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27 de marzo de 2017

Educación en crisis: cada vez menos chicos ingresan a la escuela pública

En Corrientes, de 30 mil alumnos inscriptos para el Nivel Primario en 2003, para 2015 sólo se registraron 20 mil y el número sigue bajando. A la par, también es notorio el desequilibrio de la calidad educativa entre estos establecimientos y los privados. ¿Qué pasó en el medio? ¿Hay una solución para evitar que los chicos sufran las consecuencias? Interrogantes que parecen no tener una respuesta de quienes deberían hacerse responsables.

Por: Noelia Irene Barrios De la Redacción

Un clima de tensión es el que se vive en el ámbito de la educación en todo el país. La presentación de los resultados de la evaluación Aprender, con índices que dejan muy mal parada a la escuela pública, generó un debate sobre el desempeño del sistema en general para las instituciones estatales frente a las privadas. Lejos de escapar al problema, Corrientes enfrenta a su vez una situación crítica, el de la deserción, que en trece años redujo notoriamente el número de alumnos inscriptos en estos establecimientos.
"En 2003 hubo un registro de 29.716 alumnos que empezaban el 1º Grado en las escuelas públicas de la provincia; en 2015 sólo hubo 19.741 chicos que iban a empezar la primaria en esos establecimientos. Casi diez mil chicos menos en trece años. Si se cambiaron a las privadas o dejaron de ir a la escuela, no lo sabemos, pero estas cifras son claras", dijo el referente del Centro de Estudios de la Educación Argentina, Alieto Guadagni a un programa radial local la semana pasada, después de que el Presidente diera a conocer los preocupantes resultados de la prueba que se hizo en las instituciones educativas de todo el país. Mientras el debate estuvo puesto en la baja calidad de los establecimientos estatales, el especialista apuntó contra la cantidad de personas que deciden ya no enviar a sus hijos a estas escuelas. Y al respecto, la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa, del Ministerio de Educación expone las estadísticas concretas de los relevamientos que se hacen año a año.  En 1996 por ejemplo, cuando el Gobierno nacional dejó a las provincias a cargo de la educación pública, había 152.653 pequeños correntinos en todas las primarias. Para 2015 el número había bajado a 138.226 alumnos cursando este nivel en todo el territorio provincial. Y eso, a pesar de que la inversión presupuestaria en materia educativa creció notoriamente en todo ese tiempo (ver recuadro abajo). "La pregunta del millón es ¿qué pasó durante ese tiempo", había dicho Guadagni a los colegas de FM Mitre. Un interrogante que hasta ahora nadie responde, y que esconde un problema social mucho más profundo.   DIFERENCIA   Otro dato que pasa casi desapercibido en las estadísticas nacionales indica que en Corrientes, de cada 100 chicos que empiezan sus estudios en la escuela pública, sólo terminan 22; mientras de que cada 100 que ingresa a una privada, finalizan 73. Casi desapercibido, pero alarmante. Porque además, la calidad del aprendizaje para la mayoría de los que terminan el cursado de todos los niveles en las estatales, es bajo. Y esto fue lo que mostraron, no sólo la prueba de Aprender, sino el centro de informes de las facultades y centros de estudios terciarios de la región. Desde donde alertaron en reiteradas oportunidades, que hay estudiantes que llegan y tienen dificultades para comprender textos básicos. Guadagni decía, lamentándose, que: "La clase política abandonó a la escuela pública". Y completaba: "Los chicos de bajos recursos van a escuelas que están muy mal administradas, con problemas de infraestructura y mal equipadas, no se les da un incentivo; y son esos mismos chicos los que después no terminan el secundario. Lo grave es que a pesar de que es vidente el perjuicio, nadie se hace cargo y esto sigue". Desde el punto de vista de este y otros analistas, el problema termina siendo uno solo: el sistema educativo, fomenta la segregación  al asegurar a unos (los chicos de familias con mayor poder adquisitivo), la posibilidad de acceder a una educación de calidad, acorde al precio de las cuotas mensuales; y a otros el problema de depender de la suerte de ser educados por profesionales que sepan sortear todas las dificultades con recursos escasos. "La inclusión empieza en la escuela. Si una escuela no es de calidad, los chicos más pobres siempre van a tener todo más difícil" sentenciaba Guadagni. Y la situación crítica actual del sistema, no refleja otra cosa.    RESPONSABLES   Por estos días el reclamo salarial docente fue detonante de la situación crítica que se vive en las aulas de la escuela pública. Los maestros y profesores son en definitiva, la cara visible del sistema y sobre ellos recae en gran parte la responsabilidad del problema, cuando se busca un culpable. Pero para los especialistas, la cuestión es más profunda cuando hay un chico en algún lugar del país, (o la provincia en este caso), que decide no ir más a la escuela.  Los días de paro afectan el sistema, pero el reclamo es justo porque los sueldos son bajos (9.800 pesos en promedio, para un maestro de grado al frente de los alumnos). Y la cuestión de la calidad educativa incluye un sinnúmero de factores en donde por un lado es el Estado el que debe responder, y la familia acompañar. Una maestra de 1º grado de la escuela Nº 14 del barrio Anahí, consultada por EL LIBERTADOR, sostiene que es muy difícil que un alumno fije los conocimientos esenciales, si en la casa no tiene quien le dedique un tiempo y acompañe en el aprendizaje. "Lamentablemente no hemos visto muchas veces en la necesidad de hacer repetir a un chico porque no aprendía a leer o escribir. Nos pasó varias veces con nuestros colegas, y la gente no entiende que también para nosotros es un fracaso no haber podido ayudar a nuestros alumnos", indicó.  La docente también señaló que cada situación en particular es un caso para atender.  "Hay familias muy comprometidas con el aprendizaje de sus chicos, pero hay otras que ni siquiera se preocupan por venir a las reuniones que hacemos cada tanto. Nuestro trabajo consiste en brindar soluciones, pero cuando se está solo, tenemos que aprender a vivir con esa posibilidad de que a veces, del cien por cien de los alumnos en un aula, a un grupo se les va a hacer muy difícil pasar de año", describió.    ¿SOLUCIONES?   En medio de la polémica, en la que hasta el propio Presidente descalificó accidentalmente a la educación pública al declarar que lamentablemente a algunos les toca "caer" en ella, una decisión de última hora fue anunciada: la implementación de lo que denominó el Plan Maestr@ (ver recuadro abajo). Esto consiste en una directiva que tendrá fuerza de Ley y cuyo objetivo es incrementar el nivel educativo en las aulas estatales de todo el país.  La cuestión es que es un plan a largo plazo, con resultado que podrían verse recién dentro de diez años. Y de momento, los miles de alumnos que ya pasaron por este sistema, y los que lo siguen viviendo, una vez más y como si fuera irónico, quedaron afuera.

Un presupuesto que sube mientras la calidad baja En el financiamiento educativo intervienen distintos niveles de gobierno. Las provincias y la Caba soportan el mayor esfuerzo porque tienen a su cargo todos los servicios de enseñanza, desde el nivel inicial hasta el superior no universitario. Se trata de un costo desigual porque, no todas las provincias tienen el mismo nivel de recaudación y por ende en algunos casos es más difícil solventar los costos de financiación educativa.  Corrientes no es la excepción a la regla y a pesar de eso, el presupuesto para la educación del Estado provincial tuvo un aumento significativo en la última década. Según figura en los registros del Boletín Oficial de la Provincia, en 2006 se destinó un total de 276.589.920 pesos, y para este año el presupuesto presentado es de 10.651.636.766 pesos, lo que equivale a que en diez años el dinero destinado al sector se multiplicó unas 38 veces.

La desigualdad entre el centro y la periferia En el ambiente educativo de la provincia otra cuestión preocupante es la disparidad entre la población de las escuelas de los centros de cada ciudad y las periferias. Sólo en la Capital el 60 por ciento de los alumnos que asisten a primarias o secundarias, son inscriptos en los establecimientos educativos que se encuentran o en el microcentro, o dentro de las cuatro avenidas principales. Y esto ocurre aún cuando las escuelas estatales están distribuidas casi en todos los barrios. En muchos casos, la respuesta de los padres es que les resulta más fácil acercar a los chicos a establecimientos de esta zona de la ciudad, por cuestiones laborales. Pero el problema es que luego en estos lugares hay superpoblación de alumnos a la hora de las inscripciones, mientras en otros sitios de los barrios más alejados, se están quedando sin chicos a los cuales educar.

Los que menos tienen y a los que más les cuesta
Para muchos analistas, el problema se inicia con el surgimiento de la educación privada, porque se permitió que haya una diferenciación en un derecho tan universal como es el de la educación. "Que unos por tener mayor poder adquisitivo puedan ser educados de una mejor manera, atenta contra la igualdad", decía Alieto Guadagni en la entrevista referida en la nota principal, y a regañadiente, tiene razón. El caso de Finlandia es la muestra concreta. Es un país donde no existe la educación privada, donde todas las escuelas son iguales, tienen el mismo nivel, donde se juntan niños que llegan desde distintas realidades sociales. Y un lugar, catalogado como el de mejor calidad educativa del mundo. Ya sea en la ciudad, en la provincia o en el país, el problema siempre es el mismo, la diferencia permanece y la desigualdad de oportunidades también.

Plan Maestr@: objetivos largo plazo 1. Garantizar la cobertura universal del Nivel Inicial desde sala de tres. 2. Para 2021 lograr que todos los alumnos del Nivel Secundario superen el Nivel 1 en Lengua, Matemática y Ciencias en las Evaluaciones Aprender. 3. Jornada extendida con 6 horas de Educación Física en 100 por ciento de escuelas en 2026. 4. Lograr en diez años que disminuya un 70 por ciento el abandono escolar en la secundaria. 5. Generar sistemas de información y evaluación educativa integrales y confiables. Creación Instituto para 2021. 6. Crear un nuevo sistema nacional de carrera docente para el 2021. 7. En 2021, lograr que el 100 por ciento de los directivos y supervisores en ejercicio hayan realizado una actualización de formación específica en liderazgo educativo. 8. Universalizar el acceso a las tecnologías de la información, logrando el 100 por ciento de las escuelas estatales conectadas a Internet para 2021. 9. Para el año 2021, el 70 por ciento de las universidades nacionales desarrollen planes de articulación con escuelas secundarias. 10. Para el año 2021, 70 por ciento de la oferta de educación superior articulada; los estudiantes puedan transitar por el sistema de educación superior con un reconocimiento automático de su trayectoria formativa. 11. Para 2026 el 50 por ciento de los docentes argentinos serán bilingües en inglés y/o portugués y/o del idioma pueblo originario correspondiente.
  Bajar el índice de repitencia, o cuando el fin justifica todos los medios Que en las secundarias el índice de repitencia y deserción es alto, no es un dato nuevo. Pero hace unos dos años, corrió el rumor de organismos oficiales que decidieron poner un freno a la situación y mejorar los números a como dé lugar. Esto incluyó aumentar las oportunidades para que los alumnos pudieran aprobar las materias adeudadas y pasar con el mínimo (dos previas), para continuar el cursado sin tener que repetirlo. Respecto a eso, se generó un nuevo malestar entre los docentes que se veían imposibilitados de aplazar a los alumnos para no engrosar las cifras. Docentes de los colegios Hipólito Yrigoyen, Santa Rita y Figuerero, describieron a EL LIBERTADOR los detalles de esta situación. Según dijeron, los chicos de esos establecimientos rinden sus exámenes en diciembre y febrero. Pero esta vez, para marzo se programó una mesa excepcional, cuando ya comenzó el ciclo lectivo 2017. Indicaron que esta nueva "chance" para los alumnos fue ordenada por el Ministerio de Educación. "El objetivo era que los chicos que llegaron con entre tres o cuatro materias tuvieran la oportunidad de quedar con al menos dos y así poder pasar de año", dijo uno de ellos. Comentaron además que los profesores ya estaban informados de la cantidad de materias que adeudaba cada alumno. Y también se dijo que a fines de diciembre los directivos ya le anticiparon a los docentes que podía pasar lo de la mesa excepcional, ya que fue muy alto el grado de ausentismo y repitencia del año anterior. Incluso se llegó a especular sobre cuáles serían los cursos que quedarían perjudicados. El caso generó malestar, porque muchos docentes se negaron a participar de las mesas (que son por tribunal). Entonces, los otros, debieron apelar a su solidaridad como colegas. Incluso una docente de la Figuerero comentó que era común escuchar una frase similar a: "Bancame en la mesa o me cierran el curso". De cualquier manera, el resultado es el mismo: los números mejoran, pero los chicos no aprenden. Y a pesar de la queja parece que la "mesa excepcional" se mantendrá.   Fuente:www.diarioellibertador.com.ar


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