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EL TIEMPO EN LA CRUZ

13 de abril de 2014

El teorema de Colombi y la búsqueda del diálogo en medio de los monólogos

El Gobierno abrió las puertas del Consejo de Políticas Públicas, apostando a una reivindicación dirigencial y a la recuperación del liderazgo que llegaría, según creen sus estrategas, con esta acción que busca sentar las bases del desarrollo.
La oposición coincide en el concepto, pero pone condiciones, y en ese ir y venir debe responder enojos puertas adentro de su propio espacio, donde no se entiende el devaneo. El dilema del kirchnerismo y las críticas de los excluidos.

POR EDUARDO LEDESMA [email protected] @EOLedesma   Más desnutrido que lo que el menos optimista hubiese querido, el pasado miércoles empezó a sesionar, al menos en la formalidad del puntapié inicial, el anunciado Consejo Consultivo de Políticas Públicas, espacio con el que el Gobierno pretende encauzar su liderazgo, diseñando en el mismo acto una serie de objetivos políticos, sociales y económicos. Todo ello, claro, en el marco del Pacto Correntino de Crecimiento, otro megaproyecto que sigue buscando su concreción plena desde que se acuñó, durante la reforma de 2007, hasta que se plasmó en el texto constitucional a modo de cláusula transitoria. Pues bien: abrió sus puertas el Consejo de Políticas Públicas, precedido de una serie de buenas intenciones y de la sacralización del diálogo, aunque en rigor de verdad, el encuentro entre legisladores y el gobernador Ricardo Colombi no es por el momento más que el monólogo de las partes que conforman un todo. De hecho, por el momento no apareció el PJ, que atendiendo sólo los guarismos de las últimas elecciones, representa la voluntad de casi la mitad de los correntinos.  Revisando este punto parece necesario contarlos en el debate para que pueda haber consenso y para que éste sea de calidad. Por el momento, no obstante, los muchachos peronistas se autoexcluyeron y pusieron condiciones. Pero quieren estar, afirman. Sucede que mientras tanto, esta especie de gataflorismo hace mella en las bases, que reclaman a sus representantes (inorgánicamente, claro) hacer frente a sus responsabilidades y a no ceder espacios de construcción política. Por lo demás, hay que decir que el Consejo no tiene previsto, en una primera instancia al menos, dialogar con aquellos sectores que no tienen representación en el Parlamento, lo que vuelve aún más complicada la posibilidad de elaborar una agenda que sea inclusiva y que contenga justamente a los sectores menos favorecidos por las políticas que se fueron sucediendo a lo largo de la historia de Corrientes. Por eso, según varios referentes consultados para esta nota, la declamación del consenso no es más que eso. Porque el Gobierno no dialoga con el PJ, que representa a casi la mitad del electorado y porque además, básicamente, los sectores que hasta el momento respondieron al convite o son socios de Encuentro por Corrientes, o tienen afinidad ideológica con el radicalismo gobernante, pese a haber sido elegidos con votos prestados, aportados por el kirchnerismo más recalcitrante, o por distintas vertientes del progresismo provincial. En el radicalismo no desconocen esta realidad, pero recuerdan que es el comienzo. Esperan por el peronismo, aún con sus planteos, y piden reconocer el éxito que en sí mismo representa este espacio de negociación, inédito en Corrientes.   Debate ideológico El Consejo Consultivo de Políticas Públicas, puede decirse en este contexto, es una de las ideas más importantes del Gobierno desde que los Colombi llegaron al poder, hace más de una década, pues de concretarse al menos parte de sus objetivos, cristalizaría el viejo anhelo de diseñar un plan de convergencia lo más parecido a las políticas de Estado de las que mucho se habla y poco se oye. Implicaría el diseño de un plan estratégico de crecimiento y desarrollo económico y social, y es allí donde se centra (al menos en el debate público, mediado por la prensa) la diferencia de criterios, puesto que hay gente dentro del peronismo, por ejemplo, que cree que el Gobierno persigue más un plan de acción económico que social. Es el mismo planteo que hace la izquierda, y alguno que otro sector sin representación o incluso los que teniendo votos en las cámaras quedaron afuera del llamado. Sustentado en los valores de la democracia, el Gobierno entiende que la representación de las mayorías es suficiente para diagramar un plan de estas características, pues además piensa instrumentar otros niveles de negociación, lo que cerraría un círculo virtuoso para la consecución del objetivo principal.  Hay quienes, de todas maneras, opinan lo contrario, y consideran que así usada la democracia es como el abuso estadístico del que hablaba Borges. Ni los más saben de todo; ni los pocos no saben nada, y por lo tanto reclaman. Es que más allá del posicionamiento político de cada sector, hay algo de cierto en lo que dicen los marginados. “Vamos a debatir inclusión, pero sólo desde la perspectiva de los poderosos”. El Gobierno lo desmiente y pide tiempo.   El teorema de Colombi El gobernador, hábil para manejarse en el barro de la política, se defiende atacando. No se sabe si de puro gusto, por su forma de ser, o porque no los quiere, Colombi aleja con su lengua las críticas que le hace la oposición. Ningunea a los no representados y trata de irresponsable al peronismo, colectivo al que además le moja la oreja mofándose de su último triunfo electoral. Ya en 2012, al habilitar la Asamblea Legislativa, Colombi citó a su correligionario Raúl Eduardo Baglini (uno de los pocos políticos argentinos en tener un teorema con su nombre), para demostrar la actitud crítica del peronismo. El jueves, desde Goya, Colombi habló por radio con María Mercedes Vázquez, y allí, al abordar la ausencia del peronismo en el inicio del Concejo de Políticas Públicas, volvió sobre la sentencia de su correligionario mendocino que reza: “Cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven”. La chicana del mandatario sugiere la irresponsabilidad del PJ por su lejanía con el poder, una osadía a casi 4 años vista. Otros, desde la misma vereda, creen que la negativa se sustenta en ciertos “berrinches de Fabián Ríos, que se siente muy incómodo negociando cualquier cosa con este gobierno”, según graficó un encumbrado dirigente radical. No obstante esto, en el kirchnerismo lo toman como de quien viene. Entienden el enredo dialéctico pero parecen dispuestos, al menos en los niveles legislativos, a no renunciar a la posibilidad de un entendimiento en tanto y en cuanto se conversen algunos puntos clave: salud, educación, vivienda, trabajo, energía, infraestructura, el trato con los municipios. “No tenemos un planteo rupturista, al contrario, queremos discutir pero en serio”, se defendió ayer el presidente del PJ, Fabián Ríos, en contacto con El Litoral. “Pero no vamos a darle la foto a alguien que desde allí intenta reinventarse”, añadió el intendente. Para Ríos no es la foto del diálogo. Es diálogo o nada es.  El presidente del bloque del PJ en Diputados, José Mórtola, se manifestó en el mismo sentido, pidiendo voluntad de diálogo y no de sometimiento, y por ello mismo, según dijo, enviaron una nota al Gobernador dejando en claro que participarían del llamado en tanto haya una agenda clara, concreta, con puntos de interés para los correntinos. Al cruce aclaratorio, a instancias de este mismo diario, salió Sergio Flinta, presidente de la UCR y voz autorizada en cuestiones de la política oficial. “No hay agenda, al menos en estos primeros pasos. Es, en todo caso, a agenda abierta. Por eso invitamos al PJ y si quieren venir con sus propios temas que lo hagan, pero nosotros vamos a avanzar con ellos o sin ellos”. “El resultado de este proceso será de una manera con el PJ y de otra, sin ellos, pero el Gobierno tomó la decisión política de generar una agenda de futuro y lo vamos a llevar adelante”, advirtió confiado. El guión final, para Flinta, será con los que están, pues sabe que lo ideal, muchas veces, es enemigo de lo posible. El tiempo dirá.   Fuente:www.ellitoral.com.ar

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