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Por José Rendler
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A él no se lo contaron. Lo vio con sus propios ojos. Alejandro Vigilante es un compatriota que estuvo esa mañana del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y fue testigo de cómo se desmoronaba una de las Torres Gemelas.

En diálogo telefónico desde Miami, revivió lo que pasó ese día. "Estaba en la casa de un amigo, Hernán Casanova, que tenía una empresa de telecomunicaciones. Lo llamaron para decirle que algo pasó en las torres". Y allá fueron. Tomaron el subte como siempre, con destino al Bajo Manhattan. La diferencia fue el final del recorrido: salieron a la superficie y una de las torres ya no estaba.

Ambos se miraron. No lo podían creer. Había corridas de la gente, gritos desesperados, una nube de polvo, piedras que caían al lado nuestro. "Fue dantesco", confió Alejandro. "Empezamos a correr y cuando estábamos justo enfrente se desmorona la torre que quedaba en pie. Nos escondimos en un auto. En el asiento de atrás del auto había una cámara Polaroid y un Corán, que pensamos que era una Biblia. Le saqué una foto y la puse en las redes sociales, y en el espejito estaba colgado un tasbih, un rosario musulmán, era todo muy loco", recordó. "Cuando nos sentimos seguros, salimos del auto, el panorama era dantesco; para poder rescatarnos debieron usar máscaras de oxígeno, no se podía respirar", narró.

"El polvo seguía flotando en el aire. La nube negra era de cuadras y cuadras. El olor, nauseabundo", contó Vigilante. "Creí que me moría, lo que viví fue como una película de terror, todo fue un caos", resumió.

Pasaron quince años y sus recuerdos siguen imborrables en su memoria. Pero también reflexiona y nos dice: "Este terrible atentado fue el punto de partida para seguir masacrándonos en todo el mundo. A lo largo de estos años hubo infinidad de hechos en distintos países donde murió mucha gente. Vamos de mal en peor, el mundo está muy convulsionado, lo que estamos viviendo es una locura. Pareciera que lo que pasó no sirvió para nada, me gustaría vivir en un mundo donde haya más equidad".

"Si pudiera, viviría en otro planeta, con extraterrestres"
Vigilante vivió en Nueva York hasta 2005 y fueron años complicados porque el golpe psicológico fue muy grande por lo que le tocó vivir. "Tenía la paranoia de caminar por las calles y que se caían los edificios".

Después vivió en Astoria, en el estado de Oregón. "Tuve la mala idea de vivir cerca del aeropuerto y, cuando veía que un avión volaba bajo, tenía la fantasía de que iba a chocar contra mi casa".

Generalmente para todos los aniversarios, Alejandro viaja a Nueva York. Sin embargo, este año, por primera vez no concurrirá. "Lamentablemente no lo haré porque mi señora está de viaje y no quiero ir solo. Por lo tanto, me quedaré en Miami".

Alejandro es pintor y muralista. Llegó a Estados Unidos en noviembre de 1995. Allí, su amiga y escultora Marta Borrel le dijo que fuera a exponer con ella a Miami. En el Art Miami fue contratado por Patricia y Philippe Frost, los coleccionistas más importantes de obras abstractas y miembros del directorio del Instituto Smithsonian de Washington.

Conoció a Ivanna Trump, Andy García, Al Pacino, Cameron Díaz, entre otros. Luego surgieron trabajos para Emilio y Gloria Estefan. En Nueva York diseñó las paredes y los techos de la famosa joyería Tiffany de la Quinta Avenida y los muros del Hotel Marriott, ubicados frente a las Torres Gemelas.Esas que hace 15 años ya no están ahí.