El índice de inflación general que mide INDEC no da cuenta de otro de los efectos más perniciosos en la desbandada de los precios: consagración de la desigualdad. Mientras el osobuco subió más de 80% en dos años, la colita de cuadril “apenas” se encareció 50%. La inflación golpea con dureza todos los bolsillos. A la dificultad que demostraron los últimos años los salarios para seguirle el ritmo al aumento de precios se sumó otro efecto no siempre tan evidente: profundización de la desigualdad. La magnitud de los aumentos es dispar según se trate de productos de consumo populares o bien de los considerados Premium. La evolución de los precios de la carne durante el gobierno de Macri permite ver con claridad este efecto “oculto” de la inflación. Desde enero de 2016 a julio pasado los precios de cortes populares de carne subieron por ascensor mientras que los considerados ‘de lujo’ lo hicieron a ritmo menor. El impacto de la inflación sobre las clases populares, que consume los primeros cortes, es mucho mayor que el que sufrieron los sectores más acomodados, consagrando la desigualdad.

Aflojar con la sopa

El osobuco, clásico corte popular que se utiliza para pucheros y sopas, subió 83,22% en la era Cambiemos; la colita de cuadril “apenas” 50,05% según se desprende del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina. La misma evolución sufrió la picada común que subió 69% y la paleta 70,94%. Mientras que los cortes Premium: el lomo “apenas” subió 50,13% y el vacío 46,03%. El propio gobierno nacional admitió que la inflación terminará este año en torno al 30%, expectativa más que optimista de acuerdo al cálculo de los analistas privados que la ubican encima del 35%.

Fuente:diario1588.com