Por Marcelo Falak

Algunos analistas le echaron la culpa a los reveses judiciales que comienza a coleccionar el decretazo desregulador y a la segunda y fallida licitación del bono con el que el Banco Central pretende cancelar de deuda de divisas con importadores. Aunque eso –la política y un diseño financiero– puedan ser parte de las causas que expliquen el aumento de los tipos de cambio paralelos, el motivo más profundo radica en el propio modelo económico de Javier Milei.

Letra P anticipó esta posibilidad tan pronto como el 5 de diciembre, cuando el ultraderechista aún no había asumido y quien sería ministro del Interior, Guillermo Francos, trataba de ponerles techo a las expectativas de devaluación. Habló entonces de "600 o 650 pesos", pero la realidad terminó yendo más allá, hasta los 800, lo que delineó una suba de la cotización oficial del billete verde del 118%. El problema es que nada es gratis.

En concreto, la tendencia descripta este jueves por este medio se prolongó durante la rueda. El dólar MEP –negociado en bolsa, a través de la compra y venta de títulos o acciones, y que no sale del país– quebró un récord nominal y el "contado con liquidación" –CCL, igual que el anterior pero que sirve para sacar fondos legalmente del país– subió 4% más, superó el 12% en lo poco que va del año y acumula nada menos que 25% en las últimas cinco jornadas hábiles.

Hasta el otrora ilegal y hoy simplemente libre blue salió del letargo y alineó todos los paralelos por encima de los 1.000 pesos.

La brecha con el oficial aún es baja –de hasta 30%–, pero la tendencia llama la atención e impone preguntas sobre el futuro inmediato del rumbo económico.

¿Por qué?

Lo que ocurre no sorprende; sólo invita a preguntarse cómo sigue, especialmente en un contexto en el que la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue sin definirse y las preguntas sobre la gobernabilidad le pusieron freno rápidamente a un conato de entusiasmo del mundo de las finanzas.

Las causas de la escalada verde son:

• La inflación en brusca suba hace que el dólar, al cabo un precio más, también tienda a actualizarse.
• La emisión monetaria se ha desacelerado, pero no interrumpido, como había prometido Milei.
• El fin de año se llevó la alta demanda estacional de pesos de diciembre, dada por el pago de aguinaldos en las empresas y por los gastos que imponen las fiestas y los preparativos para las vacaciones a muchas familias. En enero, si los pesos sobran, buscan cauces diferentes al consumo.
• En relación con lo anterior, llamó la atención el fracaso –el segundo en fila– de la licitación del Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), el instrumento con el que el Banco Central pretende consolidar la deuda por la entrega de divisas que mantiene con importadores. Entre los problemas de diseño del bono y la sospecha de muchos en el mercado de que hay empresas que reclaman dólares, pero que están flojas de papeles para hacerlo, la autoridad monetaria captó ayer apenas 57 millones de dólares, el 7,6% de lo ofrecido…

• Asimismo, la brusca reducción de las tasas de interés para los plazos fijos inducida por el Banco Central y la prolongación a 180 días del plazo mínimo para los fantasmales UVA hace que la licuación de los ahorros buscada por el Gobierno lleve a los tenedores al refugio del dólar.

La dolarización –o su sucedáneo temporario, la economía bimonetaria–, prematuramente dada por muerta por algunos, parece golpear tímidamente la puerta, algo que hasta resultó sugerido por la decisión de Patricia Bullrich de contratar en la divisa estadounidense la compra de proyectiles y chalecos antibalas a Fabricaciones Militares.

Todo se mueve demasiado rápidamente

La preocupación, como se ha dicho y repetido en este espacio, es que la aceleración inflacionaria se devore demasiado velozmente la ganancia de competitividad del superdólar de diciembre. Si eso ocurriera, la posibilidad de una segunda ronda megadevaluatoria más adelante en el año daría inicio a la danza del perro que se muerde la cola: nueva "deva", más inflación, más ajuste… y volver a empezar.

Lo que está ocurriendo en materia de precios preocupa: más de 25% en diciembre y no menos de 20% este mes, lo que evaporaría casi la mitad de los efectos de la devaluación inicial. Para peor, la continua fuga hacia adelante de los combustibles derrama en toda la economía y, según la consultora LCG, puso el dedo en la llaga abierta de la pobreza: los alimentos se dispararon 30,8% en las últimas cuatro semanas.

"Te tengo una buena noticia: en los procesos de convergencia, dos tercios de la mejora ocurre en el primer tercio, o sea en 15 años. Así que la vas a ver vos y tus hijos, y tus nietos van a vivir maravillosamente bien", "alentó" el Presidente en Radio Delta. Lo que se dice un motivador nato.

Fuente: www.letrap.com.ar