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EL TIEMPO EN LA CRUZ

3 de junio de 2013

De Carlos Marx a Jorge Lanata - Empleo y consumo vs. bóveda fácil

Por Artemio López: Los conceptos de "microclima" y "audiencias redundantes" son útiles para aproximarse al fenómeno de medios masivos opositores y su impacto sobre las preferencias electorales, ya que, como se demuestra en esta columna, solo impactan en sectores sociales cuya preferencia política ya está establecida.

El modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la vida social,
política y espiritual en general.
No es la conciencia del hombre
la que determina su ser,
sino, por el contrario, el ser social
es lo que determina su conciencia”

 Carlos Marx
Contribución a la Crítica de la Economía Política


Se define como microclima  al clima local de características distintas al de la zona globalmente considerada en que se manifiesta. El microclima es en su definición original un conjunto de afecciones atmosféricas que caracterizan un entorno o ámbito reducido. En este sentido, podemos utilizar esta definición como analogía de aquello que sucede con los medios opositores, que no interpelan al conjunto de la ciudadanía que acompaña electoralmente al oficialismo.

Transitamos un largo período desde el año 2008 , ahora recargado en la figura carismática de Jorge Lanata, en el que abundan los acontecimientos reiterada y sistemáticamente editorializados por los medios que confrontan al oficialismo, que construyen así un microclima , teóricamente capaz de interpelar a la “opinión pública” nacional.

Una vez creado el microclima por los medios opositores, resulta inexplicable, por ejemplo, el notable nivel de convocatoria a los actos masivos en los que participa la Presidenta, el último el pasado 25 de mayo -el segundo de mayor concurrencia en la década después de los actos del Bicentenario- para no hablar de los casi 12 millones de votos obtenidos por la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou, en octubre de 2011. Qué sucede entonces si es que, estando todo tan mal, para una cantidad enorme de ciudadanos el acontecer cotidiano no parece tan negativo.

"Una vez creado el microclima por los medios opositores, resulta inexplicable, por ejemplo, el notable nivel de convocatoria a los actos masivos en los que participa la Presidenta."

Los resultados del estudio de opinión nacional de consultora Equis realizado entre el 24 y el 28 de mayo con 1204 casos efectivos y un error estadístico del +/- 2,8%  que acompañan esta columna, muestran que si hubiera elecciones hoy, nuevamente Cristina se impondría con igual fortaleza que en octubre de 2011 y aún más la oposición no lograría acceder siquiera al 17% de los votos que obtuvo entonces el FAP pues la aparición de nuevos liderazgos como el de Mauricio Macri y José Manuel de la Sota compiten en el mismo espacio opositor redistribuyendo el 45,9% los votos que ya en octubre de 2011 no acordaron con el oficialismo.

SI LAS ELECCIONES A PRESIDENTE FUERAN HOY, A CUÁLES DE ESTOS CANDIDATOS VOTARÍA

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¿Acaso los medios opositores no tienen ya ninguna capacidad de construir opinión pública en general y preferencias electorales en particular? Por supuesto que la tienen, pero acotada.

Para intentar aproximarnos a este fenómeno de medios masivos opositores y su impacto sobre las preferencias electorales, desarrollamos el concepto de “audiencias redundantes”, a fin de describir el fenómeno configurado por el verdadero impacto de la intensa actividad opositora desplegada por los principales medios de difusión de alcance dominantemente metropolitano.

El concepto de audiencias redundantes no minimiza la influencia de los aparatos de medios opositores, pero señala su actual incapacidad de ampliar audiencias respecto al sistema de preferencias electorales de octubre de 2011, quedando su efecto opositor encapsulado sobre los segmentos que se manifestaron adversos al oficialismo entonces y circunscriptos geográficamente de manera dominante a la zona metropolitana, donde prácticamente agotan toda su influencia.

La zona metropolitana, debe recordarse, representa no la totalidad ni la mayoría, sino el 33 por ciento del padrón nacional de electores, aunque si consideramos la CABA y el cordón 1 del conurbano bonaerense, donde efectivamente el corredor de medios opositores es fluido, la representación baja al 20 por ciento del total de electores nacionales.

La redundancia y el acotamiento geográfico entonces explican el escaso impacto masivo y nacional de los temas que se han amplificado desde los aparatos mediáticos opositores en el último tiempo, desde el caso Schoklender hasta la Ley Antiterrorista, la megaminería, el Proyecto X y los más recientes affaires Ciccone y Báez, que editorializó  Jorge Lanata desde PPT y se expandieron coordinadamente al resto de los medios opositores.

Ciertamente alguno de estos temas generó incertidumbre entre los adherentes y electores progresistas no peronistas del kirchnerismo –siempre cartesianos en sus dudas, muy sensibles e informados por los medios masivos –, que representan apenas el 8 por ciento del total del universo de votantes kirchneristas en general, pero pasado el susto inicial, ni en ese universo de adherentes ni en el general de votantes oficialistas cuyo motor nacional es el peronismo puro y duro, se observan ahora mismo cambios estadísticamente significativos en la arquitectura de preferencias nacionales


COMPOSICIÓN DEL VOTO K
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Arquitectura que se sabe, está modelada como se observa en el gráfico por el núcleo duro en torno al 25% de votos, relativamente inelástico a la coyuntura socioeconómica y el agregado volátil de otro porcentaje similar de electores, de segmentos medios bajo y bajos, menos "informados" , que decide su voto a la usanza del siglo XIX y tal como Marx lo plantea en la muy sugerente y más que ambiciosa cita que abre el post , en función de sus condiciones materiales de existencia, en especial por el nivel de empleo y el consumo.

Estos dos indicadores no manifiestan grandes cambios en la percepción del ciudadano de a pie, no en la respetable sarasa de los variopintos “opinators”, seamos oficialistas u opositores.

El empleo desde el inicio de la crisis del Lehman Brothers pasó del 8,8% en 2009 al 7,9% en el último semestre de 2012, a diferencia de lo ocurrido en la década neoliberal durante la crisis del Tequila que la desocupación pasó de 10,7% en 1995 a 18,4% en 1995 destruyendo más de un millón de puestos de trabajo en solo un año, desempleo que solo descendió al 13% a fuerza de planes precarios entonces denominados “Trabajar”.

El consumo por su parte se mantiene estable medido por recaudación que interanualmente creció en abril un 36,8%  y con las recientes subas de 24% en paritarias y 35% en Asignación Universal y otros beneficios de Seguridad Social que implican la inyección de un punto de PBI, el consumo seguramente batirá récords a partir del tercer trimestre de este año, cuando el país crezca en ese lapso por sobre el 6% anualizado.

Así las cosas, en medio de esta coyuntura socioeconómica estable y con perspectivas de mejoras muy notables para el ciudadano común, el impacto metropolitano de los medios opositores, que son los que llevan la delantera en la instalación de estos temas adversos vinculados dominantemente a la corruptela paraestatal sin mayores réplicas incluso en los medios opositores del resto del país, no parece alterar en nada la arquitectura de audiencias de octubre de 2011.

Lo que si logra el dispositivo de medios opositores es redundar sobre aquellos ciudadanos que adversaban al gobierno que ensanchan su agenda de críticas y aumentan el tono de las mismas.

En nuestra perspectiva de análisis entonces, los medios opositores “cazan en el zoológico”, siguiendo la feliz imagen con que los especialistas suelen caracterizar al sistema tributario argentino, atravesado por la combinación de altos niveles de presión y evasión.

En otras palabras, el de los medios opositores resulta un fenómeno de audiencias similar al de 6, 7, 8, pero en sentido contrario y ampliado  hasta alcanzar picos de 28 puntos de rating, esto es llegar a 2.000.000 millones de personas, sin duda un gran número que haría empalidecer de envidia al mismísimo Marcelo Tinelli, pero no a Cristina Kirchner. Veamos

En efecto, no hay que apresurar conclusiones tampoco desde el punto de vista estrictamente cuantitativo sobre el alcance de los medios opositores. El elevado pico de rating de PPT de 2 millones de televidentes, por ejemplo, no mueve el amperímetro comparado con los 7,2 millones de ciudadanos - entre beneficiarios directos y su grupo familiar - a los que le llegan las mejoras de ingreso de la Asignación Universal que acaba de actualizar Cristina Kirchner en un 35,33% y representa el 25% del total de ingresos de los hogares más pobres, esto por citar solo una medida de gestión.

Igual, y en reconocimiento al periodista, digamos que no solo Jorge Lanata, nadie puede ni pudo nunca ir contra una gestión de gobierno exitosa, que inexorablemente gana elecciones y, hay que decirlo en ese punto sí avanzamos. Mientras los gobiernos populares antes del año 1983 eran depuestos no por PPT sino por GDE, más conocidos por golpes de estado, ese recurso “institucional” tan caro a los sectores conservadores de la sociedad, hoy ya no está disponible, al menos por ahora.

En definitiva, el sistema de medios oficialista y opositor hoy no logra incorporar novedades y solo impacta en parte de las audiencias ya establecidas, reproduciendo tanto las adhesiones como las aversiones de estos grupos.

"El elevado pico de rating de PPT de 2 millones de televidentes, por ejemplo, no mueve el amperímetro comparado con los 7,2 millones de ciudadanos a los que le llegan las mejoras de ingreso de la Asignación Universal que acaba de actualizar Cristina Kirchner."

La de los medios opositores resulta hoy una práctica de audiencias redundantes, con impacto en la zona metropolitana y bastante poco productiva al momento de inducir cambios en el estado de opinión pública, que sigue teniendo al oficialismo como mayoría nacional de preferencias y a la gestión del Gobierno en general, y la coyuntura socioeconómica favorable en particular, como la causa dominante de esa mayoría electoral, sumados a una muy decepcionante oposición.

Oposición política que sigue fragmentándose, como en el caso de la UCR, el Peronismo Disidente, el FAP y la Coalición Cívica, cuyos representantes parlamentarios ya ni siquiera responden como bloque, mientras el oficialismo monopoliza la iniciativa política con notables medidas de gestión.

Entre ellas las últimas y muy destacadas actualizaciones de Asignaciones Familiares y  Asignación Universal, por sobre el nivel de aumento de precios que ya coloca al IPC anualizado incluso el calculado por las provincias opositoras (Santa Fe, Córdoba) cuyo respaldo ciudadano cercano al 75% desborda ampliamente el ya suculento aval del 54,11% de los votos obtenidos en octubre de 2011.

Enorme respaldo que, debemos recordarlo en medio de un clima opositor de bóveda fácil, resultó la más alta performance desde la recuperación democrática mientras, en sentido opuesto, con apenas el 17% de votos en favor del FAP, se consolidó el menor porcentaje jamás alcanzado por una segunda fuerza en la historia electoral nacional.
Fuente:www.telam.com.ar
 

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