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EL TIEMPO EN LA CRUZ

OPINIÓN

30 de mayo de 2021

Se largó la carrera

Las elecciones tienen fecha. El 29 de agosto era cantado. La dinámica del oficialismo y de la oposición coinciden en contradicciones irresueltas, «de alto voltaje». Habrá decisiones fuertes de uno y otro lado. Hasta hace unos días era la calma que precedía a la tempestad. El Gobierno cuenta con la ventaja de que el principal partido de la oposición se encuentra como River Plate; aunque el peronismo, cuando se despierta, es capaz de dar un susto. Con todo hay más interrogantes que certezas. Salvo un imponderable, Gustavo Valdés será el candidato. Aunque no está claro con qué colores correrá.

Pandemia de por medio, este turno electoral de 2021 se diferencia de todos los demás. Corrientes está frente a un antes y un después. Dos décadas quedaron atrás y un nuevo escenario comienza a dibujarse con clara nitidez.
Desde estas páginas dijimos -hace meses- que, más allá de la sórdida disputa entre el ex Gobernador y el actual por la candidatura mayor, lo que se discutía y se discute es quién tiene el bastón de mando. No ya de la gestión del día a día, sino algo más importante que es la conducción política, operativa y estratégica de la campaña electoral y, de hecho, el manejo de los recursos, elemento fundamental para el alineamiento de la tropa.
Los primeros rounds marcan que hasta ahora Gustavo Valdés suma más puntos. Aparece claramente como el favorito. No sólo le marcó la cancha una y otra vez a su antecesor, sino que le sobró el paño para mostrarle a su número dos quién manda.
El contrapunto Valdés-Canteros fue todos estos días noticia, incluso pasando a segundo plano la controversia Ricardo-Gustavo. Y, contra todos los pronósticos, el Vicegobernador no se fue al mazo. Quizás porque el propio Valdés no le dejó margen con la seguidilla de golpes y gestos que marcan un estilo y un perfil de conducción que muchos no conocían en el ituzaingueño, hombre que hace honor al pago de Gato Moro.
Valdés llega a este momento con la decisión de producir un recambio generacional en la política. Algo que no le dejaron con el cajoneo de leyes que mostraban una modernización del viejo esquema conservador.
Para los politólogos, se viene un nuevo orden. Nace un nuevo liderazgo en el hoy oficialismo provincial. El tiempo y las circunstancias dirán si lo logra. De hecho, Colombi no es de entregarse fácilmente, más cuando su poder ha sido tan abiertamente desafiado por quien -pudo pensar- le cubriría las espaldas para volver al Sillón de Ferré, al que el ituzaingueño le tomó el gusto.
El Gobernador dejó en claro, sin rodeos, que es él quien nomina al segundo término de la fórmula. Mostró que la fecha la fija el Poder Ejecutivo. Y no parece dispuesto a compartir el poder a la hora del armado de las alianzas ni la nominación de los candidatos, tanto municipales, provinciales y nacionales.

 

Las listas para la Provincia cierran un par de semanas antes que las nacionales. Hay un trabajo artesanal muy fuerte por delante, en el que más que la definición siempre importante de los nombres propios, está el manejo de los tiempos y las formas, así como el lugar dónde funciona la cocina del poder real, de donde alumbrará la lista que llegará a la esquina.
Serán capítulos sucesivos que los protagonizarán no sólo Valdés y Colombi, sino el resto de la UCR con los aliados, dentro de los cuales el mandatario encontró un soporte estratégico en «Perucho» Cassani, que le permitió, quizás, redefinir sus objetivos con mayor apoyatura.
Pedro Braillard Poccard, aún sin el potencial electoral de Cassani, se ha ganado la confianza no sólo por estos años en Encuentro por Corrientes, sino porque su estilo y su conducta no mostró nunca claroscuros en algo importante que es la lealdad y consecuencia.
En las listas provinciales estarán los radicales de la ortodoxia en el cupo oficial, consciente como está Valdés de que las fichas nacionales deben ser de paladar negro que le aseguren plena libertad a la hora de negociar con el poder central, de modo que los compromisos tengan su correlato en el voto de los representantes correntinos.
Ahí habrá que estar atento a los jugadores que el Gobernador apunta a ubicar, funcionales a una estrategia de poder fuerte para quien aspira a entrar a terciar en la cancha grande, allí donde a Colombi nunca le gustó jugar.


¿Y EL PJ?

Con la llegada del Interventor partidario comenzarán a tomar forma definiciones de alto voltaje que mostrarán hasta dónde el poder central está dispuesto a pelear la Provincia. Hasta ahora, Alberto no ha mostrado en los hechos esa voluntad.
Con todo, lo importante es un par de decisiones que se tomará en un sentido u otro dentro de las próximas 48 horas. Y el avance en la definición en torno a las candidaturas, con una «Cooperativa» que ha renovado su intento de coaptar al nuevo timonel partidario, sin reparar en que «Juanchi» Zavaleta tiene bastante más vuelo que el legendario peronista chaqueño, Julio Sotelo, que -como otros interventores- salió por la puerta de atrás.
En los últimos días, hubo enojos de dirigentes y legisladores por la sucesión de conciliábulos tras bambalinas que a nadie escapaban se realizaron, más allá de que a la hora de la verdad entran a jugar otras realidades en la balanza del poder.
Hoy, el Interventor compartirá un almuerzo con legisladores e intendentes, representantes institucionales del partido importantes a la hora de definir acciones que se enmarquen en la estrategia electoral, más allá de que claro está los ámbitos de decisiones puedan pasar por otro lado. Con la experiencia de pelear en el Conurbano, Zabaleta sabe que el acierto en el accionar pasa por el adecuado diagnóstico y la definición de los interlocutores que puedan articular una avanzada electoral frente al oficialismo gobernante.
Lo importante es que el tiempo de las decisiones comienza a llegar. Para hacer la tortilla hay que romper algunos huevos. Se entra en la cuenta regresiva, donde también en el peronismo comenzará a jugarse fuerte luego del precalentamiento de los que hasta hoy parecieron creer que, a hurtadillas, podían avanzar en armados fáciles de homologar por quienes saben que tienen atada su suerte al resultado de las elecciones.
Para el propio Presidente es una jugada fuerte el tratar de salir indemne en una Provincia tradicionalmente hostil al peronismo. Tardó en demasía para definir el Interventor, dando demasiada ventaja al oficialismo provincial.
Con todo, el peronismo es un león dormido, como cabeza del frente opositor que, con una mínima organización, fluidez de recursos y acierto en los candidatos puede hacer una muy buena elección en un escenario claramente polarizado, donde el Gobierno tiene un techo y muchas contradicciones aún irresueltas. Quizás más que el propio peronismo, al cual si Zabaleta sabe interpretar y conducir puede dar más que un susto.

Fuente:www.diarioellibertador.com.ar



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