OPINIÓN
28 de abril de 2013
Corrientes, república aparte
Por CONFUCIO:
Oficialismo y oposición harán bailar su trompo en las elecciones de Corrientes que serán teatro de operaciones de las grandes fuerzas nacionales, en un juego de intereses donde el resultado adquiere una dimensión inconmensurable. Macri, De Narváez, De la Sota y Moyano apuestan a una derrota del candidato peronista. Han tomado como cuestión de Estado el mostrar un marco de unidad opositora que, en los hechos, no existe. La pelea Ricardo vs Camau domina la escena, mientras se espera que el poder central tome cartas con la Justicia de Corrientes frente a la impotencia de los actores locales que no han logrado avanzar en tiempo oportuno con soluciones de fondo que disipen el fantasma intervencionista. La decisión del Gobierno federal es garantizar el servicio de justicia.
Corrientes, está claro que es el escenario de una fenomenal batalla por el poder que trasciende, en mucho, a la importancia de una pelea estrictamente provincial, lo cual -de por sí- convierte las próximas elecciones en una cuestión prioritaria para cada uno de los correntinos.
De todas formas, algo especial hay en esta contienda electoral. Es el condimento nacional, con el aditamento que supone la actual coyuntura que torna inevitable, como punto de referencia de la política nacional, el resultado de las elecciones del 29-S, fecha en que se votará en Corrientes más allá de la referencia de las últimas horas que hizo el Gobernador respecto a anticiparlas para el 15-S.
Hasta hace muy poco se consideraba el hecho de que las elecciones en la Provincia se realicen unas semanas antes de las nacionales de medio tiempo determinarían que el poder central baje con todos los medios a Corrientes para asegurar un resultado que considera fundamental para las expectativas electorales de las demás Provincias.
Cristina no puede permitirse, a esta altura, una derrota en la única Provincia que se elige Gobernador, en la cual, además, corre con los colores del Gobierno su delfín, el actual Intendente de la Capital.
Una derrota de Camau sería una caída de la Presidenta a días de las elecciones nacionales. Sin embargo, algo cambió en las últimas semanas.
La importancia no es sólo para el Gobierno. La oposición necesita, más que nunca, dar una imagen de unidad. En el sentido de que ha tomado nota del mensaje que la sociedad da en muchas de las expresiones de protesta frente al kirchnerismo.
Corrientes aparece, en este marco, como un ámbito ideal para ensayar una experiencia multipartidaria que permita tener la tapa de Clarín del lunes siguiente con la derrota electoral del kirchnerismo. Una expectativa que une a los opositores en tanto consideran que ello implicaría aumentar en cinco o seis puntos los resultados de la elección del 27 de octubre.
En orden a ello, no es casual la llegada a Corrientes de De la Sota, en una movida ininteligible en otras circunstancias. Tanto más por la trayectoria y el linaje peronista del Gobernador de Córdoba, que no permite entender cómo llega a una provincia vecina a apoyar a un gobierno radical.
De la Sota no es, en este aspecto, Moyano. También de paso por Corrientes. Del cordobés los peronistas de la Provincia esperaban que, más allá de sus respetables diferencias con el poder central, actuara conforme a las reglas consideradas áureas en el justicialismo de que "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista".
El desliz del Gobernador mediterráneo supone costos, tanto más para quien aspira a ser un presidenciable.
La llegada de Moyano es más de lo mismo. Un crítico del gobierno K que pareciera no entender que para los justicialistas de Corrientes la prioridad es destronar un gobierno radical.
La concordancia de De la Sota, con Macri, Moyano, De Narváez o Lavagna no parece tener su correlato en términos electorales. Menos en una Provincia donde, por primera vez en cuatro décadas, se ha logrado un marco de entendimiento inédito para ir por el Sillón de Ferré.
El acuerdo de las dos expresiones mayoritarias del justicialismo supuso, a comienzos del año, la configuración de un nuevo escenario electoral que muestra la dificultad que tienen las presencias foráneas para hacer pie en Corrientes.
En este contexto parece entenderse la fortaleza que hoy muestra el candidato avalado en el acuerdo suscripto entre Fabián Ríos y Rodolfo Martínez Llano hace un par de meses atrás.
El alto perfil adoptado por Camau en los últimos días, y su línea discursiva frontal de devolver golpe a golpe cada una de las estocadas de Colombi encuentra apoyo en la sólida base de sustentación que le da un peronismo sin fisuras dispuesto a pelear sin concesiones por el Gobierno de la Provincia.
El último intercambio de golpes fue demostrativo de lo difícil que será el tiempo que se viene. Estamos a cinco meses de las elecciones y los decibeles han subido a límites inimaginables, lo cual permite avizorar lo que será la recta final.
El precario equilibrio logrado puertas adentro del justicialismo de Corrientes parecía imposible meses atrás. Sólo la firme determinación de los principales actores peronistas ha posibilitado conformar un escenario distinto en el cual Camau se planta de igual a igual en el ring frente a un peso pesado de las características de Ricardo, a quien se le va la vida en su decisión de retener el poder político en la Provincia después de catorce años de gobierno radical.
Desde el Estado provincial aún especulan con que la primavera en el peronismo no llegará a las elecciones. Quizás por ello, con algo de superstición, se haya puesto como globo de ensayo la posibilidad de una elección antes de que el invierno concluya, y el propio Gobernador salió a hablar del 15-S.
LAS ENCUESTAS Y LA REALIDAD
Algo importante está definido. Ya hay candidatos, y hay un escenario de extrema polarización. Por delante está el segundo paso, que no es menor, y que pasa por las alianzas no sólo electorales, sino más específicamente de poder que ambos sectores cierren de cara a la pelea de fondo.
La disputa se dará en el campo de la política, aunque sin duda no circunscripta a ella habrá un andarivel judicial y otro mediático, ambos de importancia determinante para los resultados.
La estrategia, la táctica en el terreno, la astucia y la sagacidad serán elementos definitorios en las posibilidades reales.
Una conocida consultora que trabaja en Corrientes desde hace más de una década definió la elección de la Provincia como muy reñida, con final abierto, y ha sido nuevamente convocada a trabajar en la Provincia.
Se trata de la consultora más importante del Paraguay que volvió a acertar con notoria precisión los resultados de la elección presidencial de dos semanas atrás.
En Corrientes tuvo un rol decisivo en el ’99, en la articulación de las acciones que concluyeron con la caída del nuevismo y predijo con acierto el resultado que finalmente se dio en las elecciones que precedieron a la Intervención Federal del 16-12-99.
Según el consultor de referencia, los sondeos actuales son sólo un punto de referencia. La elección se definirá en los últimos treinta días, y más posiblemente en los diez días previos a los comicios.
Ejemplo paradigmático de la importancia que tiene el desarrollo de la campaña electoral en el trabajo profesionalizado lo fueron por caso las elecciones de 2001 en Santo Tomé, donde al inicio de la campaña la formula Farizano-Giraud estaba 30 puntos abajo, sin posibilidades, acentuado ello por correr sin el sello partidario.
Una semana antes estaba aún cinco puntos abajo. Las mediciones posibilitaron ajustes de última hora que permitieron un triunfo por once votos que no sólo se dio en el campo de la política, sino en lo que fue uno de los escrutinios definitivos más peleados que hubo en la Legislatura provincial.
De ahí el poco margen de error que tienen los candidatos. Los errores en política se pagan. Lo reñido de la disputa, en medio de los fuertes intereses contrapuestos no deja lugar a la improvisación o al voluntarismo.
En la campaña se pone a prueba la fortaleza, la sagacidad, el temple y la capacidad para saber comunicar y convencer a un electorado que, como el de Corrientes, tiene la característica principalísima de que ha dejado de ser voto cautivo de ninguno de los partidos o frentes electorales. Pero además incide algo que no pasa sólo por la disponibilidad de los medios necesarios para una campaña; son los recursos, algo que a ambos sectores no les faltará.
Se trata de la organización necesaria para potenciar al máximo las posibilidades, sacar ventaja de las fortalezas y explotar las debilidades del oponente, con decisiones en tiempo on line, y con la clara conciencia de que, como en el ajedrez, cada jugada debe prever el próximo movimiento del contrario.
UNA ESTOCADA A FONDO DE RICARDO
El Gobernador no sólo se despachó "a piacere" contra el candidato del Frente para la Victoria, con una violencia discursiva que rozó a la persona, más allá de la política, sino que además cuestiono enérgicamente lo que considera incursión de la Justicia Federal en la política de Corrientes, instalando la idea de la posibilidad de fraude.
Los párrafos más incisivos, que no llegaron a la prensa, se los dedicó en el fervor de un mitin partidario al promediar la semana.
Colombi habló además de la presunta decisión de hacer caer más adelante, por vía legislativa, las llamadas Primarias Abiertas, que en principio debieran llevarse a cabo el 11 de agosto.
La posibilidad como tal está planteada en esferas del poder central, donde se libra una disputa en torno a la llamada democratización de la Justicia, en la cual quedó de manifiesto, antes que nada, que cuando el Gobierno aprieta a fondo logra lo que quiere en ambas cámaras del Congreso de la Nación, en las que tiene quórum y mayoría propia.
La propia Presidenta siguió paso a paso el debate en la madrugada del jueves y tomó el teléfono para felicitar a su bloque e instarlo a que, antes de ir a dormir se ocupen de dar explicaciones a la prensa de lo sucedido en esa maratónica sesión.
No extraña entonces que, en el manejo de los tiempos, la decisión de dejar sin efecto para esta elección las primarias esté, como todas las cuestiones de primer orden, en manos de la Presidenta. Como lo está la situación del Poder Judicial de Corrientes, cuya gravedad institucional amerita decisiones de fondo que -por lo visto- los actores institucionales de Corrientes no están dispuestos a dar.
Mayo y los primeros días de junio serán tiempos decisivos en esto que es la decisión política del Gobierno federal de garantizar el servicio de justicia en una Provincia donde parecieran haberse agotados los tiempos sin respuestas de los poderes locales.
NITO LANGUIDECE, RUDY SE DEFINE
En medio de coincidentes sondeos que marcan la falta de andarivel para un tercer espacio, el senador Artaza analiza levantar el caballo, consciente del enojo sustantivo que hay en el Comité Nacional de la UCR, y de la falta de acompañamiento de las bases radicales para una movida que más es considerado un acto de voluntarismo producto de la falta de experiencia, motivado por el destrato al que, sin explicación lógica, lo sometió -con torpeza- Colombi en los últimos meses.
La falta de expectativas conspira además en la financiación de una campaña que mostrará a dos bandos contrapuestos con fuerte estructura, algo de lo que carece por completo el capo cómico, quien no parece siquiera en condiciones de garantizar el logro de una banca en Diputados, mucho menos en el Senado de la Provincia.
En tanto, el diputado nacional, Rudy Fernández anticipó lo que era un secreto a voces. Espera tener, en Virasoro, una interna abierta contra quien fue su delfín, la actual Intendente que irá por su reelección postergando las aspiraciones de los Fernández de retomar pacíficamente el control del gobierno municipal.
Dar la pelea de fondo con posibilidades supone la necesidad de abroquelar al justicialismo. Algo que no es fácil, como que ha sido la razón determinante del fracaso en las últimas cuatro décadas de sucesivas frustraciones electorales.
CAMAU DE FIGURA CENTRAL, LA CAMPAÑA NACIONAL SE POSTERGA HASTA EL 29-S
En el justicialismo la decisión es clara. De acá a la elección provincial la campaña girará en torno a Camau, al punto de que gran parte de las posibilidades de Ríos en Capital pasa precisamente por la tracción de la boleta a Gobernador en un distrito en el cual la primacía electoral del Intendente capitalino juega a favor de las posibilidades del candidato a Intendente del Frente para la Victoria.
De hecho, la campaña de los diputados nacionales comenzará recién la noche del 29-S, estimándose que gran parte de la campaña para el 27 de octubre en sí es la campaña de Camau a la Gobernación, obrando la elección nacional como un segundo acto en función a que los correntinos vendrán ya con el impulso propio del voto del Frente para la Victoria en las provinciales.
LOS CANDIDATOS NACIONALES
Colombi mantiene in pectore por ahora los candidatos que impulsará para la renovación parlamentaria en la Cámara de Diputados de la Nación. Es consciente de la posibilidad de que, si efectivamente caen las primarias, el plazo para sacar a la luz los candidatos se extiende generosamente.
Algo parece tener en claro. El hombre elegido debe ser un radical de pura cepa que no repita las experiencias de Nito, Roldán o Rudy Fernández, a los cuales considera traidores a los principios de Alem.
Alguno de los aliados nacionales planteó como moneda de cambio la posibilidad de la representación nacional, a lo cual Colombi le sacó el cuerpo sabedor como es que aun siendo beneficiario de las movidas nacionales, la contrapartida es la posibilidad de compartir un triunfo que les dé vidriera nacional. En definitiva, socios baratos en la terminología política. Macri, De Narváez, De la Sota o Moyano sólo pueden aspirar a ser parte en un eventual triunfo en Corrientes, sin derecho a tener inserción en las listas, con excepción de Gustavo Canteros, quien podría decirse que cobrará quizás más por méritos propios que por el aval logrado a escala nacional.
Desde la vereda peronista, en las últimas horas Elena Chieno y Rodolfo Martínez Llano admitieron sus aspiraciones de ir como diputados nacionales. Contarían con medio guiño del poder central para ello, y el acompañamiento de la estructura partidaria local que pareciera haber constituido un blindaje cerrado que permite sostener las candidaturas de Camau a la Gobernación y de Fabián Ríos a la Intendencia, y que de hecho ha logrado contrarrestar de manera eficaz la pretendida incursión foránea de figuras nacionales interesadas en toquetear el peronismo correntino.
Vale en este aspecto aquella máxima que dice "no quiebra el que quiere, sino el que puede", y en este contexto los consensos logrados en el plano interno han determinado que ninguna de las llamadas expresiones anti K puedan establecer una cabecera de playa en el justicialismo de Corrientes.
El marco de acuerdo alcanzado antes de la interna entre las dos principales vertientes justicialistas, esto es Solidaridad para el Cambio y Vamos Compañeros, contempló el marco de consenso para la conformación de las grillas provinciales y también nacionales, y forma parte de un núcleo de coincidencias en las que ha primado la inteligencia de superar las contradicciones que en el pasado fueron la constante peronista, y que paradójicamente hoy inesperadamente enfrentan los liberales, y los propios radicales que no encuentran la forma de dar una imagen de unidad más allá del menor o mayor daño que puedan producir los senadores Artaza o Roldón; o el propio diputado nacional, Rudy Fernández. Todos funcionales al kirchnerismo.
De última, la decisión final está en manos de la Presidenta, que a través del influyente secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini supervisará en forma directa la integración de las listas nacionales en los 24 distritos electorales del país, comenzando por la propia Provincia de Buenos Aires.
Aun así, el margen de maniobra de la Casa Rosada no es el mismo que pudo tener en las elecciones de 2011. Aquellas llevaron al tope de la boleta a la Presidenta que, con el 54 por ciento de los votos, pudo imponer a muchos candidatos a los cuales en otras circunstancias les hubiera sido difícil llegar al Congreso de la Nación.
En esta oportunidad, la Jefa de Estado no estará en la boleta. En la ingeniería electoral, que concluye en la definición de los candidatos de la grilla, debe contemplarse la amalgama de intereses internos y el poder de fuego que pueda lograrse, una condición tanto más necesaria para Corrientes, donde el tramo final será para alquilar balcones, y donde está en juego el logro de la Gobernación junto al objetivo de retener el principal distrito electoral de la Provincia.
En este marco, y en la inteligencia de que todos tienen mucho para ganar como para perder, la prudencia hace que el equilibrio logrado en la interna peronista haya podido pasar las pruebas a las que fue sometido el consenso alcanzado que prioriza la posibilidad al alcance de la mano de quebrar la continuidad de catorce años de gobierno radical.
En este objetivo, y deponiendo aspiraciones propias, las dos principales estructuras del justicialismo han coincidido en impulsar y sostener la candidatura de Camau, bendecida también por la Casa Rosada que pasa a ser competitiva en términos electorales a partir del compromiso militante de la dirigencia peronista.
LA JUGADA OPOSITORA A NIVEL NACIONAL
Tal como están las cosas, la reforma judicial es, al menos en términos legislativos, un capítulo cerrado. Por estas horas se trabaja "a tambor batiente" en la rápida promulgación de las leyes, conscientes quizás de que una contraofensiva se espera de la vereda contraria -en una acción consociada -que reúne no sólo al más amplio espectro opositor, sino además al grupo Clarín capitaneado por el mismo Magnetto y a capitostes de la llamada corporación judicial, que aseguran el visto bueno de algunos estamentos del poder para bloquear al menos para este turno electoral la operatividad y aplicabilidad de la reforma.
El objetivo es que no estén en la boleta los candidatos nacionales al Consejo de la Magistratura. Según la Ley, debiera ser la primera parte de la boleta con alcance nacional, que también debería pasar el filtro de las primarias.
En la oposición se habla de un cierto visto bueno, difícil de corroborar, de la propia Corte Suprema, o de varios de sus ministros; e incluso de la Iglesia, interesadas ambas en neutralizar la operatividad de la reforma judicial que logró, en tiempo récord, el aval del Parlamento.
Lo que está claro sí es que la pelea por el poder se librará en todos los ámbitos, y más claro está que el escenario inmediato de esta pelea, con posibilidad de medir resultados, se dará en la Provincia de Corrientes, donde el Gobierno nacional y la oposición esperan dar una batalla central en lo que será la pelea que preceda a la pelea de fondo del 27 de octubre.
Esa fecha será por demás emblemática para el Estado central, como que será el día en que se cumplirán tres años de la muerte del ex Presidente.
La oposición espera, para ese día, una revancha. Pretende un triunfo electoral que le permita hablar del fin del ciclo kirchnerista.
De ahí la importancia no sólo de la elección de Corrientes, sino la batalla que el mismo 27 de octubre se dará en la Provincia de Buenos Aires, cuyos resultados tendrán un valor emblemático más allá de que los números alcancen o no a escala nacional.
Seguramente que no, porque la dispersión opositora no permitirá mostrar un resultado para que ningún sector opositor pueda capitalizar en beneficio propio la elección.
Por ello es que apuntan a tomar a Corrientes como conejillo de indias. Ahí sí pueden mostrar una unidad que no existe, con la intención de que cada sector opositor pueda llevar agua a su molino en las elecciones del 27 de octubre, engrosando su cosecha electoral.
Colombi de parabienes. Recibirá apoyos sin la contrapartida de beneficiar a las terminales locales.
La apuesta opositora pasa por apuntar a que el porcentaje nacional que logre el kirchnerismo sea menor al 54 por ciento que logró Cristina en 2011.
Para el Gobierno, los resultados son más que importantes. Por un lado, para garantizar el control parlamentario en los próximos dos años, y también para, como objetivo de máxima, impulsar la re-re; y de mínima, para mantener la gobernabilidad en los dos últimos años de esta gestión.
En este marco, lo que queda por ver es si los factores de poder que rodean al espectro opositor terminan por lograr, o no, "el cepo en los tribunales" a la reforma judicial. Si lo logran, lo más probable es que la réplica del Gobierno se dé con la caída de las primarias, y ello porque -en las primarias- debe también votarse los candidatos al Concejo de la Magistratura, lo cual hace que los tiempos se aceleren a partir de la promulgación que se dará en las próximas horas.
LA REALIDAD NACIONAL
Los avances registrados en el trámite legislativo de las seis leyes que forman parte del paquete de "democratización de la Justicia" ganaron el centro de la escena política, aunque el estado de la cuestión arroje todavía más interrogantes que certezas acerca de la efectiva implementación de los aspectos más polémicos del proyecto, en especial la modificación del Consejo de la Magistratura y la reglamentación de las medidas cautelares.
El panorama se vio alterado por la sorpresiva decisión de Cristina Fernández de Kirchner, de aceptar un par de modificaciones originadas en la Corte Suprema de Justicia y la habitualmente estruendosa denuncia de la diputada nacional Elisa Carrió, quien denunció un supuesto pacto entre la primera mandataria y el titular del máximo Tribunal, Ricardo Lorenzetti.
Tan obvia es la falsedad de la imputación de Carrió, como inocente sería suponer que la iniciativa de la Corte Suprema y la flexibilización de la postura oficial carecen de implicancias políticas.
A partir de esa suposición, se abren dos líneas interpretativas. La primera es que la aceptación del pedido de la Corte fue utilizada por el Gobierno para emitir un gesto de flexibilidad que permitiese garantizar los 129 votos indispensables para aprobar el proyecto de modificación del Consejo de la Magistratura.
Algunos legisladores díscolos habrían encontrado, en este cambio de actitud, una excusa razonable para no entorpecer la sanción de la iniciativa.
Según esta interpretación, no habría -del lado de la Corte- ningún compromiso asumido acerca de sus futuras decisiones sobre la constitucionalidad de la Ley de Medios Audiovisuales de Comunicación y/o eventualmente sobre los puntos litigiosos de la reforma judicial.
Conviene retener la opinión del diputado Jorge Yoma, titular de la Comisión de Justicia, quien al responder a las acusaciones de Carrió contra Lorenzetti, cuando la legisladora acusó al magistrado de haber ocultado una referencia explícita de las cámaras federales sobre la inconstitucionalidad de algunos aspectos de la legislación propuesta, aclaró que -a su juicio- la Corte había preferido evitar cualquier opinión prematura que más adelante pudiese ser motivo de recusación.
La segunda interpretación, congruente con la denuncias de Carrió, es que la Corte habría negociado con el Poder Ejecutivo una precaria fórmula procesal que en principio habilitaría la realización de la elección popular de los miembros el Consejo de la Magistratura, en simultaneidad con los comicios legislativos del 27 de octubre.
UNA ELECCIÓN NACIONAL
Vale la pena subrayar que el oficialismo incluyó, en el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados, una reglamentación que imposibilita la articulación de una lista unificada de la oposición para la integración del Consejo de la Magistratura. Y dificulta seriamente la posibilidad de la planificación de alguna alianza nacional capaz de competir con el Frente para la Victoria.
El Gobierno pretendería así matar dos pájaros con un solo tiro. Por un lado, garantizaría la mayoría en la composición del Consejo de la Magistratura. Por el otro, aprovecharía la oportunidad para transformar a los comicios de octubre en una elección de carácter nacional, en la que su condición de primera minoría le permitiría alzarse con una victoria política ante una oposición dispersa, a pesar de la previsible derrota que experimentaría en varios de los principales distritos.
Por este motivo, en los medios políticos tanto del oficialismo como -y sobre todo- de la oposición, reina una gran expectativa acerca de si en definitiva habrá o no en octubre elecciones para la integración del Consejo de la Magistratura, puesto que ambas hipótesis demandarían distintas ingenierías electorales.
Esto en Corrientes cobra una enorme importancia, por ser precisamente Corrientes el primer escenario expuesto nacionalmente, en resultados electorales que incidirán sobre las expectativas de las elecciones que vienen después.
Una cuestión central es quiénes ocuparían el primer lugar en las distintas listas que competirían en esa elección, ya que dichos candidatos personalizarían la contienda nacional.
Este dato alienta múltiples especulaciones; en tal sentido, una hipótesis muy aventurada que se baraja en el círculo de asesores de Sergio Massa es que el Intendente de Tigre podría estar interesado en postularse para ese lugar, de modo de alcanzar una proyección nacional que lo habilitaría para competir por la Primera Magistratura en 2015.
UN TRÍO QUE PUEDE SER CUARTETO
El trío integrado por José Manuel De la Sota, Hugo Moyano y Roberto Lavagna podría devenir en cuarteto con la incorporación de Francisco De Narváez.
En principio, los cuatro hablarían el próximo miércoles 1 de mayo en Córdoba, en un acto conmemorativo del Día del Trabajo en el que el mandatario mediterráneo procedería también a colocar una plaqueta de homenaje a José Ignacio Rucci.
Las negociaciones entre De la Sota, en representación del trío, y De Narváez presentan aristas delicadas.
El Gobernador cordobés está convencido de que De Narváez es hoy la única figura capaz de competir exitosamente con el Frente para la Victoria en la Provincia de Buenos Aires, pero recela del entendimiento subterráneo entre De Narváez y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Aunque -en última instancia- estaría dispuesto a "tragarse el sapo".
Por su parte, De Narváez considera que la importancia estratégica que tendría su papel electoral en el territorio bonaerense le permite imponer dos condiciones. La primera es la garantía de que el trío no lo dejaría en la estacada en la variante de que Massa saliera de su indefinición y lanzara su candidatura. La segunda, acorde con la anterior, es su integración a la "mesa chica" que coordinaría la estrategia electoral del peronismo disidente, incluida su previsible alianza nacional con Mauricio Macri.
Todo esto no implica que la configuración orgánica de una estructura nacional del peronismo disidente tropiece con un sinfín de obstáculos. El titular del gremio rural, Jerónimo Venegas, quien se apresta a presentar en sociedad su partido Fe, aspira a tener un protagonismo mayor que el que De la Sota y Moyano estarían dispuestos a otorgarle, entre otras cosas para no tener que soportar exigencias similares de parte de Luis Barrionuevo.
LANATA Y LOS ECOS DEL 18-A
Impresiona constatar de qué manera el vértigo de los acontecimientos devora las noticias. La escasa convocatoria lograda por la oposición el miércoles 24 en Plaza Congreso, en su afán de impedir la sanción de la reforma judicial por la Cámara de Diputados, a escasos días de la notable movilización del 18-A, confirma que el ritmo y los tiempos de la opinión pública casi nunca tienen una correlación exacta con las demandas específicas de la política práctica.
Lo mismo ocurre con el efecto de las denuncias de Jorge Lanata, convertido en el principal ariete del grupo Clarín, más allá de que el rating de su programa revela el interés y la expectativa que despiertan.
Así como la verificación concreta de los reclamos del 18-A no tuvieron una canalización en el debate legislativo sobre la "democratización de la justicia", las imputaciones de Lanata corren el riesgo de esfumarse si no encuentran una efectiva tramitación judicial.
La fugacidad de todos estos episodios no significa empero que no quede un sedimento en la opinión pública. Los escándalos se disipan velozmente, pero siempre algo permanece instalado en el subconsciente colectivo. El sociólogo Carlos Fara señala que "hay pólvora en el ambiente".
Las encuestas indican que, aunque sea en una proporción bastante inferior a la que insinúan y seguramente anhelan algunos medios periodísticos opositores, la imagen gubernamental exhibe un cierto declive en las últimas semanas.
El oficialismo está obligado a recuperar la iniciativa política. Esa exigencia alimenta versiones sobre posibles medidas de alto impacto, entre las que cabe mencionar la posibilidad de un proyecto de estatización del Banco Hipotecario Nacional, para impulsar un ambicioso plan de viviendas populares.
EL EFECTO "BERNI"
Mientras se siguen combatiendo los efectos de la inundación, la agenda política provincial vuelve a instalar otros temas rutinarios. Sin embargo, hay que decir que uno de los efectos del temporal en la Capital bonaerense es el denominado "efecto Berni".
Algunos sectores políticos comentan en distintos bares céntricos platenses que ya bajó la línea presidencial para postularlo a un sitio de preferencia y de gran vidriera.
"Su temprana participación en rescates y operativos le dio a Berni la visibilidad recomendada para una inserción importante", dicen algunos kirchneristas, quienes ya olieron o percibieron a través de gestos presidenciales, que podría ser, como en la película Matrix, "el elegido".
Lo de Berni no fue blanqueado aún, y otros kirchneristas más prudentes aseguran que falta mucho, y que hay que esperar.
Tras los abucheos a Alicia Kirchner (operados o no), afirman que se dará la oportunidad de llegar a considerar todas las encuestas necesarias para ver si la Ministra asciende en la intención de voto, que le daría un potencial triunfo ante Francisco De Narváez en un escenario sin postulaciones de Sergio Massa y Daniel Scioli.
Entre decenas de portavoces consultados en el entramado del «proyecto nacional», Berni captaría, por obediencia militante, a los votantes cautivos y seguidores incondicionales de Cristina. Pero también resultaría simpático para retener votantes de clase media independiente.
Su estirpe y su condición arquetípica de «luchador contra la inseguridad» y su paso por terreno militar podrían configurarle una suerte de imagen que puede ampliar la base electoral más allá del caudal propio.
Igualmente, dicen, falta mucho para los comicios, pero calculan que es una alternativa muy importante por si se cayera Alicia.
Berni, hay que recordar también, desarrolla algún rol que le encomendaron desde la Rosada, y es el de adquirir mayor visibilidad como confrontador de la figura de Daniel Scioli.
Es un secreto a voces que Berni está en la línea de sucesión del Gobernador y del Vice, y que puede volver a su banca de Senador, que tiene desocupada por su uso de licencia.
Si algo ocurriera -como una licencia o una renuncia-, Berni allí estaría recuperando su escaño, con posibilidades de ser Vicegobernador y -según aseguran algunos K- como «algo más».
Un incidente mayor ocurrió entre el gobernador Daniel Scioli y el intendente de Tigre, Sergio Massa. O, en realidad, un tiro sorpresivo y por elevación que hizo el jefe comunal.
El misil político fue sorpresivo por dos cuestiones. La primera, porque Massa es una suerte de anfitrión del mandatario provincial, dado que Scioli posee en Tigre su famosa quinta La Ñata, lugar de varias fotos políticas y mediáticas (recepción a Hugo Moyano, por ejemplo).
La segunda, porque ambos -Scioli y Massa- caminan por el valle de lágrimas de la amenaza permanente de los ataques del kirchnerismo más ortodoxo.
Sin embargo, las leyes del juego político no entienden de solidaridades y Massa arriesgó fuerte en sus apuestas, no precisamente jugadas en el Casino de Tigre.
En su discurso ante el Concejo Deliberante, y luego por redes sociales, Massa apuntó a Arba, que dirige Martín Di Bella y a la gestión de Scioli por una desigual distribución del esfuerzo de los contribuyentes. Afirmó que en lugares residenciales y exclusivos, por caso La Ñata, se paga muchísimo menos en impuestos que en barrios obreros y populares.
De esta manera, hizo un guiño sobre lo que supuestamente sería su gestión en materia tributaria si, el día de mañana, resultara electo Gobernador.
Las palabras de Massa fueron una verdadera provocación, se reitera, por lo inesperado.
De inmediato, la «línea Maginot» del sciolismo que integran el diputado, Guido Lorenzino; el senador provincial, Alberto De Fazio, Martín Di Bella, el Jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y ahora su subsecretario Alejandro «Topo» Rodríguez, salieron a generar agenda mediática y sacar de escena a Massa.
Entre otros argumentos, resaltaron que Tigre ha sido la Comuna más beneficiada con la Coparticipación, y que les llamó la atención que el Intendente no hubiera dicho esto en su momento, al menos a través de sus legisladores provinciales.
En el sciolismo llegaron a decir «vayan a ver lo que era Tigre en la época de la gestión del vecinalista Ricardo Ubieto y vean lo que es ahora no sólo no mejoró, sino que hubo un retroceso importante».
El sciolismo llegó al nivel de la «chicana», señalando que algunos senadores provinciales -le apuntaron duro a Jorge D’Onofrio- están «cajoneando» leyes.
En el caso de D’Onofrio, en su condición de Presidente de la Comisión de Seguridad, señalan que sólo salió la media sanción de la Policía Judicial, pero que el resto (por ejemplo Policía Comunal) aún no recorre los circuitos formales para obtener dictamen y bajar al recinto.
Otro tema, justamente, es la fuerte movida que está haciendo Massa con respecto a la Policía Municipal y que el sciolismo no está convencido de lanzar en este momento político.
Massa propone plebiscitos en todos los distritos para legitimar esa iniciativa. Sin embargo, el sciolismo teme el ruido de ciertas instituciones y especialistas que afirman que la creación de policías municipales (a diferencia de las comunales, serían administradas por los propios intendentes) sería abiertamente inconstitucional. Temen que organismos como el Cels disparen con munición gruesa.
En ciertos sectores de la oposición sospechan que algunos intendentes quieren crear sus policías para mayor poder personal, y que no sabrían coordinar acciones con la provincial. En cierto sentido, afirman, sería una «competencia caótica» entre la fuerza provincial y la del distrito. Para muestra, dicen, hay que ver lo que actualmente ocurre entre la Policía Federal y la Metropolitana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Lo de Massa persigue otro objetivo adicional y es el de mostrar que él mismo se convierte en un matiz diferenciado de Scioli. Eso lo equipara con el mandatario provincial y a su vez legitima una posición ante aquellos electores que, a través de sondeos, le han dado una fuerte imagen positiva e intención de voto que -según encuestadores como Giacobbe- lo colocan en un escenario de triunfo para los próximos comicios.