La historia parece rescatada de una película de terror. Es imposible imaginar el tormento que lleva a cuestas Jésica Romero (32), que hace cuatro años perdió un riñón luego de ser apuñalada por la ex mujer de su actual pareja.

Lo indignante no es sólo que la justicia no haya hecho nada, sino que la atacante la sigue amenazando con total impunidad. Luego de dos postergaciones, el juicio tendrá lugar -de no ocurrir algún imponderable- el 6 de septiembre y todo parece indicar que la agresora continúe en libertad.

"Fue hace cuatro años. Eran las 12 de la noche y alguien golpeó con sus manos la puerta de mi casa para que la atendiéramos. Cuando abrí, una mujer, cuchillo en mano, me llenó de puntazos, uno de ellos me perforó un riñón", comenta la víctima. La mujer de la que habla es, según su denuncia, Diana Molina (25), quien fuera esposa del actual compañero de Jésica.

"No todo quedó en una agresión que me cambió la vida. Soy madre de 3 hijos y estoy embarazada. No puedo asomarme a la calle porque tengo miedo de que esa desequilibrada aparezca por algún lado. Hace una semana, me cruzó en la calle y de una trompada me rompió la boca", señala la mujer.

Romero vive en una modesta casa de la calle 420 "A", en la localidad de Gutiérrez, muy cerca de la conocida rotonda, en el partido de Berazategui. Es enfermera, pero debido a las lesiones que le provocó el ataque no puede trabajar.

"No le deseo a nadie vivir lo que vivo. No tengo abogado y dependo de lo que decida el fiscal Daniel Manco de la UFI 11 de Quilmes. Esa mujer vive a siete cuadras de mi casa y por momentos temo lo peor. Quiero aclarar que es la única responsable de todo. Su familia nunca me hizo nada, pero ella me sigue amenazando y agrediendo".

La joven expresa que las consecuencias del brutal ataque van más allá de lo físico. "Estoy mal psíquicamente debido a que tengo terror de salir y con tres chicos y otro en camino no tengo mucha posibilidad de encerrarme en mi casa. El hecho de que me hayan sacado un riñón me pone límites en todo lo que hago, hasta laboralmente, porque nadie me da trabajo en blanco. No entiendo mucho de leyes, pero me dicen que el hecho tiene que considerarse "lesiones gravísimas" y no "lesiones graves" como lo caratularon. Es un cúmulo de cosas muy difíciles de superar".

Jésica agrega: "Primero, el juicio iba a ser el 29 de marzo. Luego se pospuso para el 29 de agosto y ahora pasó para el 6 de septiembre. Me da la sensación de que estoy desprotegida, que a nadie le importa lo que me pasa. Esta mujer planeó matarme. Llegó a mi casa con un cuchillo entre sus ropas y me cortó toda. Me arruinó la vida".