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Al mismo tiempo que la televisión local mostraba hoy a miles de personas en las calles de las principales ciudades de Turquía en vigilias en favor de la democracia, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan, seguía deteniendo a presuntos colaboradores del golpe fallido que intentó derrocarlo el viernes a la noche.

"Hasta ahora se han detenido unas 6.000 personas. Habrá más detenciones", anunció el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, en diálogo con el canal de televisión pública TRT en Ankara, según la agencia de noticias EFE.

Ayer el gobierno de Erdogan había informado que habían detenido a 2.839 militares, entre ellos decenas de generales, mientras que más de 2.700 jueces habían sido destituidos.

Una vez más, el ministro Bozdag señaló como el autor intelectual del golpe de Estado fallido al líder religioso conservador, Fethullah Gülen, un ex aliado de Erdogan que desde hace años vive en un exilio auto impuesto en Estados Unidos.

"El hombre número uno en esto es Fethullah Gülen. Después de esto, mantener Gülen en Estados Unidos no sirve a la amistad entre Turquía y Estados Unidos", dijo Bozdag.

Estados Unidos se negó varias veces ya a extraditar a Gülen y en las últimas horas funcionarios norteamericanos destacaron que Turquía tendrá que presentar pruebas contundentes de la participación del líder conservador para cambiar la posición de Washington.

Mientras el gobierno de Erdogan acusa a Gülen de ser el autor intelectual, los presuntos líderes materiales del golpe escaparon en la madrugada del sábado, cuando ya quedaba claro que la intentona había fracasado, a la vecina Grecia.

Los ocho militares turcos que llegaron en un helicóptero a Grecia y pidieron asilo político se presentaron hoy ante un fiscal y fueron formalmente acusados de violar el espacio aéreo heleno y de entrar al territorio de manera ilegal, según informó el diario local Ekathimerini.

La abogada de los acusados, Ilia Marinaki, sostuvo que sus clientes negaron cualquier participación con el intento de golpe y que escaparon cuando las fuerzas leales al gobierno turco comenzaron a atacarlos "sin razón", según la cadena de televisión privada Skai.

Ankara ya pidió la extradición de los ocho militares, entre los que hay dos oficiales, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras le habría prometido ayer a Erdogan en una llamada telefónica que los demandantes de asilo recibirán un proceso justo, aunque "corto", según fuentes gubernamentales de Atenas.

Al mismo tiempo que los simpatizantes del gobierno de Erdogan continuaban en las calles como había pedido el presidente, ahora a través de masivas vigilias en Ankara, Estambul y Esmirna; de a poco el gobierno reactivaba sus operaciones más sensibles, entre ellas, las militares.

El Pentágono anunció hoy que reanudaron las "operaciones de la coalición anti Estado Islámico desde Turquía", un punto estratégico, ya que ese país comparte gran parte de la frontera norte de Siria e Irak, los dos principales bastiones de esa milicia extremista.