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13 de enero de 2013

A ocho meses de la pelea de fondo

UN DESAFIO POR DELANTE. El Intendente de la Capital aspira a ser consagrado como candidato a la Gobernación por el justicialismo. Antes, debe sortear una elección interna que le plantea la necesidad de salir a convencer y comprometerse con la dirigencia peronista que no lo adoptó como el candidato natural. En el bolillero para la sucesión, tiene los nombres de su delfín, Martín Barrionuevo, y el del diputado Fabián Ríos, quien tiene en su contra el hecho de que aún no concluye su mandato y su suplente no pertenece al justicialismo.

 

Corrientes elige, semanas antes de la elección nacional del 23 de octubre, un nuevo gobernador. Los resultados tendrán un fuerte impacto a favor o en contra del poder central. En ello estriba el interés de la Casa Rosada por una elección que hasta el momento muestra un final abierto. En este marco, el año se ha iniciado con la confirmación de las internas en el peronismo. El sector opositor a la llamada Cooperativa considera que el justicialismo, hasta ahora, no logra hacerse fuerte para enfrentar al Gobierno, y apuesta por un candidato con mayor compromiso con el partido y con mejores posibilidades de articular alianzas ganadoras. En ECO se mantiene la disputa entre Colombi y Cassani, y en el medio asoman Nito Artaza y Mario Bofill, que podrían apuntar a llenar el casillero de un tercer espacio, siempre latente en la política correntina.

Por Confucio
EL LIBERTADOR


Con varios frentes abiertos, que van desde lo económico a lo político, pasando por las relaciones internacionales, el Gobierno nacional sigue mostrando iniciativa y decisión a la hora de resolver las urgencias que impone una agenda de por sí compleja, en un año electoral del cual dependerá, precisamente, la suerte del proyecto que hoy encarna Cristina Fernández de Kirchner.
Las cruciales elecciones de medio tiempo se realizarán, tal como lo dispone la ley, el último domingo del mes de octubre. De los resultados dependerá la posibilidad de que finalmente esté en condiciones de analizar la conveniencia o no de una reforma constitucional, para la cual requerirá no solo de mayorías especiales en ambas cámaras del Congreso de la Nación, sino también de un consenso ciudadano que torne posible la idea en términos de aceptación.
Más allá de la futura conformación del Parlamento nacional, los guarismos y porcentajes que se alcancen son más que importantes en cuanto a que el Gobierno tiene como base comparativa en el ideario popular el 54% obtenido en la última elección, que si bien se dio en un momento y en una situación distinta, siempre las comparaciones son inevitables, más allá de que es claro que una cosa es cuando se vota a presidente de la Nación y otra cuando se hace solo para legisladores.
Esta importancia de los guarismos electorales va atada, además, a otro hecho de significativa importancia, que es la elección en la Provincia de Corrientes, que es la única en la que se elegirá gobernador, y cuyos resultados a tan corta distancia de las elecciones nacionales tendrán un efecto importante en las expectativas generales.
El país entero seguirá con atención lo que ocurra en el escenario electoral de la provincia de Corrientes, donde el cristinismo tiene frente a sí a la única provincia administrada por el radicalismo, su último bastión, al que por ahora hay decisión firme de arrebatarle, al punto que distintas gestiones que por vías diversas encaró Ricardo Colombi, chocaron con la negativa sistemática de la Casa Rosada, poco proclive a retomar una relación que en los años se desgastó, al punto de considerarse hoy como de no retorno.
Aun así la política es dinámica, y la realidad muchas veces termina teniendo cara de hereje. La política es el arte de lo posible, y dependerá de los peronistas de Corrientes en esta instancia, que entiendan y comprendan la enorme responsabilidad que tienen, en el sentido de darle al Gobierno Nacional un triunfo que contribuiría de manera decisiva al resultado de las elecciones nacionales.
Es en este concepto que desde el poder central se sigue, con atenta preocupación, lo que ocurre en Corrientes. No hay espacio para la improvisación ni para el voluntarismo, tanto más cuanto frente al candidato que resulte de la interna peronista estará nada menos que Ricardo Colombi, un hombre con experiencia, coraje y decisión de mantener el control de la Provincia por los próximos cuatro años.
Difícilmente, en este contexto, el poder nacional esté dispuesto a darle un cheque en blanco a la dirigencia del justicialismo correntino, que justamente es una de las provincias en las que históricamente las contradicciones internas fueron el freno a las aspiraciones de recuperar el gobierno por el voto popular.
El último triunfo peronista en Corrientes lo logró, cuatro décadas atrás, el legendario caudillo Julio Romero, en recordadas elecciones en las que logró en segunda vuelta un aplastante triunfo sobre las fuerzas del conservadorismo.
Cierto es que Don Julio tenía una vocación de poder, y una convicción de lucha de la que carece hoy el grueso de la dirigencia peronista de la Provincia, a la que se le enrostra el hecho de haber resignado en manos primero del Partido Nuevo en el 2001 y luego del radicalismo en el 2005, la candidatura mayor.
Ahora, a ocho meses de la elección de Gobernador, el escenario comienza a dibujarse. Todo tiene que ver con todo y nadie parece tener la vaca atada con un sistema electoral de doble vuelta, en el cual el gran  interrogante es, a esta altura, saber si algún frente electoral se ubicará en lo que da en llamarse el tercer espacio.
Si ello ocurre, y el sector que lo ocupe muestra cierta envergadura estructural como para plantarse como una opción diferenciada, no hay dudas de que la elección se terminará definiendo en el ballotage, tres semanas después de la primera vuelta.
Los sondeos realizados reafirman claramente que hay un espacio segmentado del cuerpo electoral de la Provincia, proclive a acompañar una oferta electoral distinta a la de los dos partidos nacionales, incluso más allá de quiénes estén al frente, aún cuando del acierto en la elección del candidato y de las estructuras que lo acompañen, depende si finalmente ese tercer espacio terminará terciando en la disputa o, eventualmente, terminar siendo número puesto en el ballotage, donde las contradicciones que muestra el escenario provincial lo ubicarían inevitablemente en la Gobernación.

LAS ENCUESTAS, UN
ARMA DE DOBLE FILO  

A esta altura de los tiempos, es casi imposible encarar una campaña electoral sin el soporte profesional que tiene como base un sondeo amplio de opinión, que para tener rigor científico, debe ser realizado en el terreno por personal que conozca la idiosincrasia del correntino, sepa la segmentación social de la localidad a encuestar, y tenga claramente determinados los lugares que pueden arrojar una media provincial.
La definición de la grilla de preguntas, como la correcta composición del escenario electoral a encuestar, con variantes lógicas y acordes a escenarios posibles, es lo que permite llegar a resultados valederos que son, en definitiva, una foto de un momento determinado, de importancia decisiva como punto de arranque en la formulación de una estrategia de campaña en la cual no solo el discurso sino las acciones deben complementarse, en la búsqueda de las objetivos propuestos.
Siendo tan claro lo antes referido, los encuestadores coinciden en el recurrente error de los políticos que los contratan, que las más de las veces se conforman cuando los resultados son buenos, al punto de bajar la guardia pretendiendo hacer la plancha o se enojan cuando, como ocurre con habitualidad, los resultados no son los esperados.
Solo un porcentaje bajo, muy bajo de los que contratan se terminan sometiendo a un trabajo profesionalizado que, tomando como punto inicial el resultado de la encuesta, lo concatene con otros aspectos necesarios para un triunfo.

EL VALOR DE LA ESTRATEGIA

Los médicos, para definir un diagnóstico, piden no solo análisis. Muchas veces resonancias magnéticas, radiografías o tomografías. Del análisis de todos los elementos, remitido ello al paciente en estudio, surge el diagnóstico que permite definir el tratamiento más apropiado.
El candidato que aspire a ganar no debe en este aspecto dormirse en los laureles. Quizás el mayor enemigo que tenga está en él mismo, en el conformismo que plantea el creer que una encuesta, foto estática de un momento, pueda ser definitoria de sus aspiraciones.
Un ejemplo muy claro de profesionalidad como político de raza que es, con notable experiencia, tal el caso de José Manuel de la Sota, que luego de haber llegado a la gobernación de Córdoba, luego de sucesivos fracasos y de gobernar Córdoba por dos periodos, volvió a presentarse como candidato en el 2011, en una situación marcadamente adversa.
Los sondeos lo mostraban como un candidato con una muy alta imagen negativa, en niveles incompatibles, con chances serias de disputar la Gobernación. Estaba, además, enfrentado con el kirchnerismo, y con el poder nacional
A su favor estaba la convicción de pelear un tercer mandato, como trampolín de sus aspiraciones de ir luego por la Presidencia de la Republica, objetivo que ya tuvo cuando, 25 años atrás, integró la fórmula junto a Cafiero, para disputarle la interna a Carlos Menen y Eduardo Duhalde.
Dos décadas y media después, De la Sota sigue en el candelero, mientras la mayoría de los compañeros de su generación pasaron a retiro.
La vigencia está dada por su convicción, y por la importancia que le atribuye a la estrategia como arma decisiva del triunfo, interpretando que ésta debe responder no solo a su intuición como político avezado, sino al manejo de la información y la contra información propia de un estado mayor en el que se analice con severo rigor intelectual el aporte realizado por los profesionales, cuyas conclusiones pasan a ser solo parte del análisis, sin darle el carácter de verdades reveladas.
Esta es, precisamente, la tarea del político. Resolver en la mesa de decisiones, con su estado mayor, los cursos de acción que aseguren el logro de los objetivos propuestos.
Así, de esta forma, con el aporte sí de un profesional de prestigio internacional, como es el ecuatoriano Durán Barba, el doctor De la Sota logró lo que para muchos parecía imposible. Remontar la mala imagen y convertirse en gobernador del segundo distrito electoral del país por tercera vez.
Quizás el ejemplo más claro al antes expuesto se vió en Corrientes, y por tal forma parte de la vivencia al menos de los que conforman el limitado círculo que se mueve en derredor de los intereses políticos.
En el 2009, Arturo Colombi, que venía de lograr lo que antes muchos no pudieron, como fue la habilitación constitucional para un segundo mandato, terminó rifando el gobierno al contratar a un profesional que no dejó macana por hacer, con diagnósticos alejados de la realidad, y con propuestas inaceptables, como fue la campaña sucia seguida contra muchos de los opositores, rompiendo los códigos de la convivencia política.
Es muy difícil habitualmente ganarle al que ostenta el poder del gobierno. Lo que suele ocurrir, por el contrario, es que los gobiernos se duerman en los laureles, se aíslen, construyan sus propias realidades y terminen perdiendo.
Los ejemplos de De la Sota y de Arturo Colombi son ilustrativos de lo que implica el análisis de las encuestas y la definición de estrategias realistas, acordes al cumplimiento de los objetivos propuestos.

EL CASO FLINTA

Hablando siempre de las encuestas, de su importancia, y de lo que implica integrar a las mismas a un análisis técnico y político, en el marco de la realidad en la que se terminan por insertar los candidatos, parece apropiado remitirse a encuestas realizadas y pagadas por EL LIBERTADOR en el último turno electoral.
Se contrató a dos profesionales de reconocido prestigio en la región. Una de ellas la principal encuestadora del Paraguay, y otra una reconocida encuestadora de Misiones, que ha trabajado en no pocas oportunidades en esta Provincia.
Ambos sondeos, como foto estática de un momento determinado, marcaban en la comparación entre tres candidatos como cabeza de listas, medidos Sergio Flinta, Rubén Pruyas y Mario Bofill, una diferencia notable a favor del primero. El amperímetro no se movía en favor de Flinta, que en algunas localidades tenía el 1% contra el 52% de Bofill.
Ocurre que el amperímetro recién comienza a modificarse con el movimiento. Algunos van para arriba, otros para abajo. Es el desarrollo de la campaña en el cual entran a jugar aspectos complementarios a la figura del candidato, esto es el discurso, la llegada a la gente, la estrategia, el accionar del estado mayor que rodea al candidato, y el trabajo territorial que resulta de las alianzas acordadas en cada una de las localidades, de cuya sumatoria depende el resultado provincial.
Vale, en este aspecto, el recuerdo de las elecciones en Capital en el 2009. Camau comenzó corriendo de atrás, tercero cómodo tras Vignolo y Tassano. Al promediar iba a diez puntos del favorito Eduardo Tassano y en la recta final consolidó una diferencia de seis puntos arriba que echó por tierra encuestas coincidentes que marcaban su derrota.
Flinta, en el turno electoral del 2011, comenzó a repuntar progresivamente en las sucesivas encuestas hasta llegar a la meta primero. Bofill, aunque obtuvo una importante cantidad de votos, en verdad su mayor logro fue establecer la cabecera de playa de un tercer espacio, más allá del logro de una banca legislativa que pasó a ser accesoria.
El tiempo dirá si este logro se mantiene en el tiempo. Lo importante pareció ser la decisión de demostrar a los correntinos que ese tercer espacio tenía vigencia, con la particularidad de que una cosa es un tercer espacio en una legislativa ,como fue la del 2011, y otra un tercer espacio con un candidato a gobernador que moviliza con mayor fuerza.
Por lo demás, no es algo nuevo. En su momento Adolfo Navajas Artaza, como después el padre Niella, mostraron que el electorado de Corrientes no está contenido en dos opciones.
El interrogante es hasta dónde los potenciales candidatos, y espacios políticos podrían coincidir en una oferta electoral que se muestre como opción de poder capaz, no solo de quebrar la pretendida hegemonía de los frentes principales, sino de convertirse en uno de los finalistas.

LA INTERNA DEL PERONISMO

Por estas horas, la definición de candidatos en el justicialismo ha quedado en el tapete, con importancia decisiva para la conformación del escenario de la elección general.
Algo parece quedar en claro, y es que los propios peronistas no comparten la idea de que haya candidatos naturales. Los que aspiren a representar al partido deben, antes que nada, buscar el consenso en el propio peronismo, cuyos dirigentes esperan no solo que el candidato intente convencerlos, sino además comprometerse de modo que vean que un eventual triunfo del Frente para la Victoria será también el triunfo de los peronistas.
La irrupción de la línea Vamos Compañeros marcó claramente dos cuestiones a tener en cuenta.
Por un lado, la necesidad de darle al justicialismo mayor envergadura como para enfrentar -con posibilidades de éxito- a un Ricardo Colombi que, aunque desgastado, es siempre un rival temible.
Por otro, señalar que un eventual acuerdo de Fabián Ríos con Camau Espínola no contiene a todo el peronismo que, en amplios segmentos, no se ve identificado con ninguno de los dos dirigentes que se arrogan la posibilidad de sellar una unidad que solo es vista como de superestructura.
En el medio está la desconfianza de Camau con la candidatura de Ríos, y la necesidad -por un elemental sentido de preservación- de mantener bajo el ejido del camausismo la sucesión en el gobierno de la comuna, ante la eventualidad de que los resultados provinciales terminen siendo adversos.
El planteo de Martínez Llano, en  este marco, parte de la necesidad de promover la unidad partidaria a través de internas, para que, mediante el sistema D’Hont, todos los sectores puedan participar en las 70 comunas de la Provincia.
Reniega así del valor de las encuestas como único elemento de decisión, poniendo el acento en el perfil de candidato para garantizar una alianza superadora. "Necesitamos un candidato capaz de aglutinar lo más posible en la primera vuelta, y que tenga resto para que, en un eventual ballotage, pueda alzarse con el triunfo", remarcó el dirigente justicialista, que si bien no se excluyó de la máxima aspiración, dijo sentirse más cómodo como presidente de la Cámara de Diputados señalando que, el excluírse, le daría mayores posibilidades de armonizar una candidatura superadora para el justicialismo.

POR DENTRO Y POR FUERA

En los últimos días, el impulsor de Vamos Compañeros, se reunió con dirigentes alineados de la orgánica partidaria. Estuvo en Goya con el actual viceintendente, Gerardo Bassi. Recibió en Corrientes a Julio Báez, que hizo una notable elección en Capital, con casi 13.000 votos, a Alejandro Karlen, a Víctor Zemborain, de Mercedes. Visitó Villa Olivari, donde además de dialogar con el Intendente y Vice, lo hizo con una de los puntales del Movimiento Evita, que dirige Pérsico a nivel nacional, el caso de Aída Díaz, referente histórica del peronismo ituzaingueño que, como Juanjo Encinas de Santa Rosa, aún siguen expulsados.
El planteo a todos, parte de la necesidad de disipar la posibilidad de que haya peronistas en distintos frentes electorales. El desafío es convocar a todos a una interna, venciendo el escepticismo que genera esta conducción, en cuanto a la posibilidad de que esta vez haya reglas de juego claras, que rompan la tradición de que siempre las internas tramposas condujeron a generales perdidosas.

GALANTINI Y LA CONVOCATORIA
AL CONGRESO

En las últimas horas, el Presidente del Congreso habló de la posibilidad de que, a fines de mes, posiblemente se reunirían los más importantes dirigentes del PJ, en obvia referencia a quienes conforman la Mesa del Congreso y el propio Congreso, actualmente integrado por 198 congresales, dueños de la soberana voluntad del partido.
De cara a las internas, es el Congreso quien puede dejar sin efecto las expulsiones, modificar la junta electoral en un marco de equilibrio para una interna, y determinar con precisión qué candidaturas se dirimirán dentro del justicialismo, y cuáles quedarán para las alianzas, para evitar que sucedan las tristes experiencias de internas anteriores y aunque se priorice la posibilidad de conformar alianzas ganadoras, se respete el resultado de las internas, evitando corrimientos posteriores a la interna.
No se descarta que el propio congreso otorgue facultades excepcionales a quien termine siendo el candidato del justicialismo, para que el mismo esté en condiciones de pelear de igual a igual a un Colombi que es dueño de la decisión y la estrategia en ECO.

LAS GARANTÍAS PEDIDAS

De cara a las internas, se ha requerido consenso en la reformulación de la carta orgánica y el reglamento, así como la modificación de la junta electoral y acuerdo en las modalidades de la contratación del correo argentino para la distribución de urnas, su recolección y la difusión de resultados provisorios, con el conteo definitivo en instalaciones de Encotesa, en la Capital provincial.
Otro aspecto sujeto al acuerdo, pasa por la determinación de los lugares de votación en las 70 comunas, y la definición de los establecimientos escolares, como el consenso en torno a  presidentes de mesa y criterios para la designación de fiscales, así como la determinación del número de electores por mesa.
Un punto no menor es circunscribir la interna a los cargos que al justicialismo pertenecerán, dejando fuera de la misma los reservados para los eventuales aliados, evitando de esta forma situaciones dañosas que se dieron en el pasado, como fue la experiencia del ex intendente de Mburucuyá, Ibrahin Saba, relegado del segundo al décimo lugar.
De hecho, no parecen aspectos menores, en el marco de las garantías lógicas que impidan la judicialización de los planteos que inevitablemente se producirán, poniendo en jaque a un cronograma electoral acotado en el tiempo en su etapa definitoria.
El desafío es que el peronismo logre su unificación, y se disipe definitivamente la posibilidad de un quiebre que muestre a sectores peronistas por fuera del partido.
En este contexto, adquiere significación el valor de equilibrio buscado por la propuesta de Vamos Compañeros, que, sin renegar de la conducción, apela a sus responsabilidades institucionales para darle racionalidad al proceso electoral interno.
De hecho, lo que ha logrado, por ahora, es que sectores que no pensaban en disputar por dentro, terminen al menos por ahora inscribiéndose. De acá en más la responsabilidad pasa por quienes tienen mayores responsabilidades, como el caso del propio Ríos o de Camau, presidente y secretario general del partido.
En este marco, parece lógica la propuesta de Vamos Compañeros, en  el sentido de que aún apuntando a ganar se quiere que el triunfo tenga contenido y que el justicialismo logre consistencia en lo interno para, a partir de ahí, lograr alianzas superadoras hacia afuera.
En este sentido, pareciera claro que la imposibilidad de avanzar en acuerdos con otras fuerzas por parte de los operadores peronistas en estos tiempos, fue el de no poder mostrar un partido ordenado que lo muestre como un punto referencial en la política correntina.

EN EL LIBERALISMO ALUMBRA UNA NUEVA CONDUCCIÓN

En marzo cerrará el plazo para inscribir candidatos para la renovación de autoridades en el partido de Torrent, y todo parece indicar que con el guiño de la propia Josefina Meabe, el actual Presidente de la Cámara de Diputados se erigirá en el nuevo conductor del PL, un logro trascendente, que lo encumbra como un referente de peso en el tablero político de la Provincia, de acá a los años venideros.
Perucho logró en las últimas horas el retorno de los dos concejales capitalinos del liberalismo, uno de los cuales vence el mandato en este período. No parece este un tema menor para un partido que se sabe es uno de los sectores desequilibrantes en la geografía provincial.
La reanudación del cronograma electoral interno del liberalismo tiene por delante fechas próximas. El 5 de febrero vence el plazo de afiliación. El 6 de marzo el de inscripción de candidatos y el 14 de abril la elección interna.
Si finalmente el Gobierno decide confirmar el desdoblamiento con elección el 28 de abril, deberá convocar antes del 29 de enero, y en tal caso, la nominación de los candidatos para los cargos electivos surgirá en el liberalismo de la actual Convención.
Si por el contrario, la fecha pasara para la última semana de setiembre, que sería el llamado plan B, correspondería a la nueva conformación de la Convención que surja de los acuerdos que se den para el consenso dentro de la interna del PL que por ahora parece muy avanzado.

¿Y EN EL RADICALISMO?

En el partido de Alem no pareciera haber dudas de que la birome la tiene el actual Gobernador, dueño de la iniciativa y de los tiempos políticos, sin que la recurrente estrella de Nito Artaza alcance a alumbrar una alternativa distinta, al menos por dentro del radicalismo.
La consolidación del esquema interno, tanto de radicales como de liberales, contrasta con la situación del justicialismo, en el cual priman aún las contradicciones, sin siquiera acuerdos mínimos para fijar reglas de juego de la interna que nadie arriesga a predecir cómo se desenvolverá. Para algunos primará la inteligencia de no repetir viejos errores, en tanto que otros apuestan a que quizás termine siendo la más encarnizada de los últimos treinta años, con la característica diferenciada de que contrariamente a las dos grandes internas del 83 y del 90, ésta será una interna abierta que obligará a legitimar en los guarismos a quienes resulten candidatos.
Algo pareciera claro, y es que la disputa en el peronismo incidirá de manera determinante en la conformación del escenario político provincial y en la redefinición de los frentes electorales que se anoten para la pelea de fondo.

Fuente:www.diarioellibertador.com.ar


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