"Me enteré del hecho, y sus características, estando en El Calafate. Debo decir que, cuando vi la foto, me pareció un hecho absolutamente violento e intimidatorio, que refleja claramente un clima de época", contó Cristina Fernández de Kirchner sobre el siniestro en la casa de los padres de Néstor Kirchner, en Río Gallegos en una publicación que realizó en su cuenta oficial de Facebook en la que, además, versó sobre varios de los principales temas de la agenda política. Nota relacionada: Cristina recordó un nuevo aniversario de la asunción de Néstor Sobre el hecho, Cristina señaló que "la lógica más elemental indica que alguien que se dedica al delito abriendo puertas para ingresar a domicilios ajenos, lo hace sin necesidad de romperlas a patadas, y menos aún cuando esa puerta está expuesta en una calle como 25 de mayo, transitada y de gran visibilidad, teniendo además, la vivienda, puertas laterales mucho más frágiles y de mejor acceso". Y memoró que "esa metodología -la de abrir las puertas a patadas- nos remite a épocas pasadas. Las dos marcas sobre la pintura blanca traen, además, el sello inconfundible de los borceguíes. La confirmación de que no se habían llevado nada despeja cualquier duda. Cristina añadió que este no fue el único hecho. "Unos días antes, la Policía de la Provincia de Santa Cruz identificó en el puesto de control de ingreso a Río Gallegos, en Guer Aike, a seis oficiales de la Policía Metropolitana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, procedentes de El Calafate: Leonardo Ariel Salazar, Juan Matías Pez, Ruth Elizabeth Vera, Gabriel Alejandro Isassi, Sergio Sebastián Sequeira, Mariela Fernanda Centurión". "No sé si hicieron algún allanamiento. Lo que estoy segura, es que no vinieron de paseo", expresa el texto más adelante. En otro pasaje del texto, la ex Mandataria citó al parlamentario Agustín Rossi, quien se refirió a una fuerza "paraestatal" que persigue exfuncionarios del Gobierno. Al respecto Cristina dijo que "fueros mediáticos y judiciales, sumados a servicios o fuerzas paraestatales de inteligencia, son una combinación antidemocrática que tiene como inevitable resultado una Democracia de nula intensidad, como nunca se vió desde 1983.