La soberanía privatizada
Por Raúl Dellatorre
El gobierno nacional intenta recuperar la iniciativa en materia económica a través de un fuerte impulso a procesos de privatización que le devuelvan el protagonismo sobre el escenario. Pero no le está resultando fácil. Al triunfo legislativo de la ley Bases y Puntos de Partida, con el RIGI incluído (régimen de incentivos a grandes inversiones), le siguió el retiro de dos pesos pesados globales de su posición o su proyección sobre la economía argentina: Exxon Mobil y Petronas. Justamente en una de las áreas más mimadas en el esquema de Javier Milei: hidrocarburos. Al relativo éxito de bajar la tasa promedio de inflación, le siguió la confirmación oficial del salto en la pobreza. El presidente necesita crear un nuevo frente de combate en el que aparezca, al menos en apariencia, como exitoso.
A la arremetida de los últimos días contra Aerolíneas, le había precedido el intento de conversión del Banco Nación en sociedad anónima. Pero el juez Alejo Ramos Padilla bloqueó ese propósito fallando en favor del amparo presentado por trabajadores de la entidadcon respaldo de la Asociación Bancaria. La modificación de la situación jurídica de la entidad "sólo puede llevarse adelante mediante una ley formal dictada por el Congreso Nacional", indica la resolución del magistrado.
IMPSA es una empresa estratégica que se ha diversificado tecnológicamente. Diseña y fabrica reactores para la industria nuclear, turbinas hidroeléctricas, generadores eólicos y puentes grúa de gran porte. También, trabaja en el diseño de tecnología dual civil y militar. Esto no sólo le da diversificación sino que desarrolla el entramado productivo local, con pymes que le proveen mano de obra, servicios y desarrollos tecnológicos para los proyectos en los que participa.
ARC Energy es una empresa con asiento en Houston, que ofrece alquiler, diseño y producción de equipamientos para la industria del petróleo y el gas, como así también gestión de proyectos, equipos de procesos, plataformas de medición, reparaciones y suministros. Entre sus accionistas figuran el fondo buitre Vanguard Group y el JP Morgan.
No es sorprendente que el gobierno de Milei, de espaldas a ese enfoque, aspire a privatizarla. Tampoco extraña que el gobernador radical Alfredo Cornejo acompañe el propósito. Lo que sí llama la atención es la falta de reacción de sectores opositores ante lo que sin duda es un golpe contundente contra el sueño de la independencia económica y de recuperación del desarrollo nacional y la soberanía energética.
A los casos de Aerolíneas Argentinas, Banco Nación, IMPSA, se suman otros como Arsat y varios más en el sector energético. Todo ellos con un denominador común: son piezas estratégicas en defensa de la soberanía nacional.
En un comunicado emitido en los últimos días, la Federación Gráfica Bonaerense denunció "el proceso de vaciamiento al cual está siendo sometido Casa de Moneda Sociedad del Estado" por el accionar del Banco Central, marginándola de los últimos llamados a licitación para la impresión de billetes de 2000,10.000 y 20.000 pesos.
Sin embargo, la autoridad monetaria, contrariando lo que establece la Reglamentación de Contrataciones del BCRA, decidió hacer una licitación privada en vez de pública (la primera se hace exclusivamente entre oferentes invitados a participar, la segunda es un concurso abierto) "de la cual participaron exclusivamente empresas de China, España y Brasil, con expresa exclusión de Casa de Moneda S.E.", denuncia el comunicado de la Federación Gráfica.
La planta de Casa de Moneda no sólo está dotada de la capacidad técnica para atender las necesidades del ente emisor de moneda, sino que además se presume que podría haber competido con menores precios que la adjudicataria, China Banknote Printing and Minting Corp. (CBPM), cuya contratación además significa una salida de divisas que en el caso de haber contratado a la empresa estatal, sólo se hubiera limitado a los insumos importados que utiliza.