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13 de marzo de 2021

Cómo pueden impactar las variantes del Covid en la Argentina

En nuestro país circulan dos de las tres mutaciones que más preocupan a los científicos a nivel mundial. Expertos analizan la situación regional y la eficacia de las vacunas aprobadas.

Después de casi un año esperando tener un arma para luchar contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad COVID-19, como son las actuales vacunas que están disponibles todavía en pocos países, una preocupación más se cierne sobre todos los habitantes de este mundo: las variantes o mutaciones que el virus ha generado en este tiempo.

Hay que aclarar que un grupo de coronavirus que comparten el mismo conjunto heredado de mutaciones distintivas se denomina variante. Si se acumulan suficientes mutaciones en un linaje, los virus pueden desarrollar diferencias claras en su funcionamiento. Estos linajes se conocen como cepas.

Cada vez que un virus ingresa a un organismo, su rol principal para sobrevivir es replicarse millones de veces en él, infectando sus células. En más de un año, el virus ha ido adquiriendo mutaciones aleatorias menores desde que saltó de los animales a los humanos, tomando la forma de errores tipográficos de una sola letra en el código genético viral o inserciones de tramos más largos. Pero durante el proceso de copia es frecuente que aparezcan errores que, si bien muchas veces no tienen ningún efecto, en ocasiones producen cambios en alguno de los aminoácidos que componen las proteínas del virus. Como consecuencia, la estructura tridimensional de estas macromoléculas se puede ver alterada, y con ella, las propiedades del virus.

“Los cambios genéticos pueden ser beneficiosos para el virus. Los cambios en la naturaleza son azarosos y siempre buscan prevalecer en el tiempo y sobrevivir. Cualquier especie va cambiando su estructura genética con el tiempo. Así, se producen cambios neutros, negativos o positivos (eficiente a la hora de reproducirse). Así funciona la selección natural. Todo en biología es genes y ambiente en el desarrollo”, explicó el biólogo y doctor en Ciencias Federico Prada a Infobae. “¿Y por qué resultó tan efectivo y letal en humanos? Porque el virus SARS-CoV-2 posee una de las características biológicas más importantes como llave de entrada al cuerpo humano: la molécula enzima convertidora de angiotensina 2 (o ACE 2), que está presente en gran medida en nuestro organismo como en pulmones, riñones e intestinos. Entonces el virus ingresa al organismo infectando células y duplicándose en su material genético con el objetivo de dividirse y generar más copias”, amplió el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

A medida que se hace más difícil que el patógeno sobreviva, debido al surgimiento de vacunas y a la creciente inmunidad de las poblaciones humanas ya contagiadas, los investigadores también esperan que el virus obtenga mutaciones útiles que le permitan propagarse con mayor facilidad o escapar a la detección del sistema inmunitario. “Es una verdadera advertencia de que debemos prestar más atención”, señaló Jesse Bloom, biólogo evolutivo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle. “Sin duda, estas mutaciones se van a propagar y, en definitiva, la comunidad científica necesita monitorear estas mutaciones y describir cuáles tienen efectos”.

Las mutaciones más preocupantes

Hoy, en medio de la carrera contra el virus que causa el COVID-19, las mutaciones aparecen rápidamente y cuanto más tiempo se tarda en vacunar, mayor probabilidad hay de que surja una variante que pueda eludir las pruebas, los tratamientos y las inmunizaciones actuales. El coronavirus se está volviendo más diverso genéticamente y los especialistas en salud afirman que la alta tasa de nuevos casos es la razón principal, porque cada nueva infección le da al patógeno la oportunidad de mutar mientras hace copias de sí mismo, amenazando con dar por tierra con el progreso logrado hasta ahora para controlar la pandemia.

Actualmente hay tres variantes principales conocidas que preocupan a los científicos: la sudafricana, conocida por los científicos como 20I/501Y.V2 o B.1.351; la británica o de Kent, oficialmente 20I/501Y.V1 o B.1.1.7; y la brasileña de Manaos, denominada P.1. También está circulando la variante de Río de Janeiro o P2. En Argentina, hasta ahora se detectaron las variantes de Manaos, Reino Unido y Río de Janeiro, mientras que la de Sudáfrica aún no.

El Proyecto PAIS (Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2), creado desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, elaboró un reporte donde muestra la secuenciación parcial del gen que codifica para la proteína Spike en 81 muestras de CABA y la Provincia de Buenos Aires obtenidas entre el 27 de enero y el 21 de febrero de este año correspondientes a casos de circulación comunitaria, viajeros internacionales o contactos de viajeros internacionales.

Se detectó la combinación de mutaciones característica de la variante 501Y.V3 (Manaos) en dos muestras, y la de la variante 501Y.V1 (Reino Unido) en una muestra, mientras que también se detectó la mutación S_E484K -característica de la variante P.2 (Río de Janeiro)- en 15 muestras y la mutación S_E484Q en un caso. No se detectó la combinación de mutaciones característica de la variante 501Y.V2 (Sudáfrica). En todos los casos reportados de las variantes se procederá a la secuenciación del genoma completo.

“Arrancamos la vigilancia con el fin de buscar estas variantes -denominados en inglés, Variants of Concern (VoC)- que empezaron a emerger en el mundo y tomaron el interés de todos los científicos. La estrategia inicial fue detectar cierta constelación de mutaciones de las variantes 501Y.V1 (Reino Unido), 501Y.V2 (Sudáfrica) y 501Y.V3 (Manaos). Sin embargo, empezamos a detectar la mutación S_E484K sola, no asociada al resto de las encontradas en las variantes 501Y.V2 y 501Y.V3. En las sucesivas investigaciones, la mutación comenzó a aumentar la frecuencia en AMBA, en particular”, explicó la coordinadora del Consorcio PAIS, investigadora en el Laboratorio de Virología Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, doctora Mariana Viegas, respecto a las mutaciones. Y agregó: “Como no sabemos el origen, o sea si se debe a la variante de Río de Janeiro, estamos haciendo el genoma completo para confirmarlo o determinar si se debe a una nueva variante local que haya emergido por convergencia evolutiva (es decir, una misma mutación que aparece en virus de linajes distintos). Es por eso, que ahora nos detenemos a hablar de variantes VOC y de mutaciones que estén asociadas con alguna característica fenotípica que genere interés a nivel local y global”.

Recordemos que las cuatro variantes virales del SARS-CoV-2 son la variante 501Y.V1 (linaje B.1.1.7) o VOC 202012/01, detectada en el Reino Unido; 501Y.V2 (linaje B.1.351) o VOC 202012/02, detectada en Sudáfrica; la variante 501Y.V3 (linaje P.1, derivado del linaje B.1.1.28) o VOC 202101/02, detectada en Manaos, Brasil; y la variante VUI-202101/01 (linaje P.2, derivado del linaje B.1.1.28), detectada en Río de Janeiro, Brasil.

Variante de Reino Unido

Tras notar un aumento de casos tanto de contagios como de fallecidos en Reino Unido, el 8 de diciembre, científicos y expertos en salud pública llegaron a la conclusión de que la causal era por una variante del COVID-19. Dos semanas después, el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, afirmó que la nueva cepa de coronavirus detectada en Inglaterra estaba “fuera de control” y por eso el Gobierno había tenido que actuar “rápidamente y con decisión”, en referencia al confinamiento impuesto en Londres y el sureste del país.

El consejero científico del gobierno británico, Patrick Vallance, explicó que esta variante del SARS-CoV-2, además de propagarse rápidamente, se está convirtiendo en la forma “dominante”, lo que conllevó “una subida muy fuerte” de los ingresos hospitalarios en diciembre. La nueva cepa habría aparecido a mediados de septiembre en Londres o en Kent (sureste), según él. De acuerdo al estudio preliminar sobre este nuevo linaje del virus, se detectó un grupo filogenético distinto (llamado linaje B.1.1.7) dentro del conjunto de datos de vigilancia del COG-Reino Unido. La variante B.1.1.7 contiene 17 mutaciones, incluidas varias en la proteína de pico. Se ha descubierto que uno de ellos, N501Y, ayuda al virus a unirse más estrechamente al receptor celular ACE2.

Así, la nueva variante del coronavirus 20I / 501Y.V1, o simplemente B.1.1.7., según los científicos que la estudian es hasta un 30% más mortal y un 70% más contagiosa. Ya está presente en más de 100 países, incluida la Argentina y en Estados Unidos se duplica cada 10 días. “La variante del coronavirus encontrada por primera vez en la región británica de Kent es preocupante porque, si bien las vacunas hasta ahora son eficaces contra las variantes en el Reino Unido, las mutaciones podrían socavar la protección que ofrecen las actuales vacunas contra la enfermedad de COVID-19”, dijo la jefa del programa de vigilancia genética del Reino Unido, Sharon Peacock.

Variante de Sudáfrica

En diciembre último, científicos identificaron una variante conocida como 20H / 501Y.V2, del linaje de coronavirus B.1.351 en Sudáfrica en medio de un incremento notorio de casos. Eso causó preocupación en los expertos porque los ensayos clínicos de vacunas muestran que ofrecen menos protección contra B.1.351 que otras variantes.

Es posible que las personas que se recuperen de otras variantes no puedan defenderse de B.1.351 porque sus anticuerpos no atraparán los virus con fuerza. La variante B.1.351 apareció casi al mismo tiempo que B.1.1.7, y se extendió rápidamente en Sudáfrica para convertirse en la versión dominante en ese país.

Variante de Manaos (P1) y Río de Janeiro (P2)

En enero, un grupo de investigadores informaron que habían detectado dos nuevas variantes del coronavirus en Brasil, ambas descendientes de una variante ancestral común algo más antigua. Aunque comparten mutaciones con otras versiones recién descubiertas, parecen haber surgido independientemente de esas variantes. Así, la variante conocida como de Manaos, o 20J / 501Y.V3 es del linaje P.1, una rama del linaje B.1.1.28 más grande.

La variante de Río de Janeiro o P2 (derivada del linaje B.1.1.28) se encuentra en todo Brasil. Una de las tres mutaciones de P1 también ocurre en este caso. Esta mutación podría potencialmente hacer que sea más contagiosa y conducir a una inmunidad reducida después de una infección previa con variantes anteriores. En la actualidad, también se está investigando a nivel nacional e internacional si este es realmente el caso. Al igual que la P1, todavía no está claro si P2 conduce a cambios en el curso de la enfermedad.

Un reciente estudio alertó de que la cepa brasileña también infecta a quienes haya tenido COVID-19 y a quienes se hayan vacunado. Los expertos aseguraron que la variante brasileña del COVID-19, bautizada como P.1, podría tener una carga viral hasta diez veces más elevada y es capaz de evadir el sistema inmune de aquellas personas que ya tenían anticuerpos contra el coronavirus, revelaron otros dos estudios preliminares realizados por investigadores brasileños e ingleses.

Según destaca la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su último informe de esta semana, la aparición de mutaciones es un evento natural y esperado dentro del proceso de evolución de los virus. Desde la caracterización genómica inicial del SARS-CoV-2, este virus se ha dividido en diferentes grupos genéticos o clados. De hecho, algunas mutaciones específicas definen los grupos genéticos virales (también denominados linajes) que circulan actualmente a nivel global.

Desde la identificación inicial del SARS-CoV-2, hasta el 8 de marzo de 2021, se han compartido, a nivel mundial, más de 714.514 secuencias genómicas completas a través de bases de datos de acceso público. Hasta el 8 de marzo de 2021, 38 países y territorios de las Américas han publicado en la plataforma GISAID 187.705 genomas del SARS-CoV-2, recolectados entre febrero 2020 y marzo 2021. Los países y territorios que han contribuido son: Antigua y Barbuda, Argentina, Aruba, Belice, Bermuda, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Curazao, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos de América, Guadalupe, Guatemala, Guyana Francesa, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Jamaica, México, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, San Bartolomé, San Eustaquio, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San Martín, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tabago, Uruguay y Venezuela.

Eficacia de las vacunas

“El desafío central hoy en día es que el virus sigue mutando y circulando y el potencial riesgo es que se transforme en otro virus”, evaluó en tanto el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253), quien analizó que “esa es una carrera que está teniendo el virus en sí mismo, modificándose y generando variantes de mutación cuya meta final es transformarse en otro virus, que ojalá no ocurra, pero lo cierto es que el SARS-CoV-2 va adquiriendo velocidad en la generación de nuevas variables”.

Consultada sobre si alguna de las vacunas aprobadas está mejor preparada para introducir cambios en su formulación ante los retos que suponen las nuevas cepas, la médica especialista en medicina interna e infectología María Fernanda Rombini (MN 97087) aseguró que “los expertos dedicados a vacunas en el mundo no creen, en principio, que las vacunas desarrolladas resulten menos eficaces contra las nuevas variantes”. “La mayoría de las vacunas inducen anticuerpos neutralizantes contra varias zonas de la proteína S, además de activar la inmunidad celular, así que parecería improbable que una mutación pueda cambiar la efectividad de las vacunas, pero aún faltan datos”, señaló.

Para ella, “si eventualmente estas mutaciones alteraran la eficacia de las vacunas, probablemente aquellas que utilizan la tecnología ARNm (Pfizer/BioNTech, Moderna) o vectores virales no replicativos (Sputnik, AstraZeneca/Oxford) serían las que con mayor facilidad podrían adecuarse a las nuevas variantes”. “Es muy importante la vigilancia epidemiológica constante. Hasta ahora podemos decir que todas las vacunas podrían responder a estas variantes que están circulando, pero podría ocurrir que aparezca otra mutación que sí las afecte”, enfatizó.

Por otro lado, la doctora Ester Lázaro Lázaro, Investigadora Científica de los Organismos Públicos de Investigación, especializada en evolución de virus, del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), afirmó que Investigadora Científica de los Organismos Públicos de Investigación. Especializada en evolución de virus, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) “Si se llegara a confirmar la menor efectividad de las vacunas sobre estas variantes, no sería una debacle. Sencillamente, implicaría que las vacunas tendrían que ser actualizadas periódicamente en función de las cepas que estén en circulación en ese momento. Es algo habitual con el virus de la gripe, que incluso podría ser mucho más asumible con las nuevas vacunas de ARN. Una vez más asistimos a cómo la investigación científica es la mejor aliada para nuestra supervivencia”.

Todo se concentra en el sistema inmune

El mayor aliado que tenemos en la lucha contra el nuevo coronavirus no son las vacunas, los tratamientos o el apoyo de cualquier médico o sistema de salud. El más preciado compañero para enfrentar al virus es nuestro propio sistema inmunológico. Las vacunas son simplemente armas o herramientas para despertar al sistema inmune y enseñarle a detectar y destruir al coronavirus allí donde se esconda.

Según un reciente estudio publicado por científicos de Estados Unidos sobre la eficacia inmunitaria, tanto de las personas que ya han pasado una infección como las que han recibido la vacuna de ARN mensajero —Pfizer y Moderna— muestra que el sistema inmune de estas personas genera diferentes tipos de glóbulos blancos que son capaces de neutralizar las variantes del coronavirus más preocupantes: británica, sudafricana, brasileña y la nueva versión detectada en California. Utilizando sangre de pacientes en laboratorio, científicos han demostrado que algunas de estas variantes son capaces de escapar a la acción de los anticuerpos. Otros trabajos apuntan a que las vacunas pierden algo de eficacia contra las nuevas variantes.

Estudios preliminares de los laboratorios Pfizer/BioNTech y Moderna publicados en la revista New England Journal of Medicine dieron cuenta de que las vacunas producidas por esas compañías verían reducida su eficacia ante la variante sudafricana del nuevo coronavirus. Por ejemplo, la vacuna de Novavax, aún no aprobada en Europa, tuvo un 89% de eficacia en un ensayo en el Reino Unido, pero apenas un 60% en Sudáfrica. La inyección de Janssen alcanzó una eficacia del 72% en EE UU, pero de solo el 57% en Sudáfrica. Este país ha suspendido la administración de la vacuna de Oxford y AstraZeneca tras observar una eficacia de apenas el 22% en un ensayo preliminar. Aun así, las vacunas sí parecen tener la misma efectividad contra las nuevas versiones del virus a la hora de evitar la COVID-19 grave y la muerte.

“Necesitamos redoblar las medidas de salud pública. Cuanto menos se propague un virus, menos mutará”, remarcó Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los EEUU, y apuntó que “es necesario vacunar a la mayor cantidad posible de personas con las vacunas actuales disponibles y prepararse para la eventualidad potencial de que se tengan que actualizar en el futuro”.

Fuente:www.radiosudamericana.com



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