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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

28 de octubre de 2023

Tras la fractura expuesta, ¿cómo queda la división de bienes en Juntos por el Cambio?

La apuesta de Macri, la interna del PRO y las posturas de la UCR y la CC. En la alianza opositora estiman que se formarán dos espacios: el macrismo y La Libertad Avanza, por un lado, y quienes se opusieron al acuerdo, por el otro. El rol clave de los gobernadores.

Por Werner Pertot

Después de las elecciones se vio la caída de Juntos por el Cambio como si fuera la demolición con explosivos de un edificio. A partir de ahora (o, más precisamente, después del 19 de noviembre) comienza la tarea de recoger los escombros y de ver qué se edificará en su lugar. Casi todos los actores políticos de la ex coalición opositora descuentan que el sector que lidera Mauricio Macri terminará aliado a Javier Milei, mientras que quienes se opusieron a ese acuerdo (Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Elisa Carrió y la Coalición Cívica, los radicales) armarán otro frente. Ahí cobra relevancia la liga de gobernadores, que tanto Alfredo Cornejo como Rogelio Frigerio buscan liderar.

La explosión de esta semana, por más espectacular que haya sido, no deja de ser la confirmación de una realidad que tiene, por lo menos, cuatro años. Desde el final del gobierno de Macri para acá, en cada posicionamiento político, se pudieron ver dos grupos bien delimitados y cristalizados en lo que antes fue Juntos por el Cambio: de un lado, Macri y Bullrich con los halcones galácticos; del otro, Larreta, Carrió y el sector de la UCR de Gerardo Morales y Martín Lousteau. Apenas Vidal pivoteó entre uno y otro espacio a lo largo de 2023, pero por el resto las posiciones se mantuvieron inamovibles.

De hecho, fueron los dos grupos que chocaron en abril del año pasado por Milei, cuando Macri empujaba para un acuerdo electoral con él. En ese momento, el sector de Larreta-Carrió-UCR obtuvo una victoria en la mesa nacional de Juntos por el Cambio cuando publicó un comunicado rechazando cualquier acuerdo con Milei.

"Hay actores de la vida política que buscan el quiebre de Juntos por el Cambio, entre ellos Javier Milei, que no forma parte e intenta quebrar nuestra unidad siendo funcional al oficialismo. Somos el cambio sin anarquía. Fuimos y somos, hace más de una década, el límite al kirchnerismo que necesita la Argentina y la alternativa de cambio profundo", decía el texto que sacó la alianza opositora en ese momento y que fue cuestionado al instante por Bullrich. Otros tiempos.

Un año y medio más tarde, Juntos por el Cambio está fracturado y un sector liderado por Macri se está efectivamente yendo con Milei.

Dos frentes

Todas las fuentes de lo que fue Juntos por el Cambio coinciden en que la verdadera división de bienes se verá después del 19 de noviembre, puesto que es muy distinto el escenario si gana Milei o si pierde.

Si gana Milei, será un catalizador de la ruptura. Una parte importante del PRO se escindirá, con Macri a la cabeza, para acompañarlo en su gobierno. Las estimaciones en Diputados varían según a quién se le pregunta: en el larretismo, indican que Macri se podría llevar entre 23 y 25 diputados para Milei, mientras que los halcones estiran ese número a 30 o incluso a 35. No deja de ser llamativo que Macri presionó pero no obtuvo una declaración de diputados a favor de Milei.

El resto de los sectores conformarán una fuerza opositora cuyo nombre hoy se desconoce, pero que incluirá a quienes fueron derrotados en las PASO: Larreta, Morales, Lousteau, Carrió, una "unidad de los derrotados" que ya se viene gestando. Ahí probablemente esté también Vidal, aunque este año tuvo momentos de mucha cercanía con Macri. El ex presidente considera que un éxito demostrará que él tuvo razón, pero eso no le va a devolver el rol de líder que alguna vez tuvo. En este momento, hay sectores de Juntos por el Cambio que ni siquiera lo reconocen como alguien con el que siguen aliados.

En cambio, con un gobierno de Massa, puede que haya algún tipo de sutura para Juntos por el Cambio, pero con nuevas divisiones internas. Probablemente, los dos sectores del PRO busquen alguna forma de separación: puede ser con dos partidos, o con un único partido pero con bloques diferenciados en los poderes legislativos.

En ese escenario, Macri quedará muy golpeado: se habrá jugado a romper todo por Milei y la jugada no le habrá dado éxito. Se oscurece en ese caso el rol remanente que podría seguir teniendo en el espacio cambiemita. Por ahí, elige de todas formas irse a un nuevo frente con Milei. Como dijo Lousteau, nace el "mileimacrismo", que podría expresarse en interbloques en Diputados y en la Legislatura porteña.

¿Y los gobernas?

No hay que olvidar que surgió un nuevo polo de poder dentro de Juntos por el Cambio, más ahora que la mesa nacional fue cortada por la motosierra, quemada y sus cenizas esparcidas al viento. El nuevo espacio es el de la liga de gobernadores cambiemitas.

Curiosamente, son los que más interesados se muestran en la unidad. Ante cualquier gobierno nacional, su fuerza viene de los números: de ser un bloque de diez. "Ya demostraron esta semana que le pueden poner límites a Macri", dicen desde ese espacio. Efectivamente, no se subieron a la jugada del ex presidente, sino que se declararon neutrales.

"Son el espacio más ordenado hoy dentro de Juntos por el Cambio. Y hay mucha confianza entre ellos. Muchos tienen una trayectoria larga", describen desde ese espacio. Su idea será impulsar una agenda en bloque ante cualquier gobierno nacional.

Hay dos candidatos a liderar ese espacio: uno es Rogelio Frigerio, electo gobernador de Entre Ríos. Pero Frigerio parece preferir dedicarse a ordenar la provincia que le toca gobernar. El otro, que se muere de ganas, es Alfredo Cornejo. El gobernador electo de Mendoza también quisiera volver a liderar la UCR, pero al parecer no le dan los votos, que siguen hegemonizados por la alianza entre Morales y Lousteau.

Habrá que ver cómo se integra a esa liga Jorge Macri, quien está teniendo por estas horas serias presiones de su primo. El electo jefe de Gobierno tiene que preocuparse por la conformación de los bloques en la Legislatura porteña: una ruptura del PRO o una pelea a muerte con Lousteau y Carrió podría dejarlo con un bloque oficialista magro, aún si hace un acuerdo con Ramiro Marra y le aporta sus nueve bancas. Para Jorge Macri toca, de acá en más, caminar por la cuerda floja.

Está claro que a futuro ya nada será como era en el frente cambiemita. La ruptura es la expresión de una división que viene desde hace tiempo, pero -como dicen en el sector de Macri y Bullrich, "ahora es definitiva". 

Fuente: www.pagina12.com.ar

 

 



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