos y bebidas. El precio de la carne vacuna aumentó considerablemen­te, lo que la convierte en uno de los principales motores de la inflación en el mes de febrero. Los lácteos, leche, quesos y yogures, también registraron un aumento considerable al igual que productos esenciales como la harina y el aceite. Estos aumentos son especialmen­te preocupantes, ya que se trata de alimentos básicos que tienen un gran peso en el presupuesto familiar, so­bre todo para los sectores de bajos ingresos.

Romero también señala que, aunque la medición ofi­cial de la inflación se basa en un promedio de 57 produc­tos, cuando se amplía a 100 productos básicos la cifra de inflación real podría ser considerablemente mayor. Este desajuste entre lo que se percibe y lo que marcan las estadísticas oficiales es uno de los puntos de con­flicto, ya que muchas perso­nas sienten que los precios de los productos esenciales suben mucho más de lo que indican los índices oficiales.

Uno de los puntos más controversiales en este tema es el método utilizado para medir la inflación. Según Romero, en Argentina la for­ma en que se mide el gasto familiar no refleja la realidad de muchos hogares, espe­cialmente en lo que respec­ta a los gastos en servicios como luz, alquileres y comu­nicaciones, que representan un porcentaje mucho mayor del gasto total en muchas fa­milias que el que reflejan los índices oficiales.

Por otro lado, el Gobierno nacional se muestra opti­mista respecto a la recupe­ración de los salarios y la disminución de la pobreza. Sin embargo, la mejora en los salarios no ha sido sufi­ciente para contrarrestar la fuerte pérdida de poder ad­quisitivo que sufrieron los argentinos en los últimos años. Romero explica que, si bien hay un leve ajuste en los salarios, estos no logran recuperar lo perdido en los meses de alta inflación de 2023, lo que sigue afectando a gran parte de la población.

Aunque se prevé que des­pués de abril la inflación podría estabilizarse alrede­dor del 1%, Romero aclara que no celebran esta cifra, ya que los salarios no están a la par de los aumentos de precios. La mejora en la in­flación es vista como insufi­ciente si no va acompañada de una recomposición real del poder adquisitivo de los trabajadores. Para Romero, la obsesión del Gobierno por reducir la inflación es comprensible, pero también es crucial que la prioridad se desplace hacia la recupera­ción del poder adquisitivo de las familias argentinas.

En resumen, aunque la in­flación oficial en febrero se ubicó en el 2,4%, la realidad para muchos argentinos es que los aumentos de precios en productos básicos como la carne y los lácteos, están golpeando fuertemente sus bolsillos. La sensación de que la inflación es más alta de lo que marcan las cifras oficiales refleja una desco­nexión entre los datos esta­dísticos y las vivencias coti­dianas de la población. s

Fuente: www.nortecorrientes.com



COMPARTIR:

Comentarios