El papa Francisco ratificó su condena a la "matanza" en Niza que en la noche del jueves dejó 84 muertos y más de 100 heridos y pidió que "ningún hombre se atreva más a derramar la sangre de un hermano".

"En nuestros corazones está vivo el dolor por la matanza que, la noche del jueves pasado en Niza, ha terminado con tantas vidas inocentes, así como tantos niños", lamentó el Pontífice este domingo tras el Ángelus tradicional desde el balcón del Palacio Apostólico en Plaza San Pedro.

"Estoy cercano a cada familia y a la entera nación francesa en luto. Que Dios, Padre bueno, acoja todas las víctimas en su paz, sostenga a los heridos y conforte a los familiares". pidió Francisco, quien ya se había expresado públicamente en la mañana del viernes a través de su vocero Federico Lombardi, de Twitter y con un telegrama al Obispo de Niza.

"Que Él disperse cada proyecto de terror y de muerte, para que ningún hombre se atreva más a derramar la sangre de un hermano", finalizó, antes de dedicar "un abrazo paterno y fraterno a todos los habitantes de Niza y a toda la nación francesa".

En las últimas horas, el grupo terrorista Estado Islámico (EI) se adjudicó el atentado en el que Mohamed Lahouaiej Bouhlel, tunecino de 31 años, arrolló con un camión a una multitud en el paseo marítimo de Niza cuando se celebraba la fiesta nacional francesa del 14 de julio.