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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desmintió que su país esté dividido tras el asesinato de cinco policías en Dallas (Texas) y la muerte de dos afroamericanos a manos de fuerzas de seguridad, en una respuesta dirigida directamente contra el virtual candidato republicano Donald Trump.

"Por muy dolorosa que haya sido esta semana, creo firmemente que Estados Unidos no está tan dividido como algunos han sugerido", dijo Obama.

En su cuenta de Facebook, Trump había afirmado que la nación "se ha dividido demasiado. Demasiados americanos sienten que han perdido toda esperanza. El crimen está dañando a demasiados ciudadanos (...) las tensiones raciales se han vuelto peores, no mejores. Este no es el Sueño Americano que todos queremos para nuestros hijos. Este es un momento, quizás nunca más, para un liderazgo fuerte, de amor y compasión. Superaremos estas tragedias", agregó el magnate.

En una conferencia de prensa al término de la cumbre de la OTAN en Varsovia, Obama calificó al autor del tiroteo en Dallas, el ex soldado afroamericano Micah Xavier Johnson, como un "individuo demente que no representa a los estadounidenses". A la vez que aseguró que es "muy difícil" determinar qué le motivó a abrir fuego contra la Policía. "Aunque él pudo haber usado su ira contra otros incidentes (de violencia policial contra minorías) como excusa, de ninguna forma representa lo que piensa la gran mayoría de estadounidenses", agregó el mandatario.

El presidente de Estados Unidos advirtió que "el peligro es sugerir que el acto de un individuo con problemas apunte a una realidad política mayor en el país. No es así". Y subrayó también que "los estadounidenses de todas las razas y de distintos orígenes están indignados por los inexcusables asesinatos de policías, y eso incluye a los manifestantes" que protestaban por los abusos policiales contra minorías.

Semana trágica en EE.UU.

Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos mataron el martes a quemarropa en Baton Rouge (Luisiana), y Philando Castile, el otro afroamericano muerto a tiros el miércoles en Falcon Heights (Minesota) por un policía que lo detuvo por una infracción de tráfico, impulsaron protestas en distintas ciudades.

Casi al finalizar la convocada en Dallas, Johnson se apostó como francotirador y asesinó a cinco policías e hirió a otros siete y a un civil antes de que lo mataran las fuerzas de seguridad utilizando un robot.