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5 de febrero de 2025

La ONU activó el Protocolo de Seguridad Planetaria por un meteorito que impactaría en la Tierra

Es la primera vez en la historia que Naciones Unidas utiliza esta medida. Los organismos internacionales y los especializados en el espacio exterior ya comienzan a trabajar para evitar la colisión. En los próximos meses estudiarán su recorrido para analizar estrategias. Al ser relativamente pequeño no generaría una catástrofe mundial.

El meteorito bautizado 2024 YR4 tiene entre 40 y 90 metros de diámetro e impactaría contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032. El objeto tiene un 1,5% de posibilidades de impactar en la Tierra en esa fecha, pero la situación llevó a que la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) comenzaran a realizar trabajos para evitar el choque o mitigar sus posibles efectos. Según los mismos datos publicados en ESA, no causaría una catástrofe mundial debido a su tamaño.

El asteroide fue encontrado durante el pasado mes de diciembre de 2024, específicamente el 27 de aquel mes, en el Observatorio del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) de Chile, en Río Hurtado, y se lo calificó en el nivel 3 dentro de la Escala de Riesgo de Impacto de Turín. Esto significa que no es una amenaza inminente, pero sí se necesita observarlo y analizarlo en caso de que implique un riesgo mayor. Se presume también que gracias a una mayor calidad de los telescopios y las cámaras utilizados en los observatorios ayudaría a que sean cada vez más comunes este tipo de noticias, así sea que la posibilidad de colisión en la Tierra caiga a 0.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) activó mecanismos de seguridad y prevención para monitorear la trayectoria del meteorito y evaluar los riesgos que conllevaría, en otro episodio que puede marcar un hito en la cooperación internacional para la defensa del planeta. En ese sentido se activaron la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), dirigidos por la NASA y la ESA, respectivamente. Una de las posibles estrategias que desarrollarán es la de modificar la trayectoria del cuerpo mediante una nave espacial, lo cual ya tuvo éxito en 2022 para la misión DART, cuando el impacto de una sonda atacó al asteroide Dimorphos.

Fue la misma IAWN la que emitió la notificación de un potencial impacto el pasado 29 de enero, alerta que se debe difundir si el cuerpo tiene más de 10 metros de diámetro y si supera la posibilidad de un 1% de colisionar en la Tierra.

Son 6 las regiones del planeta que podrían verse afectadas por el meteorito: el este del Océano Pacífico, el norte de Sudamérica, el mar Arábigo, el Océano Atlántico, África y el sur de Asia. Según el informe de la IAWN solo en estos lugares se producirían daños graves. El SMPAG también tiene su protocolo de alarma para cuando supera el 1% de posibilidad de impacto y su diámetro supera los 50 metros. Habiendo superado esto, su aviso ocurrió el pasado domingo, 2 de febrero.

De todas formas habrá que esperar hasta el 2028, cuando el 2024 YR4 se encuentre a 8 millones de kilómetros de este planeta, para tener cálculos más precisos al respecto. En caso de impactar un meteorito de 500 metros de diámetro se prevé que el daño podría ser notable. Se reduciría la temperatura en 4 grados centígrados, las precipitaciones también disminuirían un 15% y comenzaría una etapa de invierno global. Ya que el 2024 YR4 tiene solo 90 metros, este generaría una energía liberada similar a una explosión nuclear, y sus consecuencias serían similares a las de Tunguska en 1908. Allí un asteroide de 30 a 50 metros explotó sobre Siberia y derribó 80 millones de árboles en 2000 kilómetros cuadrados. También se estipula que, de colisionar en la Tierra, sería en el océano o en una zona despoblada, reduciendo los daños totales.

En la historia completa de la Tierra han sido varios los impactos de objetos provenientes del espacio. El último asteroide que dio con el globo fue el que creó el cráter de Chicxulub, al noroeste de México, que extinguió a los dinosaurios hace 66 millones de años, junto al 75% de las otras especies. Ese asteroide tenía 10 kilómetros de diámetro, mucho más que los 90 metros de 2024 YR4.

De todas formas, Juan Luis Cano, coordinador del servicio de información de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, aseguró que hay "un 98,5% de posibilidades de que no impacte sobre la Tierra" y destacó que "no queremos transmitir un mensaje catastrofista a la sociedad". Según sus palabras, "se está simplemente informando que, como expertos y por nuestros protocolos, tenemos que poner especial atención a este asteroide en particular".

Si bien todavía sería poco más que un anuncio, Cano señala que es la primera vez en 20 años que se encuentran "con un caso tan relevante" luego del asteroide Apofis, del año 2004, al que velozmente se le redujo el nivel de riesgo porque finalmente no impactará en la Tierra. Sus 375 kilómetros recién pasarán cerca de nuestro planeta en 2029.

El SMPAG, perteneciente a la ESA, volverá a reunirse en mayo de este año, con mayores precisiones al respecto. Si todo continúa igual podrían tomarse otras medidas. Sin embargo, previo a eso, el SMPAG y la IAWN ya tenían reuniones acordadas con la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre con otras temáticas, pero la aparición del 2024 YR4 cambió el tópico del encuentro.

El asteroide podrá observarse desde abril de 2028 y tendría su paso más cercano por la Tierra recién en diciembre de ese año, momento en el que se alejaría hasta su nuevo retorno, con la posible colisión en 2032.

Fuente: www.pagina12.com.ar

 



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