18 de octubre de 2013
Religiosos consideran posible conjugar conducción ministerial con paternidad
Para algunos conductores espirituales el celibato es una opción o un don. Un pastor evangelista y un pai umbanda contaron sus vivencias. Coincidieron en que la experiencia de tener una familia contribuye a aconsejar mejor a sus respectivas comunidades.
Sin ánimos de polemizar sobre los cánones de otros credos, referentes religiosos no católicos destacaron la importancia de la experiencia de contar con una familia a la hora de conducir a los fieles. El celibato, según expresaron, es sólo una opción para guías espirituales solteros.
“Está en la Palabra. El apóstol puede ser acompañado por su esposa de no tener el don del celibato”, dijo a El Litoral el pastor evangelista Ignacio Telechea. El conductor espiritual explicó que desde la perspectiva evangelista la castidad es un don, por lo que no ven con malos ojos que éstos contraigan matrimonio.
“El ministro evangelista puede estar casado, tener hijos o no tenerlos, o ser solteros y ser célibe. El ministro que tiene una familia puede hablar, aconsejar con la autoridad de la experiencia”, dijo el pastor de la Iglesia Jesús Vive.
El referente destacó la importancia de la vivencia de contar con una familia para poder brindar una guía a los fieles. Consideró, además, que es posible combinar ministerio, trabajo y familia. “Ahora estoy jubilado pero yo tuve tres trabajos al momento de ser llamado al ministerio de Dios”, recordó Telechea, aunque explicó que algunos ministros se dedican tiempo completo gracias al aporte de la comunidad, comúnmente conocido como diezmo.
El pastor, a su vez, expresó que si bien el ministerio evangelista tiene sus diferencias con otras religiones, no está en posición de juzgar leyes como las de la Iglesia Católica Apostólica Romana, principalmente, tras el caso del sacerdote Roberto Maidana, quien cambió de orden (la Veterocatólica) por ser padre de una nena de dos años.
“La base fundamental de la sociedad es la familia. Desde nuestra perspectiva no se puede ser guía sin la vivencia. ¿Cómo vamos a aconsejar a un hombre o a una mujer sobre su matrimonio si no hemos pasado por la experiencia de la pareja?”, indicó el pai umbanda Rogelio Benítez.
“Está comprobado que una persona que no pasó por la experiencia de la pareja tiene sus consecuencias en la salud mental”, sostuvo el pai.
“Lo más importante es que uno vive la experiencia para poder trasladarla. No podemos hablar desde la teoría, sino desde la experiencia”, señaló el referente religioso a este diario.
Benítez destacó que la primera institución que Dios estableció es la familia y consideró oportuno “dejar de lado la hipocresía”, ya que esto podría repercutir de forma negativa en los ministerios. Y señaló los casos de corrupción de menores como una de las principales preocupaciones.
Fuente:www.ellitoral.com.ar
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