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EL TIEMPO EN LA CRUZ

7 de diciembre de 2014

A un año del caso de femicidio, el hijo de Librada pidió perpetua para su padre

La mujer tenía 52 años, el 80 por ciento de su cuerpo estaba quemado, estuvo cuatro días internada y el acusado de su muerte es su esposo. Hace una semana se conoció que dictaron el procesamiento a quien estaba declarado como insano. Sigue detenido en el Hospital de Salud Mental.

CLARISE SANCHEZ SOLOAGA [email protected] NICANOR ARAOZ RECORDO LAS AGRESIONES QUE SUFRIO SU MADRE Hoy se cumple un año del femicidio de Librada Haedo, una mujer correntina víctima de violencia de género a quien le quitó la vida su esposo y padre de sus tres hijos. El 3 de diciembre de 2013 ingresó al Hospital Escuela con más del 80 por ciento de su cuerpo quemado, la comisaría del barrio Pujol caratuló el caso como suicidio pese a las más de diez denuncias que la mujer realizó por los golpes que le ocasionó su marido. La noche del hecho, Librada estaba preparando los bolsos para ir a vivir a Buenos Aires con su hija, estaban haciendo los trámites de divorcio; el mismo acusado llamó a sus hijos diciendo que su mamá se había quemado “un poquito”.    Se cumple un año de la muerte de tu madre, ¿podés recordarnos el hecho? En resumen, la escalada de violencia de mi padre a mi madre fue creciendo. Están asentadas las denuncias en la comisaría del barrio Pujol, en esa misma comisaría no se aplicó el protocolo ni sentido común. Había protección hacia él por el hecho de ser ex combatiente. Cuando sucedió el hecho ella tenía más del 80 por ciento del cuerpo quemado y dijeron que se quiso suicidar y caratularon así. Hubo una red de encubrimiento y de machismo.  Mi mamá no estaba bien con mi papá, comenzaron a suceder cosas cada vez más feas. Mi mamá se fue a vivir con mi hermana y después él utilizó la técnica del victimario; ya estaba haciendo los trámites de divorcio, él comenzó como a seducirla y le decía “mirá cuántos años tenemos de casados, yo ya cambié”. El día anterior a la noche trágica, mi mamá la llamó a mi hermana porque quería volver a Buenos Aires, le contó que estaba viviendo las mismas circunstancias y repitiéndose escenarios. Ya tenía los bolsos preparados.    ¿Quién la llevó al hospital? Nosotros llegamos y nos encontramos con una escena de completo abandono. Esa madrugada viene la ambulancia y se la llevan a mi mamá, después él llamo a mi hermana diciendo que mi mamá se quemó un poquito pero que estaba bien. Sin papel la llevó la ambulancia.   ¿Qué pasó después? Tomamos el colectivo y los tres vinimos juntos. Tenía todo el cuerpo quemado.   ¿La pudieron ver? Sí, estuvo desde el 3 hasta el 7 que falleció, la vimos todos esos días, nos acompañaba Carolina González (referente de género). No sabemos el nivel de conciencia que tenía en ese momento. Uno en esas estructuras o hipótesis que se arma, decimos que nos despedimos y esperamos que nos haya podido escuchar. Llegamos nosotros y tuvimos que cambiar la carátula, esta farsa llegó hasta la prensa. Hasta tuvo la oportunidad de escaparse y estuvo a punto de hacerlo. Nos ayudaron Rosa Catáneo y Nora Maciel, tomaron cartas en el asunto de forma inmediata y cambiaron la carátula.  Si ustedes no intervenían ¿seguiría como suicidio? Si no veníamos y decíamos que esto no era suicidio iba a quedar así.   ¿Qué les dijeron en la comisaría? Todavía no nos contestan. El comisario y uno de los policías no saben qué decir.    El acusado, tu papá, fue declarado insano. ¿Cómo fue eso? Es una estrategia estándar de todos los casos, utilizar la insania, esa fue la técnica, la estrategia. Hubo tres rondas médicas -creo que se dice así- que lo declararon como imputable. El viernes me llamó nuestro abogado Juan Manuel Cubilla, quien nos dijo que dictaron el procesamiento: es homicidio agravado con ensañamiento, además lo colocan como femicidio, que me parece algo muy importante porque es un acto político. El día que estuve haciendo una entrevista para Página 12 me enteré que hubo un caso similar en Santo Tomé. Lo particular pasa a lo general.  Lo que queremos es justicia y que se cumpla la condena porque la jueza Laura Varela reconoció el femicidio. Queremos perpetua, en estos casos se pide eso, que no haya impunidad porque si no se hace justicia en un caso esto seguirá pasando, hay leyes y protocolos que hay que cumplir.   ¿Cómo sigue el proceso ahora? Este es el primer paso, la fecha probable para el juicio es en octubre del próximo año, ahí se van a presentar todas las pruebas que el Juzgado va a analizar. Además, se presentarán testigos para que sea un juicio contundente.    Volviendo un poco hacia atrás, ¿recordás algún hecho de violencia hacia tu madre que hayas presenciado? Esto hablo con mi psicólogo, estoy tratando de hacer un registro de esos momentos. Fue una violencia muda porque es a puertas cerradas pero que se percibe, es como una onda expansiva que se siente en todo el hogar; después empezó a aumentar.     ¿Cuáles fueron los primeros signos de violencia que viste en tu madre?  Puchos quemados en la piel, a parte la golpeaba en lugares que no se podía ver como en la pierna, no en la cara. Los vecinos después empezaron a notar estos hechos.   ¿Cómo eran como pareja? El siempre fue hiperfrío y calculador. Era glacial, si hay un adjetivo que se diga así.   ¿Con tus hermanos viven en Buenos Aires? Sí, mi hermana vive en Punta Alta, ahí nos quedamos. El era militar. Yo después estudié en la Universidad de La Plata. Vine a vivir acá dos años.   ¿Son correntinos? No, vivimos en Puerto Belgrano. Yo nací en Buenos Aires. Cuando se retira mi papá se vienen a vivir a Corrientes, mi mamá era de Berón de Astrada. Volvió porque además que él utilizó la artimaña de la seducción, ella amaba Corrientes, amaba mucho a su Corrientes.     ¿Cómo era tu mamá? Nada, un amor de persona.    ¿Qué es lo que más extrañás de ella? Las conversaciones. En el hospital ella atinó a cubrirse la cara. Su cara estaba impoluta.   ¿Por qué pensás que hizo ese gesto? No sé. Imaginate, estaba ardiendo, trató de no recrear ese momento, pero no sé.     ¿Cómo te imaginás que vivirás este primer aniversario? La tristeza y el dolor no se van a ir. Esto fue como dos bombas atómicas, la pérdida de mi madre y de mi padre, somos grandes, pero hay orfandad. Esta semana mi sobrina cumplió tres años y preguntó por su abuela, cómo le vamos a contar a las próximas generaciones lo que le pasó a mi mamá. Estamos con mucho dolor pero satisfechos con la Justicia, que siga su paso, que pase  a cárcel común porque está en un psiquiátrico.    ¿Pidió alguna vez hablar con ustedes? No, él no tiene remordimientos. Primero necesitamos justicia y no sé si soy yo el que lo tiene que perdonar. Estamos peleando por alguien que ya no se puede defender, él sigue cumpliendo años y mi mamá no. Está muy bien que la Justicia actúe con una visión de género, la Policía tiene que tener entrenamiento, no pueden colocar que fue un suicidio. Ahora es imputable.    Fuente:www.ellitoral.com.ar

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