OPINIÓN
11 de septiembre de 2022
Atentado contra Cristina Kirchner y la reacción del poder económico
La minimización del atentado o la posibilidad de haber sido armado son mensajes de confusión deliberada que nacen de sectores del poder económico. La clave para comprender semejante postura se encuentra en la controversia que los cruza: promover la bolsonarización de la política argentina o fomentar una coalición política democrática conservadora.
Por Alfredo Zaiat
Los comportamientos y silencios de las fracciones del poder económico posteriores a la emisión de comunicados, con mayor o menor compromiso, de repudio al atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, son señales del debate que existe al interior del establishment de cuál es el proyecto que tiene acerca del futuro político y económico.
Identificar la orientación de esos mensajes es un ejercicio interesante porque, según la capacidad de intervención en el ámbito público, definen la construcción de sentido sobre acontecimientos que conmueven a la mayoría de la población.
La minimización del atentado o la posibilidad de haber sido armado son mensajes de confusión deliberada que nacen precisamente de sectores del poder económico, que después tienen amplificación en analistas, medios de comunicación y partidos políticos de la oposición.
La clave para comprender semejante postura se encuentra en la controversia que cruza al establishment: promover la bolsonarización de la política argentina o fomentar una coalición política democrática conservadora.
Cada una de estas opciones representan senderos políticos diferentes, lo que no implica cuestionamientos de sus privilegios, sino definiciones estratégicas acerca de cómo barrer –en el primer caso- o limitar –en el otro- derechos laborales, sociales y previsionales.
Para ello, en uno y en otro escenario, Cristina Fernández de Kirchner y lo que ella representa en términos electorales con el kirchnerismo son obstáculos para alcanzar esos objetivos.
Cuál fue el contenido de los comunicados de las principales cámaras empresariales
Para algunos puede ser tedioso pero resulta reveladora la lectura atenta del contenido completo de cada uno de los comunicados de repudio al atentado contra CFK de cámaras empresariales. Constituye una radiografía fantástica del poder económico y su vínculo con la democracia y, en especial, con Cristina Fernández de Kirchner, líder de una de las dos fuerzas políticas mayoritarias.
A continuación seis de estas principales manifestaciones:
1. "La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) rechaza profundamente el hecho de violencia ocurrido anoche contra la vicepresidenta de la Nación. El progreso de Argentina sólo se conseguirá mientras tengamos paz y democracia. Por otro lado, no consideramos que un feriado nacional sea apropiado en estas circunstancias. La Nación también se construye trabajando y estudiando todos los días".
2. "El Foro de Convergencia Empresarial (FCE) manifiesta su profundo repudio frente al atentado que sufriera la vicepresidenta de la Nación, Dra. Cristina Kirchner y que ha generado una conmoción ante la gravedad que representa en el marco de un sistema democrático. La condena a este hecho por parte de todas las entidades integrantes del Foro se suma a un nuevo llamado a todas las fuerzas políticas para redoblar esfuerzos en pos de transmitir tranquilidad y unidad al conjunto de la sociedad. Es por eso que expresamos nuestra solidaridad, subrayamos nuestro compromiso con la construcción del diálogo profundo y reflexivo de nuestros representantes".
3. "IDEA, en nombre de todos sus empresarios socios, repudia enérgicamente el ataque en contra de la Señora Vicepresidente de la Nación y se solidariza con ella y su familia. Estos actos de violencia son inaceptables y contrarios al país en el que todos los argentinos queremos vivir. Confiamos en que la Justicia actúe con decisión para el pronto esclarecimiento de los hechos e invitamos a todos a abocarnos a la pacificación de la sociedad".
4. "La Asociación Empresaria Argentina (AEA) manifiesta su repudio absoluto al atentado que sufriera la Vicepresidenta de la Nación. Y su total rechazo a todo hecho de violencia. Todos en nuestro querido país debemos trabajar para consolidar la paz y promover la convivencia".
5. "La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) manifiesta su más enérgica condena al intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, ocurrido en la noche de ayer; a la par que aboga para que la Justicia obre con independencia y celeridad a fin de esclarecer el desgraciado hecho y castigar a los culpables. Asimismo, la Entidad insta a toda la ciudadanía a hacer sus mayores esfuerzos en pos de mantener la paz social, particularmente en una coyuntura tan delicada como la actual. Las naturales diferencias inherentes a cualquier comunidad deben dirimirse sin caer en la violencia de ningún tipo, apostando permanentemente al diálogo y a la búsqueda de acuerdos. Y, cuando no fuera posible llegar a consensos, debe apelarse a las instituciones de la República para zanjar los diferendos, desterrando para siempre hechos repudiables como el ocurrido ayer, que nos recuerdan épocas oscuras que a los argentinos tanto nos costó superar. Por todo lo anterior, la CAC reitera su condena al intento de magnicidio, expresa su solidaridad a la vicepresidenta de la Nación, y exhorta a la ciudadanía en su conjunto, pero particularmente a quienes detentan posiciones de liderazgo, a asumir la responsabilidad que la hora presente exige. La convivencia democrática es un valor que nuestro país debe preservar y que debe comprometernos a todos".
6. "La Unión Industrial Argentina manifiesta su más enérgico repudio al atentado sufrido por la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Los industriales argentinos ratificamos nuestro compromiso con la paz, el diálogo y los consensos básicos que permitirán al país salir adelante. Es por eso que hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad a terminar con las antinomias y a mantener los debates dentro del marco de la Democracia".
Silencios, omisiones y condena
Esta selección de comunicados de las principales cámaras empresariales es representativa de las concepciones profundas del establishment, además de reflejar matices sobre la interpretación de eventos que alteran la estabilidad política y económica.
ACDE no menciona con nombre y apellido a CFK e incorpora el tema del feriado, cuestión elegida por la derecha radicalizada y sus medios afines para desviar el debate sobre el atentado. "Es un hecho de violencia", dice, evitando de ese modo utilizar la palabra "atentado".
FCE expresa compromiso con la democracia, sí nombra a CFK y define el ataque como un atentado al convocar a las fuerzas políticas a la concordia.
IDEA amplía la solidaridad a la familia y convoca a la Justicia y a la convivencia democrática pacífica, con un detalle que hubieran, en esta oportunidad, esquivado pero no pudieron: la nombran como vicepresidente (el resto de las entidades lo hacen correctamente: vicepresidenta).
AEA no menciona a CFK y fue escueto en sus consideraciones, además de sumar "el total rechazo a todo hecho de violencia", sin especificar cuáles son los otros equivalentes al atentado.
CAC emitió el comunicado más completo, firme y amplio con un mensaje enérgico acerca de la necesidad de promover la convivencia democrática.
UIA convoca a terminar con las antinomias y a mantener los debates dentro del marco de la democracia.
Capitalismo o comunismo
Una de las consignas repetidas en estos años por la derecha aquí y en otros países es la reedición del contraste entre principios del capitalismo y propuestas asociadas al comunismo.
Es una antítesis falsa porque lo que la derecha radicalizada identifica como comunismo es la ampliación de derechos económicos y sociales a sectores vulnerables y medidas para mejorar la distribución del ingreso dentro de las reglas de juego del capitalismo y de la democracia occidental.
Esta tensión fue expresada por Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, en el primer panel de la celebración de los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), a principios de junio pasado, conceptos que fueron detallados en esta columna hace algunas semanas.
En esta circunstancia señaló que la conquista y el mantenimiento del poder (se refiere al político) suelen estar por encima de su función instrumental, de su rol como herramienta de desarrollo y progreso, lo que se traslada a una dinámica que exacerba la confrontación, alimenta el internismo y dificulta cualquier intento serio de pensamiento estratégico.
Para indicar que todo esto lleva a que no haya cambios estructurales, a lo que hay que sumarle "una relativización persistente de las reglas de juego básicas de la democracia capitalista".
Uno de los principales empresarios del país y con una inmensa capacidad de influencia en el establishment y en la construcción del sentido en la sociedad está convencido de que lo que está en juego en Argentina es la "democracia capitalista".
En otras palabras, el kirchnerismo pone en riesgo la democracia capitalista, sinsentido de una fracción del poder económico que está atravesando la realidad política y económica local desde hace años.
El odio antiperonista
Como se sabe, después de la desastrosa experiencia neoliberal del gobierno de Mauricio Macri y de la disputada gestión económica en el gobierno de Alberto Fernández con el ministro Martín Guzmán, la cohesión política es condición imprescindible para desplegar una política económica. Luego, ésta se podrá evaluar por sus resultados, pero sin aquella precondición es probable que tendrá un desenlace frustrante.
Lo mismo pasa en términos globales respecto a la necesidad de construir estabilidad política en el marco de consensos democráticos como requisito indispensable para aspirar al desarrollo económico con inclusión social.
La frágil reacción de un grupo relevante del establishment frente al atentado contra Cristina Fernández de Kirchner establece una divisoria bastante evidente en términos de perspectivas de estabilidad política y, por lo tanto, económica.
José Natanson escribió "El discurso y el acto" en Le Monde diplomatique destacando que el odio antiperonista es tan antiguo como el peronismo, pero desde la recuperación de la democracia en 1983 la sociedad argentina había logrado evitar que se tramitara con violencia, como en las cinco décadas anteriores.
"Lo que lo trae al presente es la polarización social extrema, el aumento de la intolerancia y el recurso al odio como discurso dominante, un fenómeno contemporáneo largamente estudiado y que trasciende a nuestro país", afirmó.
La desigualdad
Se sabe que la irrupción de una derecha radicalizada no es exclusiva de Argentina, sino que es una corriente mundial que tiene su expresión, entre otros países, en Bolsonaro en Brasil, Trump en Estados Unidos, Vox en España y Le Pen en Francia.
Los mensajes de eliminar al otro, la estigmatización por el color de la piel o por el compromiso político de colectivos sociales y culturales y la prolongación de una crisis económica que excluye cada vez más, han delimitado un espacio de enfrentamiento político y personal.
En ese sentido, el sociólogo y antropólogo Pablo Semán explicó, en una entrevista en APU Radio en FM La Patriada, que hay que complejizar la idea de discursos de odio porque la sociedad hace diez años está estancada, padeciendo dos grandes devaluaciones, una altísima inflación, una pandemia, el impacto de la guerra en Ucrania y caída de los ingresos en términos reales. "Es una sociedad de mucha más intemperie que hace diez años", apunta.
El camino Bolsonaro o consensos democráticos
Respecto al riesgo de la bolsonarización de la política local, Semán afirmó que Argentina no tiene que relajarse porque los procesos son más lentos y tardan en llegar acá. "Las aguas que vienen del Atlántico Norte y traen oleadas de derecha siempre llegan más tarde al sur del Atlántico", indicó.
En relación al comportamiento del establishment sentenció que "ya no doy más por sentada la democracia porque hay elites en Argentina que piensan posdemocráticamente". Para fundamentar esta posición detalló que Carlos Melconian (economista mimado del poder económico y que está preparando un plan económico desde la Fundación Mediterránea) dice que ellos van a cambiar el país en 120 horas. Informó que Melconian propone una ley ómnibus con decenas de artículos, privatizaciones, despidos, fin de las leyes laborales. "No creo que la derecha esté pensando exclusivamente en términos democráticos", sentenció.
Sobre la controversia interna que existe en el poder económico sobre el rumbo futuro, Semán afirmó: "Hay una gran disputa entre los capitalistas de la Argentina sobre si es más conveniente una alternativa democrática como la que representa el Frente de Todos o si van a jugarse a una aventura del tipo Bolsonaro tan excluyente. Y la experiencia histórica indica que Bolsonaro no mejoró mucho Brasil para los capitalistas. Si los tipos fueran racionales no harían eso. El problema es que cuando vieron que Bolsonaro puso un techo al gasto público durante 20 años e hizo una reforma laboral que parece la vuelta a la esclavitud, hay una parte de los capitalistas argentinos que sueñan con eso. Ellos también son ideológicos. A los medios los veo en esa duda en esta coyuntura".
La mejor estrategia contra la derecha radicalizada
Una particularidad del caso argentino en relación a otras experiencias en países con derechas radicalizadas es la existencia de una poderosa organización sindical y de movimientos sociales que representan y contienen a trabajadores y grupos laborales desplazados, respectivamente.
La irrupción del peronismo en la vida política y económica argentina, a mediados de la década del '40 del siglo pasado, produjo un cambio profundo en la estructura productiva y social. Modificación que desde entonces es resistida por los grupos económicos dominantes. Así se ha constituido la sociedad política argentina dividida entre peronistas y antiperonistas, lo que ahora se denomina grieta social.
En realidad, lo que se disputa es qué modelo económico se impone. Uno, de industrialización, desarrollo tecnológico local y servicios complejos con inclusión social y ampliación de derechos económicos y políticos, y otro, de integración pasiva a la división internacional del trabajo lo que implica ser proveedor de materias primas al mercado mundial con fragilidad laboral y salarios deprimidos.
En esta disputa estructural, más que leyes para frenar a la derecha radicalizada promotora y beneficiaria de los discursos del odio, se necesita mejorar las condiciones materiales de las mayorías para desarticular los movimientos neofascistas que construyen su base política postulando la exclusión y hasta la eliminación de cualquier otro y, especialmente, el identificado con la letra K.
Fuente:www.pagina12.com.ar