Golpes de mercado y democracia
Por Ricardo Forster:
"La democracia, lo he escrito en varias ocasiones, no es algo cerrado ni anquilosado que se sustenta pura y exclusivamente en el ritual (imprescindible) del voto cada dos años; es el orden de lo que está continuamente en movimiento, de aquello que tiene que lidiar con la diversidad, la multiplicidad y las desigualdades de una sociedad en estado de litigio. Como decía el teórico político Claude Lefort, la democracia es el orden que se reinventa a sí mismo, que sabe de sus limitaciones y de sus opacidades pero que también ha comprendido en profundidad lo que significa construir un espacio compartido por cuerpos ciudadanos disímiles y muchas veces en disputa. Nada más antagónico a la democracia, a su falibilidad, que los absolutos, que esas construcciones que se quieren portadoras de la verdad revelada y que suelen utilizar retóricas en las que se esfuman todos los matices. Democracia y política se entraman allí donde habilitan la compleja relación entre conflicto y consenso, entre afirmación de las convicciones y aceptación de la diferencia. Pero, y esto es algo central y decisivo, la democracia, allí donde sigue vigente el litigio por la igualdad, es decir, allí donde los incontables de la historia siguen habitando la geografía de la injusticia y de la desigualdad, no puede ser el ámbito de una consensualidad negadora de esta conflictividad, no puede desconocer que desde el fondo de la vida social se sigue gestando una política de la reparación que, si busca la luz del día, sabrá de intereses corporativos que intentarán, por diversos medios, muchos non sanctos, impedir que la equidad se abra paso en el interior de una sociedad atravesada por enormes deudas impagadas con los sectores más vulnerables."