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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

4 de diciembre de 2023

La intimidad de Victoria Villarruel en su búnker secreto

La vicepresidenta electa pasa sus días en una oficina por la que circula dirigencia libertaria, sin poder revelar la dirección. La custodia oficial, su nueva rutina y la tensión con Milei.

Por Lucia Aisicoff

La tensión que atravesaron en las últimas semanas Javier Milei y Victoria Villarruel podría ser el prólogo de que se cumplirá una maldición argentina: el karma que sobrevuela la relación entre presidentes y sus vicepresidentes. Fuentes cercanas a uno y a la otra se esfuerzan por acallar esas versiones y prometen una convivencia pacífica, pero el presidente electo y su compañera de fórmula pasan sus días separados: ella se armó una nueva rutina en unas oficinas del microcentro porteño, cuya dirección exacta sólo conoce la dirigencia que la visita, y no pisa el Hotel Libertador, donde se hospeda el mandatario electo.

Milei le había prometido a Villarruel que ella sería la encargada de designar a los ministros de las áreas de Seguridad y Defensa, pero después de acordar con Patricia Bullrich terminó desplazándola. Pese al desplante, un dirigente de confianza de la vice electa aseguró a Letra P que no tiene “ningún enojo, porque conoce las reglas del juego de la política”, en referencia a la necesidad de Milei de ceder espacios en su gabinete para tener gobernabilidad.

Hay una realidad: mientras en campaña, Milei acusaba a su entonces rival presidencial de "montonera tirabombas" al recordar su alias Carolina Serrano, Villarruel, abogada defensora de lo que ella llama víctimas del terrorismo de los setentas, nunca se plegó a esa denuncia. Para el ballotage compartieron spot juntas.

Serenidad quiso mostrar Villarruel el último miércoles en la asamblea legislativa, cuando participó junto a Milei del acto que presidió Cristina Fernández de Kirchner para proclamarlos presidente y vice electos. Se vio al binomio junto, todavía como diputado y diputada, al fondo del recinto, sonrientes, a los abrazos, charlando al oído durante toda la ceremonia. La actitud de Villarruel contrastó con la ofensa de Carolina Piparo: la excandidata a gobernadora bonaerense se fue sola, sin mirarlos, resentida porque la corrieron de la jefatura de la ANSES antes de asumir.

Aunque intenten disimular, el malestar se respira en La Libertad Avanza (LLA). Villarruel quedó relegada a la par del ascenso de Nicolás Posse, el designado jefe de Gabinete, que busca aplacar tanto el poder interno de la vice como el avasallamiento del PRO para ocupar lugares en el gobierno. Antes de la segunda vuelta, Mauricio Macri quiso conocer en persona a Villarruel: ambos hoy parecen hermanados en una misma pulseada.

El búnker secreto

La decisión de Milei de hospedarse en el Hotel Libertador abrió una discusión interna sobre su seguridad, porque su paradero es de público conocimiento. Villarruel, en cambio, no pisa ese búnker y decidió adquirir un espacio propio: le prestaron unas oficinas en el Microcentro cerca de la Catedral, aunque cuya dirección es manejada desde su entorno con absoluta reserva, tanto por protección como para evitar guardias periodísticas en la entrada. Es un piso amplio, que ni siquiera se molestó en decorar porque lo usará de modo provisorio hasta tener su despacho en el Senado, que aún ocupa Cristina Kirchner.

Como contó este medio, Milei tiene una custodia blue: el mandatario electo aceptó la oficial, pero no despidió a los suyos, así que hay dos escuadrones paralelos cuidando todo el día el ingreso del hotel, mientras que Villarruel se mueve solamente con efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) que le asignaron en su carácter de vice electa.

Un hombre de su entorno confió a Letra P que eso implica para ella “un cambio total de rutina” y aseguró que antes de la asignación de la custodia “se manejaba sola por todos lados”. Ahora el hermetismo respecto a sus movimientos es total.

Todos los días ingresa y sale gente de las oficinas de Villarruel, pero a cada visitante le piden mantener el secreto de la dirección. Como supo este medio, por allí pasaron dirigentes de distintos colores políticos, incluido el PRO, aunque no se la vio a Bullrich y en la mesa chica de Villarruel admiten que -aunque le habían prometido estar a cargo de esa área- la vice electa no formó parte de la negociación para que la exministra desembarque en Seguridad: “Fue una decisión 100% de Milei”.

En medio de la negociación por un desembarco de Bullrich que parecía inevitable, Villarruel envió un gesto a la interna libertaria al visitar la central de la Policía Federal y la sede de Gendarmería.

Guillermo Montenegro, el ladero

El diputado electo Guillermo Montenegro es la persona de máxima confianza de Villarruel. La acompaña desde el comienzo de su vida partidaria: forma parte de su fundación, Oíd Mortales, y de la estructura del Partido Demócrata de la Provincia de Buenos Aires. También fue su asesor en la Cámara de Diputados y se encargó de la comunicación durante toda la campaña.

Montenegro la acompañó e impulsó cuando, unos días antes del ballotage, Villarruel decidió dar un gesto de autonomía y lanzar su propio logo político en un acto en Recoleta: una V de color fucsia con la bandera argentina en una de sus puntas. También estuvo al lado de la vice electa el último miércoles, único día en que no pisó las oficinas céntricas, para acompañarla a sus reuniones en el Senado.

De visitantes en la Cámara alta, en la foto difundida se los ve a ambos reunidos en un encuentro clave junto a los jefes de bancada del Frente de Todos, José Mayans, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti. A diferencia del encuentro con Cristina Kirchner, que no tuvo imagen oficial, los senadores kirchneristas se encargaron de difundir la instantánea con Villarruel y de contar que fue una reunión armónica, de mucho respeto de ambas partes.

Para quienes conocen a esa sociedad de cerca, Villarruel y Montenegro son un complemento perfecto. Ella es la figura en ascenso, pero su participación política había sido hasta ahora extrapartidaria y él que le arma las reuniones y la contacta con los distintos sectores, porque conoce desde adentro los resortes del poder. Un dirigente que conoce a ambos los describió así: “Él organiza y arma la comida, ella cierra el postre”.

Fuente: www.letrap.com.ar

 

 



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