La inactividad del transporte público marcó la jornada del paro nacional en Corrientes que, sin embargo, tuvo su epicentro en la esquina de 3 de Abril y Chaco a media mañana. En ese momento, las organizaciones sociales intentaron interrumpir el tránsito en el puente Belgrano, acción impedida por la Policía. Sin embargo, del otro lado del viaducto se concretó la medida por varias horas, generando las dificultades del caso. En un relevamiento de la jornada de huelga general convocada por todas las centrales obreras (la CGT y las tres CTA), en la provincia la inactividad se notó en el transporte público, la actividad docente (la imposibilidad del traslado, y la lluvia a la hora del ingreso a clases) y en bancos (sólo el Provincia atendió para el pago a jubilados nacionales). La actividad comercial fue normal, contrastando con la jornada del lunes que con el asueto local y la celebración del Día de los Mercantiles, no hubo movimiento en las sucursales de las cadenas de supermercados ni en la peatonal Junín. Pese a los anuncios de las centrales sindicales nacionales en Corrientes sobre la contundencia de la medida, la posición de los partidos de la oposición (que se manifestaron a través de comunicados de prensa) en la misma sintonía, el paro tuvo un impacto inferior al esperado en una provincia con 75 mil empleados públicos y sumida en lo más bajo de las grillas de bienestar social de los diferentes distritos del país. Lo cierto es que en Corrientes, las medidas dispuestas a nivel nacional no tuvieron en los últimos años el impacto esperado. En rigor de verdad, la mayoría de las medidas convocadas por los sindicatos estatales fueron contundentes. Es más, teniendo en cuenta la réplica a cada una de ellas por parte del gobierno, los empleados públicos evitan sumarse a cada acción sindical, y solamente una porción menor acude a las manifestaciones que cada tanto son convocadas por los sindicatos nucleados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). s